Quien esté buscando en el mapa una ciudad ultra moderna, llena de shoppings, restaurantes y generosa vida nocturna, que pueda convivir con sitios cargados de historia y pero que también ofrezca -tras algunos kilómetros de ruta y mucha paciencia por la gran congestión vehicular- un paraíso de arenas blancas, mar calmo y palmeras, recaerá, inevitablemente en la República de Panamá. País que tiene todo eso para ofrecer tan sólo en su capital homónima y sus alrededores. Ni qué decir si se adentra un poco más en el territorio de este istmo que une a América del Sur con América Central y se baña tanto en las aguas del océano Pacífico como del mar Caribe.
En un viaje que pudo acceder REVISTA OH! de DIARIO DE CUYO con motivo del vuelo inaugural de la ruta Panamá-Mendoza -a través de las líneas aéreas Copa-, el ministro de Turismo de ese país, Gustavo Gil, expresó todas las acciones que se están haciendo de manera oficial para recibir cada vez a más argentinos. “Queremos que a Panamá lleguen viajeros, no tan sólo turistas. Porque un viajero no sólo disfruta de pasear, sino le interesa la gastronomía y nuestras artesanías, las playas pero también nuestra historia, la ciudad y además nuestra riquísima flora y fauna. Apuntamos a los aventureros porque les ofrecemos una experiencia, que es mucho más que un viaje”, dijo entusiasmado por la creciente relación entre ambos países.
Entre las muchas alternativas interesantes que Panamá ofrece hay algunas paradas (casi) obligatorias para hacer en el itinerario de viaje a este país centroamericano. Una de ellas es en el famosísimo Canal de Panamá, uno de los principales atractivos que va a cumplir 104 años y que está catalogado como una de las mayores hazañas de la ingeniería del mundo. Por ahora, mientras se está ampliando la estructura porque ha quedado chica por la demanda, sólo se puede ver desde una terraza, el juego que hacen las esclusas que permiten pasar los barcos de un océano a otro, sin tener que recorrer todo el territorio. También se pueden hacer paseos en mini cruceros para tener una visión diferente. La visita puede completarse con un un entretenido museo interactivo que muestra la historia de la construcción y todos sus detalles, un microcine y una tienda de souvenirs que hay en el mismo predio del canal.
Si de historia se trata, no hay que dejar de visitar el Casco Antiguo, escenario de los principales monumentos y edificios coloniales, como el Palacio Presidencial o la Catedral y la Iglesia de San José con su altar de oro (único tesoro que, según cuenta, se salvó de los arrasadores ataques piratas porque fue cubierto con barro). Fue declarado Patrimonio de la Humanidad y allí coexisten calles de piedra, construcciones viejas con sus techos coloridos y sus característicos balcones enrejados, plazas llenas de flores con muchos hoteles boutiques, restaurantes, puestos de artesanos y terrazas donde hacen concurridísimas fiestas nocturnas. Se puede recorrer a pie.
A eso hay que sumar las playas ubicadas en el Océano Pacífico y en el Mar Caribe que ofrecen soñados paisajes a los que es difícil resistirse. Un buen ejemplo de ellos es Playas Blancas, entre muchas más que pueblan los miles y miles de kilómetros de costas.
Claro que no hace falta salir de la misma ciudad para entretenerse, especialmente para los amantes de la arquitectura moderna. Es que está poblada de rascacielos y edificios con particularidades arquitectónicas que llaman la atención a los turistas curiosos. Entre los edificios más icónicos de la ciudad se puede apreciar la estructura del Trump International Hotel & Tower Panama, que tiene 70 pisos y esto lo convierte en uno de los más altos de América y el conocido como “El Tornillo” aunque, en realidad se llama F & F Tower, de 232,7 metros de alto y 52 pisos, es un rascacielos de oficinas que, con muchos fanáticos y también detractores, supo ganarse un lugar en cuanto innovación edilicia se trata ya que es una torre contorsionada que se terminó de levantar en 2011.
Y para rematar el viaje haciendo compras, esta capital, tiene grandes chances. Obviando que la ciudad de Colón es zona libre de impuestos, en la misma ciudad hay al menos media docena de shoppings para recorrer y darse algunos gustos ya que hay propuestas comerciales para todos los bolsillos, desde los más populares (Albrook Mall, Multicentro, Multiplaza Pacific, Metromall, etc) hasta los más exclusivos, como el caso del Soho Mall, que llega al punto de ser un imposible para el viajero común y corriente. En un edficio de dos torres, ubicado en el corazón financiero de la capital panameña, está este complejo comercial donde las vidrieras hacen alarde con marcas de la talla de Louis Vuitton, Carolina Herrera, Fendi, Dior, Hackett, Michael Kors, Tods, Saint Laurent, Burberry y Studio F, Prada, entre otras.
Un sitio repleto de curiosidades
Si hay un lugar que guarda muchas cuestiones por descubrir ese es Panamá. Empezando por su moneda que parece inexistente aunque oficialmente tiene denominación, nombre y valor. En realidad el Balboa -la moneda- fue puesto en circulación pero en 1941, el papel moneda comenzó a retirarse de circulación y hasta se incineraron los billetes, porque desde hacía muchos años, la economía panameña fue dolarizada. Hubo varios intentos por revivir su propia moneda pero fracasaron. Por eso, cuando se compra algo difìcilmente se encuentre con una moneda local. Por el momento, habrá que contentarse con manejar dólares, la moneda corriente en el lugar.
Otra cuestión que da letra para contar al regreso se encuentra en la incalculable cantidad de puestos de artesanías que hay. En todos ofrecen como recuerdo los típicos sombreros panameños que, nobleza obliga decirlo, en realidad son típicamente ecuatorianos. Son esos accesorios de ala en color blanco o tiza que entre otros hicieron famosos Humphrey Bogart, Frank Sinatra y Ruben Blades que se confeccionan con las hojas trenzadas de las palmeras de paja-toquilla (Carludovica palmata). La anécdota es que se los vincula con Panamá por el simple hecho que se hicieron un elemento indispensable durante la construcción del Canal, cuando millares de sombreros fueron importados desde Ecuador para el uso de los trabajadores de la construcción. Dicen que cuando Theodore Roosevelt -el presidente de Estados Unidos- lo visitó por supuesto que usó el mentado sombrero, lo que aumentó aún más su popularidad. Este producto tan exquisito, cuya técnica se transmite de generación en generación, fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2012.
Un secreto: El modo de corroborar que es un sombrero de paja de calidad es enrollándolo como si fuese un pionono. Si fue hecho con buen material y por manos expertas no tiene por qué dañarse luego de pasar por esta prueba y al desenrollarlo debe quedar intacto, dicen los vendedores de los puestos más frecuentados.
Un detalle que no es menor para muchos turistas es la estricta prohibición para los fumadores de encender cigarrillos donde tengan ganas. Y atención que esto implica a lugares abiertos como cerrados. Así como se lee. Es que Panamá tiene desde el 2008- una ley antitabaco que no permite fumar ni siquiera en restaurantes, ni espacios públicos como por ejemplo plazas. Tampoco en oficinas y dependencias del Estado ni en espacios privados (en algunos hoteles no lo permiten salvo que sea en un espacio destinado a tal finalidad), ni en el transporte público o áreas comunes de edificios de uso público o comercial. A tal punto se cumple la normativa que los mismos policías se acercan al fumador empedernido para informarle que está violando la legislación y si no apaga de inmediato el cigarrillo es posible que sea multado. Los mejores resultados de semejante acción tiene su corolario: Panamá es el país de América latina con menos fumadores. Eso sí, es un poco complicado para quien tiene la costumbre o necesita encender un puchito.
Un vuelo cada vez más corto
Panamá no era uno de los destinos más elegidos por los sanjuaninos. Hasta el ahora. Porque desde el mes de noviembre del año pasado se puede viajar de manera más directa al corazón del Caribe, dejando de hacer miles de trasbordos para poder conocerlo. Es que desde hace 45 días hay un vuelo sin escalas desde Mendoza-Panamá por medio de las líneas aéreas de bandera Copa.
El vuelo de Mendoza a Panamá tiene una frecuencia de 4 salidas semanales los días lunes, martes, jueves y sábados partiendo desde el renovado Aeropuerto Internacional El Plumerillo a las 01:34 para llegar al Aeropuerto Internacional de Tocumén en Panamá a las 6:30 (hay una hora de diferencia con Argentina, aunque en verano se incrementa en 2). Mientras que la vuelta desde Panamá es los días lunes, miércoles, viernes y domingos, arribando a las 00:21 horas.
Copa Airlines se ha propuesto ser la empresa líder en la aviación latinoamericana y fundamentalmente toma a Panamá como su punto clave de conexión para llegar a las principales ciudades del Norte, Sur, Centroamérica y el Caribe: opera en 13 ciudades de Estados Unidos, 4 de México, 2 en Canadá y 25 de América Central y el Caribe. Ofrece más de 2.500 vuelos semanales a 75 destinos de 31 países. En la Argentina vincula a Panamá con Buenos Aires (hay 3 vuelos diarios), Córdoba, Rosario y ahora, Mendoza.
La aerolíneas ha sido reconocida por Skytrax como la “Mejor Aerolínea de Centroamérica y el Caribe” y por el Official Airline Guide (OAG), el operador de bases de datos de itinerarios de aerolíneas más grande del mundo, como la “Segunda aerolínea más puntual del mundo”, según comentó Gustavo Esusy, gerente Regional Mercosur de Copa Airlines (Compañía Panameña de Aviación).
La propuesta de D’Viajes
La agencia de turismo ubicada en Avenida Ignacio de la Roza 249 (oeste) -D’Viajes- tiene un paquete armado para recorrer y disfrutar por 8 noches de Cuba (pernoctando en hoteles de 4 estrellas All Inclusive, en base doble o triple con traslados para conocer Varadero, Habana y Cayo Blanco y asistencia al viajero incluida) y el broche de oro de 2 noches en Panamá, como destino estrella (alojándose en hotel Rui Plaza con desayuno incluido, traslados al Canal de Panamá y la ciudad más asistencia al viajero). La propuesta del viaje previsto para el mes de junio abarca el vuelo en avión (desde San Juan haciendo escala en Chile y la vuelta por Mendoza) más la coordinación permanente desde la salida. El precio, según informaron Ornella Testa y Virginia de la Torre, de D’Viajes, ronda los 2.350 dólares por persona.