Dejando de lado cualquier tipo de prejuicio y lejos de que los colores se le suban a la cara como muestra de vergüenza (la que no tiene bajo ningún aspecto, según ella misma asegura), Isabel Zeigner de Savatsky se apresta a presentar su tercera muestra pictórica. "San Juan al desnudo” tiene sugestivamente de nombre. Y es pura y exclusivamente lo que promete: representantes del género femenino, de todas las edades y condiciones, desprovistas de ropa o con la mínima prenda para demostrar su esencia, la que va acompañada -y por decisión de la autora- de frases que le "pidió prestadas” a la poesía de Jorge Leonidas Escudero y en el medio de un paisaje típicamente local. Las pinturas estarán colgadas desde el próximo viernes 29 de junio y durante todo el mes de julio en las paredes de la Alianza Francesa.
Con estos cuadros la artista quiere sencillamente hacerse un auto-homenaje y por supuesto agradecer al lugar donde encontró un asilo para siempre. Es que en este 2012, cumple 45 años de vivir en San Juan y no quería que pasara desapercibido, dado que para ella el arraigo a las tierras cuyanas significó un antes y un después en su vida. Eligió el lugar junto a su marido, David, a quien lo motivaron con una oferta laboral como contador del entonces Emporio Económico, pero también fue el destino seleccionado como remedio climatológicamente ideal para combatir la enfermedad respiratoria que contrajo de joven en su Entre Ríos natal. Mejorada su salud y asentada con su familia, nunca más se fue de la provincia.
"Humildemente con lo que sé y me gusta hacer, quiero devolver algo a San Juan que siempre me trató tan bien a mí, a mi marido y a mis hijos”, dice la mujer que más allá de sus intereses, su gusto por la pintura y su vocación artística, encontró un espacio de inspiración y aprendizaje en los talleres de la Universidad de Adultos de la Universidad Nacional de San Juan.
Los cuadros de esta muestra son una suerte de paso-a-paso. Primero pintó a las mujeres desnudas. Algunas solas, otras acompañadas. Pero notó que estaban fuera de un contexto, entonces necesitó de un paisaje. Hurgando en su memoria, lo primero que se le vino a la mente fueron aquellos lugares que la cautivaron en cada "escapada de fin de semana” cuando vivía su esposo. Entonces un "Valle Fértil” fue el mejor entorno para esa adolescente que aún tiene puesta la pollera del uniforme de su escuela, el "Cerro Colorado” le dibujó un fondo perfecto a la chica que parece mirar al más allá, conservando sus tacones rojos o el movimiento de "Veladero” -aunque no lo conoce- coincidió para darle nombre a esa mujer imponente a cada milímetro de piel, "un minón” en palabras de la autora. Además "Pampa Vieja”, la localidad jachallera que supo visitar hace años ya, vino a darle sentido a esa señora mayor y con varios kilos de mas que sin dejar de lado su sensualidad posa al sobrevuelo de las mariposas. Y "Pie de Palo” a la mujer dura, impenetrable, a la que ni siquiera se le acerca la víbora o "Bella Vista” a la sexy joven que está de espaldas, sentada en una silla, mostrando su cola less y su figura se adueña de la visión, entre otros sitios. "No soy yo, ni nadie. Son las mujeres sencillamente de este lugar”, resume.
Justamente en el preciso momento de "ubicar” a sus mujeres en un lugar es cuando apareció un condimento más: cada rincón de San Juan conjugó de mil maravillas con su humor cotidiano y así surgió el nombre de cada uno de los quince cuadros que completan la serie.
"Yo no puedo hacer nada serio porque nadie me lo creería. Considero que el humor, el romanticismo, la seducción y la poesía son el motor que cada día me impulsan a hacer lo que me dicta el corazón y la intuición”, justifica la artista el broche de oro que encontró para sus obras: el poemario de Jorge Leónidas Escudero sirvió para dar vida a cada una de sus mujeres.
"No lo conocía a "Chiquito” pero me cautivó cómo con sus palabras describe a San Juan y también su generosidad. Es que me bastó llamarlo, contarle lo que estaba haciendo para que me permitiera usar sus poesías. Encima me dijo que se sentía orgulloso de mi propuesta y que por eso me iba a acompañar en la muestra junto a su hija. Entonces ¿qué más le puedo pedir a este lugar que tanto me maravilla?”, se dice a sí misma.

