Para cereza, durazno para fresco y para industria, ciruela industria y fresco, pera y manzana. 

La estimación o pronóstico de cosecha (o de producción) consiste en la determinación en forma anticipada de los volúmenes de fruta que se espera obtener al finalizar la cosecha comercial de cada producto. Desde 1996, el IDR comenzó con la elaboración de las primeras herramientas para la realización de pronósticos de cosecha para las especies frutales de mayor importancia para la provincia. El método utilizado se basa en mediciones realizadas a campo y ajustes a partir de temporadas precedentes. El tamaño muestral, es decir la cantidad de parcelas y plantas a medir, se calcula previendo un error menor al 10 por ciento.

Las herramientas necesarias para realizar una estimación de cosecha son:

  1. – Superficie de las especies monitoreadas (edad de las plantaciones, estado, variedad, densidad e plantación, etc.). Se utiliza el censo más actual con ajustes por edad de plantación y estado de los montes y censos específicos posteriores.
  2. – Curvas de crecimiento y relación peso-diámetro: estas se obtienen para especies y variedades representativas durante 3 años consecutivos, se y se realizan para cada variedad que se incorpora al muestreo. Mediante las curvas de crecimiento se puede estimar el peso que tendrá un fruto a cosecha en el momento de pronóstico.
  3. – Determinación de la fecha de plena floración: esta determinación se realiza todos los años para cada variedad y zona muestreada, permitiendo así, en el momento de pronóstico, saber en qué etapa del crecimiento del fruto se está y en que rango de crecimiento.

 

Con estos datos, se procede a la obtención de datos a campo. Se realizan las siguientes mediciones: el recuento de frutos por planta y la medida del diámetro de las frutas que constituyen la muestra.

Con todos estos datos, se obtiene el volumen de producción esperado para la provincia de Mendoza por especie y oasis productivo y la distribución de calibres esperada a cosecha. Estos datos se difunden todos los años a mediados de noviembre para damasco y cereza y la primera semana de diciembre para el resto de los frutales. 

En cereza, para 2022 se espera una producción de 6.973 toneladas en Mendoza.