El año pasado concluyó el proyecto que tenía como finalidad principal detectar bancos de arcilla en la provincia para el futuro desarrollo de nanoarcilla en San Juan. Los resultados fueron auspiciosos, pero solo representaron una pequeña parte de una gran serie de estudios que todavía deben realizarse para que la nanotecnología pueda aplicarse a las arcillas locales. Esto motivó al geólogo Agustín Arroqui a presentar su nuevo proyecto (que da continuidad al anterior) en un concurso nacional que realiza la Fundación Argentina de Nanotecnología.
“Al parecer el proyecto ha tenido buena recepción, ya que quedó entre los diez finalistas de entre 50 proyectos diferentes de todo el país. La semana pasada envié el detalle de nuestro trabajo para que sea evaluado, ahora quedamos a la espera de estar entre los cuatro seleccionados para obtener financiamiento”, indicó Arroqui, director del estudio que inició a través de una de las líneas de créditos otorgadas por el Ministerio de Minería de la provincia en 2016.
El Licenciado en Ciencias de la Tierra agregó: “También hemos presentado un proyecto en la Universidad Nacional de San Juan para obtener financiamiento y dar continuidad, ya que los docentes que integramos el grupo de trabajo pertenecemos a esta casa de altos estudios, pero por las vacaciones no se han revisado o estudiado los proyectos todavía. A su vez, hablamos con personas del gobierno sanjuanino para encontrar alguna línea de financiamiento. Y aunque hemos generado interés y es algo muy nuevo y con futuro, no se si existe alguna línea en este momento para nuestro proyecto”.
Los profesionales a cargo de los estudios realizados indicaron que la arcilla sanjuanina tiene buena capacidad para convertirse en nanoarcilla.
El proyecto finalizado el año pasado identificó algunos bancos de haloicita y sepiolita, que son arcillas con una estructura particular, más complejas, capaces de ser dotadas de mejoras mediante la nanotecnología.
Sin embargo, las noticias positivas tienen un margen de racionalidad en este año que recién comienza: “No es un dato menor que se hayan identificado estos potenciales componentes arcillosos, pero todavía no hemos realizado una cuantificación directa. Esta es la que permitirá determinar si se puede producir nanoarcilla de manera rentable. Pero todo esto, es un paso posterior, el paso que estamos buscando dar”, dijo la fuente.
En este contexto cabe destacar que el fondo original para los estudios de nanoarcilla que finalizaron en 2019 se desprendió de la cartera de minería (400.000 pesos). “En 2016 era un número considerable, pero yo tuve que poner de mi bolsillo el 32% del monto total para poder completar los estudios, era lo que estaba previsto en el beneficio. Pero actualmente, por el aumento de costos habría que ver que tipo de fondo se puede utilizar para que estos análisis de nanoarcilla puedan seguir aumentando y consolidando información”.
Las cifras indican que en el mercado internacional, una tonelada de arcilla común tiene un costo de 350 dólares. “Por su parte, un kilo de nanoarcilla actualmente tiene un costo de 500 dólares en el mercado, es decir que los números son bastante alentadores en el presente y de cara al futuro”, concluyó Arroqui.
El grupo de trabajo integrado también por Dolly Granados tiene la intención de desarrollar una segunda etapa mucho más clara, para ordenar la gran cantidad de datos obtenidos y comenzar evaluaciones exhaustivas y así arribar a las conclusiones. Los profesionales indicaron que en caso de existir una segunda etapa, la misma se focalizaría en Calingasta. “En este sentido estamos avalados por la municipalidad en el marco del proyecto presentado en la UNSJ. Insisto en decir que existe un gran potencial de nanoarcilla en nuestra provincia, pero no es algo que se pueda dar de un año para el otro, lleva su tiempo, su estudio, muchas precisiones. Hay que ser cauteloso con los resultados y pensar en una segunda etapa mucho más profunda”, indicaron los profesionales a cargo de los estudios de laboratorio.