La mayoría de los rosales se pueden comprar sin tierra que cubran sus raíces, ya sea en paquetes o embalados, es decir a raíz desnuda. Lo cierto es que quien compra rosales de este tipo debe conocer la procedencia, además de la variedad del rosal. Realmente los rosales a raíz desnuda son muy exitosos y se desarrollan sin problema. Pero para esto es necesario seguir las recomendaciones de plantación. Una vez que llegaron los rosales por correo o transporte, se los coloca en un recipiente con abundante agua para su hidratación. Allí deben entrar cómodos y sin dañar las raíces principales y las más pequeñas. La compra de un rosal a raíz desnuda se hace por pedido, por ejemplo Los Álamos de Rosauer (en Río Negro), poseen un catálogo completo de diferentes variedades y sus contactos para realizar dicha compra. Estos llevan muchos años de experiencia en el cultivo de rosales y frutales, son los únicos productores de plantas que se equiparan a los mejores viveros de rosas de Europa y Estados Unidos, aplicando el mismo sistema de cultivo y tecnología. Los rosales de Rosauer se adaptan a todas las zonas del país, además de ser vigorosos, sanos y de larga vida. También hacen envíos a todas partes y llegan a la puerta de tu hogar. Sea cual fuera la procedencia, la plantación es una de las tareas en que más empeño debe poner un jardinero o cultivador de rosas.

Elección del lugar

Es importante una buena ubicación, no solo para dar una buena vista sino también por los requerimientos de esta planta.

No debe elegir lugares de sombra, el rosal requiere mucho sol, quizá una ligera sombra en horas de la siesta sanjuanina.

Las plantas no deben competir con otras de mayor tamaño, ni pueden plantarse debajo de los árboles, ni rodeadas de paredes. Cada rosal se debe plantar respetando por lo menos 1m. de distancia entre uno y otro, la distancia depende de la variedad del mismo.

Preparación del suelo

El suelo debe tener una textura media, ligeramente ácido y rico en nutrientes y humus. Si la tierra contiene salitre o es dura, debe cambiarse. La primer tarea a realizar es marcar el lugar de plantación teniendo en cuenta las horas sol. El hoyo debe ser tan ancho como lo es la planta. La profundidad dependerá de la longitud de sus raíces, se recomienda cavar un tercio más que se llenará con un buen sustrato. El fondo del hoyo no tiene que tener tierra compactada.

Colocar el rosal

El rosal que estuvo en agua se retira y se cortan las puntas feas, quemadas o quebradas, lo mismo con sus raíces. Se introduce en el hoyo preparado de antemano de tal manera que el punto de injerto en el cuello de la raíz quede a unos 5 cm. por debajo del nivel del suelo.

El rosal que compró en recipiente o maceta ya armado se planta con el pan de tierra que contiene, esto permite calcular la profundidad del hoyo que debe cavarse.

Una vez que introducimos el rosal a raíz desnuda en el hoyo debe tenerse en cuenta que las raíces deben extenderse bien por el suelo sin que se doblen o partan. Luego se rellena el hoyo con tierra ya preparada y se procede a apretarla desde los lados hacia el interior de la planta, de modo que la tierra se afiance y se fije en las raíces sin quedar bolsas de aire entorno a ellas.

Riego

Después de plantar, se arma un aro alrededor de la planta formando una pequeña cavidad para contener el agua. Después de regar se rellena otra vez y se repite la operación dos o tres veces. El riego se realiza después de plantado una vez por semana en forma abundante para que el agua llegue a las raíces.

Los riegos deficientes debilitan la planta, dando flores pequeñas y un corto período de floración. La tierra debe mantenerse carpida, evitando las grietas, es decir en condiciones óptimas.

Cobertura

En las zonas de mucho frío, después de plantar estos rosales nuevos, se cubren sus tallos con una capa de paja, esto se hace para evitar quemaduras. Cuando el rosal comienza su brotación y alcanza unos 10cm. de longitud, se retira la capa de protección, para que comience su trabajo con el sol y el oxígeno.