También conocido como Riego Superficial Intermitente, se basa en la aplicación discontinua y alternada del agua a grupos de surcos, simétricamente ubicados respecto a un punto de control, bajo una serie de ciclos de tiempo con duración constante o variable. El agua se aplica de forma intermitente a los surcos mediante el uso de tuberías con compuertas y una válvula de mariposa que es accionada por un controlador programable. La discontinuidad se logra cambiando la orientación del agua hacia la izquierda y derecha de la válvula ubicada entre dos conjuntos de surcos.
El doctor ingeniero Oscar Dolling, director del Programa Gestión de Cuencas Hidrográficas, Ingeniería Hidráulica y Ambiental de la Universidad Nacional de San Juan explica que se puede implementar a mano o automático. El control manual es más económico en su instalación pero más costoso durante su operación, el control automático es más caro pero es mucho más económico durante la operación.
Ventajas: un ahorro de un 30 a un 50% de agua, respecto a los sistemas gravitacionales tradicionales. Se controla el problema de la erosión de los surcos y se reduce la mano de obra. En California hay antecedentes de que 1 persona maneja hasta 150 Ha. Son sistemas de baja presión, por lo tanto requieren bajo consumo energético. Considerando un mismo caudal, se necesitan 0,3 Kg/cm2, frente a 3 Kg/cm2 si se compara con un pivote; se puede semiautomatizar el sistema. Una persona puede controlar el equipo haciendo cambios de sets cada 8 o 12 horas.
Es decir que con un riego por pulsos se logra eficiencia de aplicación similar a la aspersión (un 80%) llegando en algunos casos de textura y pendiente a un 85%.
Con este método se permite mayores longitudes de surco que las tradicionales, variando según textura y pendiente entre 200 y 800 m.
Costo operativo: aproximadamente 0,2 dólares por milímetro de agua aplicada por hectárea. El costo de mantenimiento es prácticamente nulo si lo comparamos con los sistemas de riego presurizados. Inversión: por hectárea para superficies mayores a 40 ha varia aproximadamente entre 300 a 500 dólares.Se pueden aplicar láminas pequeñas y frecuentes si se desea. Se puede fertirrigar.
Dolling explica que la técnica se basa en aprovechar la disminución de capacidad de infiltración que tiene un suelo, cuando una vez mojado, se retira el agua y se deja "descansar" por un corto tiempo. Este efecto permite que el agua escurra más rápido por una superficie mojada previamente, logrando así que los caudales que llegan al final de cada ciclo de avance sean sensiblemente mayores que si fuera flujo continuo. Luego de finalizada la etapa de avance, comienza la parte del remojo. Donde el objetivo es darle al suelo la profundidad de infiltración que nosotros necesitamos para el tipo de cultivo y nuestra capacidad de campo. Con estos ciclos, logramos aplicar la lámina de agua deseada. Los tiempos de aplicación serán incrementales, llamados tiempo de avance, definiendo así los ciclos de avance. Supongamos que estemos trabajando con cuatro ciclos. La sucesión de tiempos es la siguiente: avance de un lado hasta la mitad del surco, luego del otro lado hasta la mitad también. Luego en el 2¦ ciclo, vuelve sobre el primer lado, escurre rápidamente sobre los surcos ya mojados, y avanza hasta la 3/4¦ del surco. De esta forma, en sucesivos avance alcanza el final del surco.
La percolación en cada uno de los surcos cambia respecto al de riego continuo dado que en las zonas húmedas, el agua escurre rápidamente, comienza a mojarse donde está seco, uniformando el perfil de humedad en el suelo.
En el riego continuo tendríamos una percolación más profunda en la cabecera del surco, lo que lo hace más ineficiente, mientras que en el riego por pulsos la cuña de humedad en el suelo es más pareja. Esto significa que con menos agua regamos mejor y no recargamos artificialmente las napas freáticas.
