Según los oftalmólogos, a partir de los seis años cuesta mucho mejorar la visión de un niño si no se ha tratado antes su problema.
Actualmente la visita al oftalmólogo a los pocos meses de vida del bebé, y al comenzar la escolaridad a los 4 años es una recomendación de todos los pediatras, justamente para prevenir problemas futuros, o tratarlos a tiempo.
Y son los padres quienes deben estar atentos a cualquier síntoma, ya que los niños no tienen experiencia visual previa y muchas veces presentan defectos ópticos en un solo ojo, por lo tanto, es muy difícil que ellos por si solos se percaten que están viendo mal.

