Argentina es el segundo país en superficie orgánica certificada del mundo luego de Australia con más 4 millones de hectáreas y en ella, San Juan ocupa un lugar preponderante según el Senasa, gracias a la producción de uvas para vinificar, para desecar o consumo en fresco, pero también hortalizas, aromática y aceitunas. Los precios pagados por los consumidores van de un 20% a un 150% más de los alimentos convencionales y por este motivo analizamos a continuación el caso de la firma Conexport.
"En el marco de la Segunda Reconversión Vitivinícola del Este Sanjuanino, se realizó una importante inversión en el frigorífico en Caucete para la comercialización internacional de uva de mesa. Conexport surge como consecuencia de una crisis política que destruye este proyecto y en consecuencia surgen grupos de productores, superviviente de los cuales es esta sociedad anónima, que funciona como cooperativa", comenzaron relatando los productores Antonio Pineda, el ingeniero Héctor Hugo Cresentino y el doctor Antonio Leiva junto al enólogo Enrique Naranjo, el contador Néstor Fernández y el licenciado en comercio internacional Gabriel Fili.
"Al principio fueron unos 400 productores, luego de la crisis quedaron unos 50 y luego se divide dos grupos, una cooperativa que lamentablemente desapareció y nosotros". Hoy somos 10 socios del Consorcio Exportador, que si bien es una sociedad anónima, trabaja como una cooperativa con porcentajes igualitarios de la empresa".
El grupo es liderado actualmente por el productor Antonio Pineda como presidente y su vicepresidente es el ingeniero Hugo Cresentino e integran el equipo Sebastián Mestre, Abelardo Leiva, Antonio Leiva, Mario Morales, Antonio Marques, Juan Segundo Olivares, Eduardo Yanzón y Alberto Palacio. Todos pequeños y medianos productores de los departamentos Caucete, 25 de Mayo y San Martín.
"Comenzamos haciendo uva de mesa, luego pasas de uva cuando comienza a decaer el negocio de la uva sobre el año 2000 y luego a elaborar mosto cuando se viene el boom del mosto o jugo de uva concentrado y también del rectificado o azúcar de uva", indicaron.
Cresentino ya era productor orgánico y por ello llevó a parte del equipo a adherirse al sistema de producción orgánico. Seis productores cultivan con el sistema amigable con la naturaleza.
Cultivan unas 500 hectáreas de vid diversificada en sus destinos: tienen uvas de variedades destinadas a consumo en fresco como la Superior Seedlees Red Globe y Flame Seedlees -sin semilla-, o para desecar como la tradicional Sultanina y más recientemente Fiesta. También producen uva cereza para mosto y algunas variedades de uvas de alta gama para vinificar.
Para ello primero alquilamos un par de bodegas en Pocito y luego de unos años pudimos adquirir esta planta concentradora en el año 2010, donde elaboramos mosto o jugo de uva, concentramos o rectificamos, y luego exportamos.
En el caso del mosto rectificado o azúcar de uva, no es certificado orgánico, ya que, entre otros aspectos, se rectifica en el jugo de uva utilizando sustancias de síntesis química no naturales por un lado y luego transformamos su naturaleza con una huella de carbono muy alta.
El diferencial de precios hoy oscila, al menos, entre el 20 y 30% de diferencial de precios. Pero sobre este valor debe considerarse que cada productor tiene realidades de costos de producción diferente. Una tonelada de mosto de uva concentrado elaborado con uvas producidas con el sistema convencional de cultivo cotiza hoy en los U$S 700. El orgánico lo hace entre U$S 1.400 y los 1.500.

