Según la FAO, para el 2030 la población mundial será cercana a los 9 mil millones lo cual traerá como consecuencia un aumento en la demanda de alimentos. "Para estar a la altura de las circunstancias debemos ser competitivos y para esto es necesario aumentar los rendimientos agrícolas", advirtió Eduardo Martellotto, coordinador del módulo pampeano del proyecto nacional de riego suplementario en cultivos extensivos del INTA.

En un contexto en el que la Argentina agroexportadora de alimentos tiene un rol protagónico, el riego debería ocupar un lugar destacado para alcanzar los valores máximos de rendimientos de los cultivos.

Aumentar la productividad de los cultivos implica saber cuándo y cuánta agua se necesita aplicar de manera eficiente mediante el riego. Para esto existen en diversos softwares que permiten conocer el estado hídrico. Uno de los últimos fue desarrollado por el INTA Oliveros Santa Fe y se llama Bahícu.

"Regar sin control y cuando el cultivo no lo necesita puede ser económicamente contraproducente", dijo Martellotto. Además, aseguró que "para ser competitivos es necesario conocer y predecir la disponibilidad de aguas subterráneas y superficiales de cada región".