Javiera Alejandra Arturo, especialista en sistemas de calidad y certificaciones, fue quien condujo a Iceberg Agrícola a lograr este valioso paso hacia el Comercio Justo. Hablamos con ella para que nos describa la importancia del hecho y consignó: "los mercados de Inglaterra, Alemania y Holanda, es decir, los más exigentes de Europa, están trabajando de esta manera y si desde Argentina, los implementamos, es una buena manera de acercarse y moverse en la misma sintonía. Este año, ya sumamos 52 hectáreas certificadas con las normas Global GAPP, en dos fincas nuevas, y esto también suma y mucho. El mercado externo esta estable, salvo España, que vive una crisis y hace su propio zapallo. Desde esta empresa se manda a Canadá, Alemania, Holanda, Inglaterra y otros mercados, ustedes también saben que fue hasta a Dubai. Hay que destacar asimismo, que un 20 % del total, se hace de manera orgánica y es certificado por Argencert y por OIA. Junto a toda la gente que trabaja aquí, liderados por Diego y por Hugo Morales, jefe de empaque, estamos convencidos de que este es el camino: mejora continua, y que todos somos beneficiados. Ahora tenemos certificaciones de Tesco Nurture, Leaf y Field to Fork, todas de Inglaterra; más Global GAPP, Sello Alimentos Argentinos y ahora Fairtrade. Es un orgullo como sanjuanina…"
Ramona Elisa Balmaceda y Elena Maldonado separaban zapallos en la línea de proceso. Las molestamos un instante de su tarea diaria para preguntarles qué significaba para ellas lo que habían logrado y dijeron: "está muy bueno este proyecto, porque nos beneficiamos todos, desde el jefe hasta el último empleado. Las decisiones se toman entre todos y por votación, ahora queremos que esta ayuda se traduzca en libros, cuadernos, cartucheras, zapatos, equipos de gimnasia para los hijos y nietos de quienes trabajamos aquí. Así se ha dialogado con tiempo y así se hará. Es bueno que las empresas sumen esta forma de trabajar".

