Mate, cincel y roca son los elementos básicos que acompañan las mañanas y las tardes del artesano vallista Miguel Zárate, quien hace varios años dio vida al proyecto “Piedras para la vida”. Actualmente y mediante el subsidio para artesanos del Ministerio de Minería, Miguel, pudo comprar las herramientas necesarias para acelerar y ampliar la venta de morteros, canonas, adoquines y fuentes de agua que realiza en el taller de su casa. “Trato de inspirarme en el espíritu arqueológico que existe en la localidad de las Tumanas (cuyo significado es objeto redondo). La historia demuestra que los morteros y canonas de mármol mantienen los sabores tradicionales a la hora de hacer humita, locro de choclo o cualquier otra comida”, explicó el artesano. Y agregó: “Utilizo el granito para realizar las artesanías de cocina, a su vez también uso mármol dolomita, que es aquél que queda como descarte en las canteras. Antes con el cincel estaba hasta tres meses para fabricar un mortero, ahora con el crédito puede comprar amoladoras y otras máquinas que me permiten desarrollar mi trabajo de manera mucho más rápida. Incluso puedo terminar un mortero en un solo día.

 

Esto me ha permitido ampliar y mejorar mi producción de bachas para baños y cocinas y fuentes de agua para jardín. Ahora estamos trabajando fuertemente para empezar a exhibir todos los elementos en las ferias locales y nacionales”. Miguel junto a su esposa también se dedican a la ganadería, ya que hasta el momento la venta de sus artesanías para cocina solo se venden entre los turistas que llegan a la zona de las Tumanas y algunos envíos que realizan a pedido. “No es por querer promocionar mis productos, pero los morteros y canonas de granito o mármol son eternos, duran cientos y cientos de años. La prueba está en estos elementos históricos que existen en las Tumanas que son patrimonio histórico. Mantienen el sabor, no alteran los productos que se cocinan y son utilizados por los mejores chef del mundo”. El experimentado artesano recordó que hace doce años se le ocurrió copiar el modelo de uno de los morteros históricos de la zona donde vive. Era el 2001 cuando la crisis económica que vivió el país le imposibilitó seguir con su negocio de comidas ubicado en Rawson. Esto motivó a vender todas sus pertenencias y trasladarse al departamento Valle Fértil. “Fue como un rapto de inspiración lo que me motivó a empezar a fabricar estos elementos, que hoy se han vuelto la base del sustento de mi esposa y mis tres hijos”, concluyó. 

 

Autóctono. Los morteros y canonas que fabrica Zárate en Valle Fértil siguen una ancestral tradición de sabores basados en los antiguos pobladores de Las Tumanas.