En una conferencia organizada por Profertil para periodistas agrarios, la mayor empresa de fertilizantes del país, convocó al especialista Nahuel I. Reussi Calvo quien profundizó las experiencias y explicó que los rendimientos del cultivo de maíz en las regiones pampeana y extrapampeana, como la nuestra en Jáchal e Iglesia y algunos emprendimientos ganaderos intensivos del Valle de Tulum.
Indicó que en Argentina se estima que entre un 30-40% del rendimiento del cultivo se le escapa de las manos al productor por una combinación de malas decisiones en diferentes prácticas de manejo, entre ellas las relacionadas a la fertilización.
En este contexto, se remarcó, para un año con severas limitaciones hídricas e incertidumbre económica; la pregunta de: ¿Por qué fertilizar el maíz en un año Niña?: El doctor Reussi Calvo, investigador del CONICET y profesor de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Mar del Plata agregó: "aún existe una brecha entre los rendimientos actuales y los alcanzables en condiciones de secano. Estas brechas, del 30 al 40%, se deberían a múltiples causas, desde la salud del suelo hasta las prácticas de manejo del cultivo como la fertilización". Los balances de nutrientes en maíz han sido históricamente negativos en Argentina, es decir que la remoción en granos supera a la aplicación. Numerosas investigaciones en distintas zonas del país han demostrado que la aplicación de nutrientes deficientes en los sistemas de producción permiten incrementar los rindes hasta un 69%. Parte de la brecha de rendimientos está relacionada con la "brecha de nutrientes", definida como la diferencia entre los nutrientes actualmente aplicados y aquellos necesarios para lograr los rendimientos alcanzables".
Más adelante y frente a una probabilidad del 80% de que se presente una fase Niña, que limitaría la disponibilidad de agua para el cultivo de maíz en las principales zonas productores del país y ni hablar en San Juan, respondió la pregunta ¿Por qué fertilizar el maíz en un año Niña?: "Si bien en años con baja disponibilidad hídrica la respuesta a la aplicación de nutrientes deficientes como el nitrógeno (N) y azufre (S) pueden ser más bajas, aumentos en la disponibilidad de agua durante el período crítico pueden incrementar la respuesta debido al menor aporte por mineralización hasta dicho momento. Respecto a fósforo (P), cuando la disponibilidad es baja, la respuesta al agregado del mismo es mayor en un año seco que en un año húmedo. Trabajos realizados, han observado mejoras de hasta un 72% en la eficiencia de uso del agua por efecto de la nutrición balanceada. Por lo tanto, la fertilización basada en un diagnóstico correcto permitiría maximizar el aprovechamiento del agua, un recurso escaso en un escenario de gran incertidumbre".

