Se llama arbusto a la planta leñosa perenne de cierto porte cuando, a diferencia de los árboles, no se yergue sobre un solo tronco o fuste, sino que se ramifica desde la misma base. No todas las plantas leñosas ramificadas desde la base deben ser llamadas arbustos; por ejemplo, los tomillos (Thymus) o los espliegos (Lavandula) son matas leñosas o también se los llama subarbustos. Los arbustos son importantes no sólo porque confieren estabilidad estructural sino porque además contribuyen significativamente a mantener la alta biodiversidad de los ecosistemas semiáridos. Arbustos de pequeño o gran tamaño, son plantas de entre 1 y 2 m. de altura ramificadas directamente desde el suelo con tallos leñosos. Hay algunos que pueden llegar a medir hasta 3 metros. Si quieres tener un jardín o algunos rincones del mismo siempre llenos de vida, es muy interesante poner arbustos que se mantengan con hojas durante todo el año, algo que por fortuna es bastante fácil de conseguir. Son muchas las especies que cumplen con esa característica, y que además se pueden podar para mantenerlas con la forma que se desea.

Abelia

Posee todas las virtudes que un arbusto para el jardín puede tener o desear. Su follaje ligero, grácil y airoso, pero a la vez, duro y resistente. Hojas perennes o semi-caducifolias (dependiendo del clima), pequeñas, suaves, brillantes, más oscuras por el haz, de un verde más claro por el envés, dispuestas sobre los tallos. Flores sencillas, pequeñas, delicadas, de color rosa tirando a lila, muy suave, casi blanco, ligeramente perfumadas y con forma de pequeñas campanas colgantes. Su floración es muy abundante y prolongada; se extiende desde la primavera, a lo largo de todo el verano y hasta el otoño. Y cuando las flores se han marchitado y las corolas se secan y caen, persisten los cálices con sus sépalos que van tornándose primero de color rosa y luego carmín por lo que la planta sigue viéndose hermosa, de gran atractivo otoñal. Alcanza un tamaño prudencial, no excesivo (hasta 2m de altura), ideal para un jardín de tamaño pequeño o mediano. Es una de esas plantas que puede cultivarse tanto en exterior como en interior. Le gusta un suelo aireado y permeable que no sea calcáreo. Una buena tierra de cultivo será perfecta. El riego será moderado. Esperaremos a que la tierra esté seca para volver a regarla.

La poda le viene muy bien si es de rejuvenecimiento de vez en cuando que consistirá en eliminar desde la base, ramas viejas que ya florecieron. Las nuevas no se tocan. La época ideal para hacerlo es a finales del invierno o después de que ha dejado de florecer.

 

Duranta repens 

Es muy atractivo por su flor. Pertenece a la familia de las Verbenáceas.
Utilizada en jardinería en formación de cercos o en grupos aislados. La Duranta es valorada tanto por la calidad de sus flores como por su apariencia global, planta muy rústica, requiere unos mínimos cuidados para sacarle su mayor partido. De follaje semicaduco, esto varía según la situación geográfica, aunque si la climatología es benigna, suele tomar un cierto color amarillento durante los meses más fríos del año. Las hojas son simples, ovoides y con el borde dentado. Florece abundantemente en forma de espigas/racimos axilares o terminales, con llamativas flores de color azul lila durante todo el período caluroso del año. Estas flores son pequeñas y en las que dos de los pétalos presentan una línea de color violeta.

Una vez fecundadas sus flores, se forman pequeños frutos redondeados de color amarillento que también gozan de valor ornamental. Es una planta muy recomendada para soportar la poda topiaria. Requiere de exposición a pleno sol y lo más templadas posible. No tolera bien las fuertes heladas. 

En el caso de estar plantadas al aire libre, cuando las temperaturas bajen mucho, se pueden proteger los arbustos más jóvenes. Requiere suelos blandos y bien drenados. Aun así, evitaremos los riegos en exceso, procurando que de vez en cuando el terreno se quede algo seco. 

Puede alcanzar sobre los 4m. de altura, estructurado en varios troncos principales. Para mantenerla en su volumen deseado, podemos proceder a podas más o menos frecuentes, durante el invierno. Esto también le favorecerá en un desarrollo mantenido y vigoroso. En cuanto a su fertilización, este debe realizarse de forma periódica, lo indicado fósforo, potasio y nitrógeno, con el objetivo de fortalecer el desarrollo de las raíces, ramas y flores. Una vez fecundadas sus flores, se forman pequeños frutos redondeados de color amarillento – anaranjado que también gozan de valor ornamental y permanecen en la planta todo el invierno. Por lo tanto, la Duranta repens tiene un alto valor ornamental durante casi todo el año.

La Nandina domestica 

Se caracteriza por tener hojas verdes que se tornan rojas o anaranjadas en otoño, por lo tanto su atractivo en el jardín. Alcanza una altura de unos 2 m., y resiste sin problemas las heladas de hasta los -7ºC. Sin embargo, no es capaz de aguantar temperaturas altas. Si las temperaturas se sitúan por encima de los 35ºC hay que mantenerla con el sustrato/suelo húmedo para evitar que se sequen sus raíces.

Dada la belleza cromática que tienen sus hojas se puede emplear como planta ornamental durante distintas épocas del año. Esta planta pertenece a la familia de las Berberidáceas y tiene el aspecto de un arbusto leñoso creciendo de forma bastante apretada. Es una planta rústica en cuanto al frío o calor. La ubicación más idónea será aquella en la que pueda estar expuesta al sol directo, excepto si el clima es muy cálido. De todas maneras, para ayudarla a que esté aún más bonita, podemos abonarla en primavera y verano con abonos específicos para plantas ácidas siguiendo las indicaciones especificadas en el envase. El riego tiene que ser frecuente, sobre todo en los meses más calurosos del año. No se le conocen plagas ni enfermedades, y tampoco es necesario podarla. Eso sí, si ves que está teniendo un crecimiento desordenado y quieres darle forma, puedes hacerlo a finales del invierno, cuando el riesgo de heladas haya pasado.

Azarero

Pittosporum tobira, es su nombre científico, más conocido vulgarmente como Azarero. Es un arbusto ornamental perenne que pertenece a la familia Pitosporáceas, género Pittospurm, especie tobira. Los podemos encontrar con otros nombres comunes o vulgares como azahar de la China, pitosporo o pitosporo del Japón. Sus principales características son: Altura: de 2 a 5 m. Su crecimiento: lento a rápido. Suelo: tolera varios tipos. Temperatura: tolera bien el frío. Transplante: media tolerancia. Propagación: por semillas. Es una planta muy rústica que poseen una floración muy perfumada y un follaje denso. Las hojas son de color verde oscuro. Las flores, blancas y pequeñas, aparecen en la primavera y su perfume recuerda al de los azahares de los citrus. Estas plantas toleran varios tipos de suelos y pueden plantarse tanto a pleno sol como a plena sombra. Se utilizan con frecuencia en cercos para lograr privacidad y evitar el pasaje de ruidos. Aunque como único ejemplar llama la atención. Su crecimiento es lento al comienzo y luego más rápido. Es necesario podarlos para mantener su tamaño. Se multiplican fácilmente por semillas y suelen resembrarse solos por todo el jardín. Aunque esta planta puede comprarse en terrón en la temporada fría, es conveniente adquirirla envasada para que arraigue más rápido ya que el trasplante frena un poco su desarrollo. Es muy utilizado en paisajismo por su valor ornamental.

Otros arbustos perennes

* El boj común, cuyo nombre científico es Buxus sempervirens
* La dodonea, cuyo nombre científico es Dodonaea viscosa
 *  El enebro común, cuyo nombre científico es Juniperus communis
 * Limpiatubos o árbol del cepillo, y cuyo nombre científico es Callistemon citrinus
* La fotinia, cuyo nombre científico es Photinia glabra