Los profesionales especializados en geología y materiales obtuvieron un subsidio del Ministerio de Minería para desarrollar, durante la primera etapa del proyecto, un profundo estudio molecular de los bancos de arcilla que existen en la provincia. El objetivo es identificar posibles fuentes para la fabricación de nanoarcilla, la cual se define básicamente como la modificación de la estructura molecular de la arcilla mediante procesos fisicoquímicos para potenciar sus propiedades intrínsecas. “La industria de la nanotecnología se plantea en el presente y a futuro como un nuevo paradigma industrial, tanto para San Juan como para el mundo. Entre sus aplicaciones más destacadas puede citarse el desarrollo de nuevos materiales con propiedades revolucionarias y usadas en áreas tan diversas como medicina, industria automotriz, revestimientos para la industria metal-mecánica, energía, remediación ambiental, agroalimentos, electrónica y cosmética”, explicó Agustín Arroquí, Lic. en Ciencias Geológicas y profesor de la Universidad Nacional de San Juan. Por su parte, su coequiper, Dolly Granados, explicó que la provincia posee una potencialidad muy grande en relación a las arcillas que podrían ser aplicadas a la nanotecnología. “El conocimiento preliminar sobre los recursos arcillosos de San Juan y la búsqueda de nuevas alternativas de aprovechamiento, sumada a la revalorización económica de los mismos, fueron el gran motor del proyecto”, comentó Granados, quien explicó que actualmente el valor de una bolsa de nanorcilla es similar al de una tonelada de arcilla.
Ambos profesionales destacaron que la modificación estructural de la arcilla mediante procesos fisicoquímicos puede convertirla en un material más blando, más duro, más flexible, más resistente o más duradero, según la industria que se interese por el mineral tecnológico.
“Si se observan las tendencias en desarrollo en plásticos reforzados es claro que los nanocompuestos son, de lejos, los que más atención e inversión han acaparado. Y el mensaje que entregan es que ya no son materiales de laboratorio o de aplicación especializada, sino que están posicionándose como opciones competitivas de mercado, con resultados tangibles en ahorro de costos e incremento de desempeño y con un abanico creciente de proveedores”, explicó Arroquí, con una visión más general.