Si sobre gustos no hay nada escrito, en el tema del Pan Dulce, hay mucho por decir. Hay detractores y fanáticos para todos los gustos. Están los que no les resulta rico comerlo con frutos secos. Y los que, en la otra vereda, minuciosamente sacan uno por uno los cuadraditos de fruta abrillantada. También los que adoran todos los sabores que lleva esta masa con agua de azahar y manteca y no dejan ni una miguita. Y los que los prefieren ir innovando año a año, con nuevos agregados. Lo cierto es que nadie concibe una cena de Navidad o de Año Nuevo sin pan dulce.
Justamente para este último grupo de comensales, los pasteleros y reposteras sanjuaninas, hicieron en los últimos días distintas innovaciones de sabores y, al menos para el brindis de este año, lograron un interesante catalogo de nuevas alternativas que se suman a una tendencia que va dejando huellas en otros puntos del planeta. Es cuestión de animarse a degustar hasta y encontrar el pan dulce para cada paladar. Lo que siguen son algunos de estas dulzuras en sus versiones más originales.
Para golosos. Entre los pedidos especiales de la pastelería De Fresas, hay un pan dulce diferente. Lo describen como chocolatoso y el elegido de los golosos de la familia porque lleva como relleno una crema de Nutella, marca comercial que hizo conocida a la pasta de avellanas con chocolate.
Las expertas que hicieron esta combinación buscando ofrecer algo novedoso y complacer los gustos de sus clientes, explican que la base del pan dulce es una masa bien húmeda, está ahuecado y relleno con Nutella. Arriba lleva cobertura de chocolate. También tienen otro de garrapiñada y chocolate blanco, y otro con cerezas y nueces, además del tradicional. Vienen en dos tamaños: de 750 gramos y de 1,250 kilos. Cuestan entre 330 y 480 pesos, dependiendo el peso y la variedad.
Estos panes dulces solo se consiguen a pedido (llamando al 4-235685 o en el local ubicado en Belgrano 340 sur, entre Ituzaingó y Reconquista, Rivadavia). Y tienen un muy lindo envoltorio en caja como para llevar de regalo a la cena.
Crema condensada de chocolate. Pensar en un pan dulce con chips de chocolates (negro y blanco) que al cortarse rebasa de relleno de crema de leche condensada al chocolate parece ser sacado de un cuento de hadas. Sin embargo, Mariana Bonacossa, María Soledad Bastias y la pastelera Karina Díaz, lo hicieron posible. Esta es una de sus opciones, entre una oferta super interesante de dulzuras. Pesa poco más de un kilo y cuesta 480 pesos.
Es más, hay otro pan dulce que sobresale en su carta. Es el que está relleno con pistachos, higos en almíbar y pasas embebidas en almíbar de Syrah (pesa 1 kilo y cuesta $400).
Cualquiera de sus panes dulces -como otras delicias navideñas como budines (con frutos secos y abrillantados, de cacao amargo, de zanahoria y banana especiado, de limón o semillas de amapola, de manzana y canela) y galletitas de jengibre- pueden consumirse en el local con una taza de té o una limonada fresca o llevarse para las celebraciones del 24 y 31. Para asegurarse la disponibilidad hay que contactarse con los teléfonos 4-238556 o 264-6222474, también acercarse a Entre montañas, casa de té y café, el paraíso de las cosas dulces ubicado en Avenida Libertador 3790 oeste, a metros de la plaza Madre Universal, en Rivadavia.
Con pasaporte sanjuanino. Fanática de los frutos de esta tierra, la sommelier (especializada en de té en hebras) y pastelera Natalia Rivero hizo cientos de pruebas hasta lograr su pan dulce sanjuanino, como un homenaje a su terruño.
¿Qué lleva su dulzura de pura cepa, podría decirse? La autora lo describe como una combinación de harinas común y de algarroba (que le aporta a la masa dulzura y color) hidratadas con un buen porcentaje de aceite de oliva, en reemplazo de la materia grasa de la manteca. Utiliza la variedad Changlot, que lejos de resultar invasivo en la preparación, la convierte en una masa esponjosa, húmeda y sabrosa. Claro que no es todo. Natalia "riega generosamente” esa masa de pan dulce con capas de pistachos, nueces, pasas de uva y cubitos de dulce de membrillo rubio que al cocinarse le da un toque de humedad.
Los vende por pedido en su emprendimiento Tecito Servicio de Té ( para contactarla hay que llamar al 02645187623 o a través de Instagram con su marca comercial). Los precios rondan entre los 300 y los 500 pesos. Pesan 700 gramos. También ofrece relleno de dulce de leche, bon o bón y golosinas, además del tradicional.
Otro de los gustos y necesidades en las que se enfocó Natalia Rivero en su producción de panes dulces, fue en hacer una línea saludable, para que nadie se quede sin su bocadito en el brindis de Navidad y Año Nuevo. Así fue como nació su "panettone” de harina integral (mezclada con harina común), azúcar mascabo, miel y frutos secos como pasas, nueces, almendras y avellanas, con una terminación glaseada. La masa tiene su secretito aportado por el de aceite de oliva.
Pero no es el único desafío: esta profesional del buen gusto está haciendo pruebas para poder ofrecer sus panes dulces de té y yerba mate que podrán a prueba todas las cuestiones de sabor, textura y color vistas hasta el momento, al menos en lo que a pan dulce se refiere.
El precio es similar al Pan dulce sanjuanino y el modo de comprarlo, el mismo.
Más que un pan, un verdadero postre
Aunque este emprendimiento panadero y pastelero se caracteriza por mantener vigentes aquellas recetas tradicionales que pasaron de generación en generación, lo que hace que sus panes dulces, pandoros y panettones trasciendan a sus hacedores originales; para estas fiestas de fin de año, decidieron sumarse a la tendencia mundial por sorprender a los clientes con una oferta distinta. Y lo lograron con creces.
Así es que ampliaron su carta con panes dulces por demás originales rellenos con dulzuras para paladares más clásicos como los amantes de la alcayota con pedacitos de nueces o los trocitos de dulce de membrillo y pasas; pero también para los más chicos de la casa, fanáticos de los famosos bocaditos Kit Kat, el mantecol y hasta el praliné.
Pero no es todo. Hay más novedades que convierten al pan dulce no solo en un bocadito para acompañar un copa de champagne o de sidra, sino en un verdadero postre. Es que en la Panadería y Pastelería La Reina -ubicada en Avenida Central entre Urquiza y Ameghino- prepararon variedades de panes dulces rellenos de chocotorta, banana split y cheescake. Claro que esa sorpresa, se nota recién al cortarlo porque está bien escondida en el centro de esta dulzura navideña, cuyo kilo ronda los 440 pesos.
Se pueden encargar, aunque van a tener producción para las próximas fiestas.
Entre frutas silvestres y tropicales
La chef Mariana Baigorrí -en su emprendimiento Comeme Pastelería con Diseño- quiso ser original y le cerró la boca a todos los sabores ya conocidos. En cambio, después de mucho investigar y experimentar con alquimias de su autoría, se animó a probar con frambuesa y banana para darle otros atractivos a sus panes dulces, logrando convertirlos no sólo en originales sino además en una opción dulce más fresca y por otro lado, una variedad para los golosos y no tanto porque el de chocolate es amargo y eso se percibe en el primer bocado.
Los resultados son super pedidos ya que además de los panes tradicionales con frutas secas y abrillantadas, ofrece dos opciones por demás tentadoras: uno relleno con pistachos crocantes y pulpa de frambuesas, esas frutas silvestres tan poco comunes en la gastronomía sanjuanina y otro, quizás más cargado de sabores pero absolutamente exquisito a base de chocolate amargo al 80% endulzado con azúcar mascabo para compensar y banana al natural, para darle un toque tropical. Este pan dulce además lleva chips de banana frita, semillas de cacao y en lugar del típico glaseado, un crocante que lo hace más delicioso aún.
Todas las variedades de pan dulce se consiguen de 500 gramos y cuestan entre $250 (los tradicionales) a $320, los especiales y originales.
Ella los vende no solo en su local (ubicado en Manuel Zavalla 686, Rivadavia) sino además en Súper Buho, Pastas Ginestar y Supermercados Myriam.
Un símbolo, mucha historia
No se sabe muy bien el origen del Pan Dulce ni su vínculo religioso con el nacimiento de Jesús y su actual ingesta en las fiestas navideñas. Hay, como en muchos sucesos de la historia, leyendas y dichos que se cuentan de boca en boca. Lo cierto es que el pan dulce es tomado como símbolo de compartir el pan y algo más, si hay que regirse por los nombres, el Niño nació en la ciudad de Belén o su parangón en hebreo, Bethlejem, que literalmente significa "casa del pan”, de ahí un significado para esta delicia.
Aunque otra versión sostiene que fueron los griegos sus creadores, por haber iniciado la tradición panadera, ya en la época de Augusto, descendiente de Julio César, en Roma, se habían censado más de 300 panaderías. Pero los indicios históricos revelan que entre el pan y el pan dulce debieron pasar varios siglos, ubicándose a este último en el Renacimiento a mediados del siglo XV.
Se cuenta también que el nacimiento de esta tradición fue en Milán en el marco de la historia de amor entre Ughetto y Adalgisa en la corte del duque Ludovico Maria Sforza. Ughetto degli Atellani, era un joven de origen noble, criador de halcones y enamorado de Adalgisa, la hija del panadero. Pero su unión era prohibida.
El panadero, llamado Toni, estaba casi en bancarrota y Adalgisa debía trabajar día y noche en la panadería. Para ayudarla, Ughetto decidió ayudar y propuso agregar un poco de mantequilla a la pasta del pan, pero como no había dinero para ello, el joven vendió uno de sus halcones y compró la manteca. A los clientes le gustó tanto que le agregaron un poco de azúcar a la receta y para las fiestas agregaron pasas y cortezas de naranja y de limón confitadas para celebrar, atrayendo la atención de toda la corte y limando las asperezas para que esta unión se concretara.
Se dice que cuando el duque Ludovico Sforza comió, junto con Leonardo Da Vinci, el pan dulce, la creación se expandió bajo el nombre de Panetonne, es decir, el "pan de Toni”, haciendo mención a su creador.
Fotos : colaboración