A pocos metros de la plaza 25 de Mayo, hay un local en dónde se puede probar no sólo un café diferente desde su esencia, sino además combinado con distintos sabores: desde una preparación clásica hasta otra con agua tónica y otra con leche condensada casera.

Pero hay más. Ese pocillo que contiene los granos molidos de un café keniano más un blend de otros más suaves provenientes de distintos países cafeteros, según detalla el propietario de Black Caffé, Marcelo Mora, puede acompañarse por una masita a la que le han dado su toque local: los crossantinos, que no son facturas, ni mediaslunas ni tampoco -aunque suenen parecido- los famosos y gigantes croissant franceses sino una especie de rollitos o pancitos dulces, con baños de chocolates (blanco, con leche o amargo), almíbar o glasé donde se lucen tentadores pistachos, nueces y almendras. Otra opción son las palmitas que son palmeritas bañadas en chocolate, ideal para golosos.

Allí tienen claro que "el café es la bebida más ingerida en el mundo, inclusive supera a la cerveza y algunas gaseosas" por lo tanto se esmeran en ofrecerlo al gusto local, pero a su vez dan alternativas.

"Nuestros granos de café son muy dulces por eso hacemos un blend propio, adaptado al paladar sanjuanino. En definitiva lo que buscamos es darle al sanjuanino lo que le gusta, respetar sus costumbres y tradiciones. Inclusive reinventar nuestros sabores. Eso sí, todo lo que se sirve es artesanal y con estilo propio", define Mora, quien selecciona de su carta los cafés más elegidos como el Carajillo (con cognac), el Bombón (con leche condensada liviana porque es de elaboración propia), el Capuccino (con leche, chocolate, canela), el Irlandés (con whisky, crema y canela), también las opciones frías como el Café Tonic (con agua tónica) o el Affogato (con una bocha de helado).

Black Caffé nació en la esquina de Alem y Libertador, hace 10 años. Fue la reconversión de un negocio de marroquinería y zapatería, una franquicia de una gran marca nacional que creció tanto desde los "80 que logró tener sucursales propias en buena parte del país y mucha presencia en las principales capitales de provincias. De ese local sólo quedaron en pie las tres primeras letras -que sirvieron para la cartelería del nombre del nuevo emprendimiento inclusive- y muchos conocimientos para animarse a tomar un nuevo camino, según sostiene Marcelo Mora.

"La marca nos obligaba a vender productos que en San Juan nadie nos iba a comprar nunca por razones lógicas. Por ejemplo botas para la lluvia y paraguas. Eso me empezó a hacer ruido y a repensar el modo de llegar al cliente", confiesa el hombre que apostó entonces por otra franquicia de café siguiendo la lógica del éxito asegurado con las marcas ya impuestas. "Seguía siendo un producto enlatado, del que la gente consume porque está y porque tiene el marketing detrás. Sin embargo no era lo que yo quería ofrecer", agrega.

En el 2021, se animó -ya desvinculado de la franquicia y con el cambio de domicilio a la calle Rivadavia 73 oeste- a aprender a moler los granos de café, a los servir los diferentes pedidos de los clientes y hasta introducir nuevas recetas.

"Me propuse hacer algo propio, que pese a ser un desafío más complejo, no tengo dudas que es más interesante, más divertido y más atractivo para el público. Solo no se puede, yo tengo el apoyo de toda mi familia. De hecho, mi esposa Lucila es quien está en la barra sirviendo los cafés, mientras yo me ocupo del resto. Con ayuda de dos personas más, aquí se hace todo: preparamos los crossantinos con frutos secos locales, que nos distinguen; el pan de sandwiches (integral, con semillas e inclusive uno especial sin TACC), los waffles dulces y salados (con jamón crudo) que incorporamos próximamente, las tortas, los licuados de frutas frescas y jugos naturales, smoothies caseros y toda la variedad de cafés. Y eso nos ha traído muchas satisfacciones", explica Marcelo, feliz de la respuesta de los sanjuaninos, en tan solo un año y un día: el cambio de espacio y carta fue el 17 de agosto del 2021.

De hecho, ahora quiere redoblar la apuesta, haciendo multiplicar su marca en toda la provincia. Ya ha recibido dos propuesta: una en Caucete, otra en Jáchal. Eso sí, apuesta a estar lejos de convertirse en el tipo de franquicias tradicionales que él mismo replicó pero también criticó, sino que aventura por replicar el negocio familiar que levanta como bandera. "Con nuestra propia experiencia, hemos creado un modelo de negocio que es muy factible de hacer bien en familia, nunca va a fallar y siempre los productos van a mantener la misma calidad y ese gustito casero. Tenemos todo estipulado, pesado y medido para que el licuado o el crossantino con pistachos sea el que el cliente ya conoce", dice. 

Un lugar diferente

No sólo el gusto aromático del café y la suavidad de los crossantinos, hacen que el lugar se diferencie. 

Por ejemplo, la distribución de los espacios aporta lo suyo: se puede disfrutar de una infusión o inclusive realizar un evento (ya se han hecho presentaciones de artistas plásticos) en el salón, sentado cómodo en sillas, sillones, poltronas y taburetes, con un marco de música ambiente que permite charlar; o elegir un rinconcito al aire libre pero techado apto para fumadores y para quienes llevan sus mascotas. También disponen de mesas y sillas en la vereda. 

Entre otros detalles, esta cafetería funciona casi toda la jornada, todos los días del año: abre de 6:30 a 21:30 horas, salvo los domingos y feriados que comienza a recibir clientes desde las 9.

Aparte, es el primer local gastronómico, en el que se puede pagar la consumición con criptomonedas. "Tenemos un sistema, como un posnet que acepta cripto y lo convierte directamente al valor del peso. Todavía son pocos los clientes que piden este tipo de pago, especialmente algunos turistas. A nosotros nos interesó incorporarlo para dar un servicio distinto y para seguir innovando. También recibimos Mercado Express, en el que el cliente deja dinero para acreditar a su cuenta y se paga con un código. Aceptamos todas las posibilidades de pago", detalla el propietario.

Más allá de ser una cafetería, también es una tienda de café porque se puede comprar la bebida lista para llevar, el grano de café o ya molido por kilo. También venden insumos como cápsulas recargables para hacer café expreso.

Los crossantinos también se puede llevar a casa o para regalar. 

 

Por Paulina Rotman
Fotos: Marcos Urisa y colaboración Black Caffé