A simple vista es una habitación de un centro hospitalario cualquiera. Camas ortopédicas, sabanas color crudo, mesas rodantes para acercar al paciente la comida, sillas de ruedas y el carro con todos los insumos y el instrumental médico necesario para atender estas situaciones. Inclusive tiene enfermos, que presentan cuadros distintos. Y si bien son cuerpos de plástico, tienen la particularidad que su piel es blanda entonces pueden ponerle inyecciones y sueros, pueden someterse a traqueotomías, análisis de sangre, cateterismos, sondas, entre otros pasos de un tratamiento.
Aunque tiene todas las características, no es una habitación hospitalaria, ni mucho menos. Es un gabinete de la carreras de Ciencias Médicas y Enfermería de la UCCuyo, dónde los estudiantes de 3º año en adelante podrán hacer sus prácticas antes de enfrentarse a un paciente de carne y hueso.
Si bien este espacio comenzó a ocuparse a mediados de este año, recién se inauguró formalmente la semana pasada. Le llaman Laboratorio de Habilidades y en él la universidad invirtió más de 60.000 pesos.
El dinero en cuestión sirvió para adquirir al mercado nacional un muñeco (femenino) que tiene escaras en su espalda y al que se le pueden poner medicamentos en forma endovenosa para que los estudiantes aprendan desde los primeros pasos de una internación y los exámenes que hay que realizar sí o sí, hasta inclusive como hay que movilizarlo y rotarlo por las heridas que presenta. En el caso de las enfermeras además se instruyen sobre cómo armale la cama y como higienizarlo acostado. Pese a ser uno de los muñecos más básicos, trae orificios para colocar bolsas de colostomía y practicar entubamientos o sondas vesicales.
Además se compraron dos brazos y una mano, para hacer punciones, suturas y muestras para análisis. "Si el alumno pincha la vena correcta sacará sangre ya que se cargan con líquidos de color, si en cambio, lo lastima, causándole una lesión venosa, la zona se pondrá azul o se prenderán luces de alerta", explica fascinado Sergio Albarracín, secretario académico de la carrera de Medicina.
Mientras que se importaron un torso masculino que permite hacer reanimación cardiopulmonar, entubasamientos, medicación endovenosa y endotraqueal, inclusive escuchar ruidos cardíacos y pulmonares, además de un maniquí de simulación para obstetricia con el que se puede estudiar cómo colocar el instrumental específico para evaluar al bebé ó como ayudar en un parto a partir de la rotura de bolsa, porque trae líquido incroporado o la zona de la vulva para hacer los pujos. Inclusive este último equipo trae una bolsa -que simula la placenta- con un feto en su interior y otro bebé recién nacido, que mediante la práctica, puede ser expulsado a término. Todos los muñecos son a escala real por lo que permiten manipularlos como si se tratara de una persona.
También se invirtió en un carro de paro cardíaco con laringoscopio, tubos endotraqueales, balón de oxígeno, etc; jeringas, agujas, catéteres endovenosos, soluciones parenterales, camas articuladas para diferentes posiciones, ropa de cama y equipo de higiene; lavamanos monocomandos (como los que hay en los quirófanos por ejemplo), entre otros elementos.
Jugar al doctor
"Todo este equipamiento representa un gran adelanto. Ahora ya no molestaremos más a pacientes que realmente sufren porque si bien hay predisposición en los hospitales y clínicas para acceder a ellos, es muy cansador para alguien que está enfermo que diez, veinte, treinta alumnos -sólo por dar un número- lo ausculten, le tomen la presión, le controlen los signos vitales. Ni que decir con otras prácticas más invasivas. De algún modo los alumnos tienen que aprender y la práctica es muy necesaria, pero no motificando a los pacientes. Con esto se soluciona. Inclusive pueden hacer tantas veces el examen o el estudio que se les requiera que una vez que el futuro médico o enfermero se enfrente al paciente estará más seguro y confiado. Es una cuestión de responsabilidad", agrega Albarracín.
Sin lugar a dudas el material tiene ventajas inigualables y permite minimizar riesgos y complicaciones, pero además semejante equipamiento es todo un privilegio ya que la UCCuyo es la única que lo tiene entre las universidades de toda la zona Cuyo, según aseguran los responsables de la carrera de Medicina. Aunque a decir verdad no hay muchas réplicas en el país de esta novedad en materia de práctica médica.
Inclusive estas unidades de simulación traen como complemento, los elementos básicos que todo profesional debe colocarse antes de estar en contacto con el enfermo: guantes, camisolines, toallas. "Así se hace rutina algo básico pero muy necesario, como son las cuestiones de higiene", dice el Secretario Académico.
El material se puede ir renovando constantemente, por ejemplo, se puede cambiar la piel de los brazos una vez que esté muy pinchada o se puede reemplazar el líquido que hace las veces de sangre en las venas. Es por eso que en la facultad ya están pensando en seguir adquiriendo equipamiento nuevo. De hecho, para el 2010 aspiran adquirir una columna lumbar para que los estudiantes tengan una porción de cuerpo humano dónde practicar punciones lumbares y extracción de líquidos, uno de los ejercicios díficiles de experimentar mientras se estudia no sólo por la complejidad sino por lo doloroso que resulta el examen. En cambio, ahora, con esta revolución de muñecos, si se podrá.
Cuestión de actitud
En un rincón en el mismo Laboratorio de Habilidades hay una especie de Cámara Gesell (habitación con vidrios que permiten ver desde el exterior al interior pero no viseversa). En realidad es una réplica de un consultorio (tiene una camilla, un escritorio, un lavabo y una cámara de filma toda la escena). La idea es que allí cada alumno pueda ser visto por sus pares y docentes y "juege a ser doctor" con un paciente encarnado por un actor que le plantea la dolencia en una consulta ficticia. La mecánica permite evaluar no sólo los conocimientos y los pasos del examen clínico, sino además el trato, la cordialidad y la humanidad que aplica el futuro profesional. Inclusive ver cómo reacciona ante emergencias.
"En el universo de la educación médica se ha planteado ya desde hace unos años, la necesidad de un aprendizaje por competencias. No sólo conocimientos. Esto sirve para ver la actitud, el carisma, la contención del futuro médico. Es un acuerdo al que llegamos los que integramos la Asociación de Facultades de Ciencias Médicas de la República Argentina (AFACIMERA) y creemos que es un buen camino que hay que seguir, más nosotros que tenemos una educación basada en principios religiosos", explica Albarracín.
Esta es una materia más y se evalúa.

