En el comercio internacional frutihortícola el éxito y fracaso de los agronegocios pasa cada vez más por la sanidad, calidad e inocuidad de los alimentos y esto no es noticia. Se sabe que en le mediano plazo las naciones deben estar atentas a nuevas amenazas en materia de plagas y enfermedades que puedan terminar con prolongados tratamientos cuarentenarios o, lo que es peor, el rechazo de sus mercaderías. La inversión en biotecnologías en el mundo todo en este sentido será cada vez más importante, para poder diferenciarse de los competidores.

En este sentido Chile ha sabido dar cátedra en Latinoamérica de la preservación de la sanidad vegetal y animal de sus producciones agropecuarias con plagas como la Mosca de los Frutos. Un poco más cerca, la vecina provincia de Mendoza mantiene también su status de zona de baja prevalencia.

La Fundación de Barreras Patagónicas -Funbapa-, también trabaja exitosamente con un modelo a seguir por muchas otras regiones. La participación público privada en esta entidad permitió la liberación de la mosca del mediterráneo y además la prevención de cuantiosas plagas.

Estos son ejemplos a imitar en San Juan. Lo público y lo privado involucrados en resolver una problemática común a partir del planteamiento en la agenda pública, el diseño, la ejecución y el control de las políticas públicas destinadas al control y erradicación de plagas como la ceratitis capitata, la carpocapsa y otras.

No menos de 12 entidades representan la labor de empresaria agroindustrial interesadas en estas realidades. Pero, ¿cuántas de ellas están realmente involucradas en la custodia transparente del patrimonio fitosanitario como lo hacen en Chile?.