Si de prácticas milenarias se trata, la meditación es una de ella y aún continúa vigente ya que se ha demostrado de manera científica que mejora trastornos del estado de ánimo como la ansiedad o depresión, mejora la calidad de vida, ayuda a sobrellevar situaciones con mayor facilidad y promueve el equilibrio del estado mental. La meditación es una técnica que favorece la capacidad de concentración, relajación y además ayuda a quienes la practican a ser más productivos.

Muchos optan por meditaciones guiadas, pero teniendo en cuenta el contexto de cuarentena y aislamiento que estamos atravesando, te contamos cómo poder lograr los mismos beneficios para tu salud mental desde casa.

 

¡La respiración es muy importante!

La puerta de entrada a la meditación es la respiración. Durante el tiempo que se destine a la meditación, hay que estar enfocado en la respiración, inspirando por la nariz y exhalando por la boca. Esta técnica ayuda a limpiar la mente y aclarar las ideas.

Focaliza tu atención

Si es la primera vez que se medita o si se ha hecho pero no con frecuencia, concentrarse puede ser difícil, ya que la mente siempre está pensando en diversos tipos de situaciones. Por eso una ayuda importante es focalizar la atención en un objeto del rincón de meditación.

Otra ayuda para focalizar la atención es contar hasta diez o contar las respiraciones. Si se pierde la concentración, se puede volver a focalizar de esta manera.

 

Elige el espacio adecuado

Ya mencionamos la importancia de contar con un lugar que favorezca la concentración a la hora de meditar. (nota relacionada sobre decoración)

Pero además de ello, es importante la postura que se adopte para meditar. Se puede optar por la posición de loto, sentarse con las rodillas cruzadas, en una silla, en un banco e incluso meditar recostado. Lo principal es sentir comodidad y concentrarse en cómo se siente el cuerpo antes de meditar.

Que la meditación se convierta en rutina

Para notar los efectos positivos de la meditación, hay que hacer de ella una práctica diaria. Se puede comenzar con algunos minutos al día e ir extendiendo el tiempo a medida que vayan pasando las sesiones.

Se recomienda que sea lo primero que se haga en el día, convirtiéndose en la primera actividad al despertar, pero si se presentan dificultades para dormir, una excelente opción es meditar minutos antes de terminar la jornada. Lo importante es el compromiso para que las sesiones de meditación funcionen.

Para tener en cuenta

Además de revisar cómo se siente nuestro cuerpo, tener en cuenta el entorno y destinar minutos de concentración para meditar, podemos ambientar ese momento que es solo nuestro con música relajante y diversos aromas que podemos obtener de inciensos, aceites, quemadores o velas aromáticas. Un ambiente propicio ayuda a una excelente meditación.