Lo que hasta hace poco era un vestido corto, pasó a ser un vestido largo, gracias a la unión de diferentes retazos de modal, algodón y jersey. Para abrigarse, Carla incorporó un sweater de muchos años que fue intervenido, al que se achicó, se le modificó el cuello y se le quitó una parte quemada, reemplazándola por una faja. Mientras que Ailin usa un enterito de algodón orgánico con un abrigo realizado con retazos de jeans de diferentes colores.

 

Fotos: Maximiliano Huyema

Ese pantalón que sólo se gastó en la entrepierna. O la campera que si bien está intacta, ya aburre de tanto ponérsela por años y años. El pullover que al novio le quedó chico, pero que ella mira con buenos ojos. Las remeras que pasaron de moda. Y el abrigo que alguna vez se usó dos talles más grande pero que ahora queda ridículo. Los vestidos, los botones y las puntillas heredados de la abuela. Lo que se compró en la feria americana pero hay que darle una vuelta de rosca para poder usarlo. Todo, pero absolutamente todo esto no tiene desperdicio para Cecilia Falivene. Al contrario, para ella es la mejor tela para cortar para cumplir con su doble desafío: que la gente se vista como le gusta y a su vez, no generar más contaminación al medioambiente ni fomentar el consumismo. Por eso reutiliza, recicla, adapta, aplica retazos, reconvierte, transforma. Claro que lo suyo no es mero trabajo de costura, ella, le imprime una cuota de diseño y creatividad que convierten a estas prendas en nuevas, casi que a estrenar.

Aquí muestra algunas de sus trabajos que, en algunos casos son el resultado de lo que le pidieron sus clientes, pero que en otros, forman parte de su colección Aborigen, la marca que creó hace dos años y que da nombre no sólo a indumentaria y marroquinería transformada, sino además, a ropa nueva teñida con técnicas naturales y prendas de algodón orgánico. 

 

Alguna vez fue una frazada (perfectamente acondicionada), ahora es una ruana. De más está decir  que es super abrigada para soportar las temperaturas invernales.
Un pantalón estampado se convirtió en pollera tubo, con varios cortes y detalles. Ailin Borghi la  usa con una remera de algodón orgánico irregular y un collar de fieltro
La base de este sacón fueron dos vestidos -uno fucsia y otro en pied de pouleen desuso de una tía  abuela y un retazo de aguayo, el tradicional 
tejido, hecho a mano (aunque nobleza obliga decirlo, se han popularizado las telas industrializadas) que utilizan las mujeres 
del altiplano argentino,  boliviano y peruano, a base de lana de llama, oveja o alpaca y teñido con tintes naturales; es tan resistente que se utiliza para cargar bebés en la espalda, transportar efectos
personales y hasta mercancías. En esto  se transformó luego de desarmar cada prenda, combinar, volver a cortar y unir. El complemento del equipo es un jean  gastado y un top. 
La parte superior de un jean más un retazo de tela de lo que fue un vestido largo, tuvo un nuevo destino: un pollera, que Ailin usa con un  top realizado con un recorte de lycra y un pullover escote en V de hombre
que al dueño le quedó chico y que el talento de Cecilia Falivene logró
entallar, redondear el escote, hacer dos tajos a los costados, sacarle
los puños para que pueda ser usado por una mujer.
Un palazzo de lana pasó a ser un chupín con puños en los talones con detalle de cintas a los costados. Carla Mollinger completa el equipo con un remerón confeccionado íntegramente con retazos y descartes
de telas y una campera de jean a la que se le renovó parte del canesú y la
espalda con un diseño de retazos de tela de denin.

 

 Bolsos con recortes de telas unidos entre sí. Se pliega y se puede  guardar en un bolsillo interior, quedando reducido.
Mochila de vinilo
de pruebas de colores,
donados por
una imprenta
Bolso con recortes de jeans.
Mochila XL creada con lonas de vinilo de un espectáculo llevado
a cabo en el Teatro del Bicentenario.
Cartera y sobre realizado con sachets de leches.

Puntos y puntadas

Parte de la colección de Aborigen y por supuesto, toda tarea de reciclado, rediseño y adaptación de prendas, Cecilia las recibe a pedido en su taller. Para contactarla hay que llamar al 2646703962, también por redes sociales (Facebook o Instagram) se la ubica como El Atelier Creativo y Aborigen.

Para aquellas personas que se animan, además, Cecilia da talleres de "Transformación Creativa”, así cada uno puede poner manos a la obra a su propia creación de temporada. No hace falta tener conocimientos previos de costura ni tampoco contar con máquina de coser, ya que la diseñadora, se adapta a las circunstancias y da alternativas: o presta su propio equipamiento o enseña técnicas de costura a mano y reforzado. El próximo taller en agenda es para el 8 de junio de 12:30 a 15:30 porque la idea es compartir conocimientos y también el almuerzo. El costo de la clase es de $750, hay un cupo para sólo 5 personas. Solo hay que llevar las prendas que se quieran combinar o reciclar.

El Atelier Creativo está ubicado en calle San Isidro 1715 oeste, en Capital (entre Libertador y 25 de Mayo, en las cercanías del Palomar).