Fotos: colaboración

Recurrir a una modista para hacerse un vestido de fiesta, alguna camisita o un pantalón sencillo para ir a trabajar, algunas prendas para los niños, inclusive manteles y hasta barbijos en estos tiempos de Covid-19 era lo habitual en el rubro costuras. Pero mallas y bikinis no era un terreno firme ni seguro para las artesanas locales. Hasta ahora ya que al menos cuatro emprendimientos sanjuaninos se animaron a dar ese paso y lo han logrado con éxito. A punto tal que son muchas las chicas y señoras de todas las edades que este verano lucen trajes de baño, de diseño y a medida.

Es que según coinciden todas las costureras y diseñadoras de estas prendas tan específicas, la demanda es creciente y tiene una razón de ser: no siempre el mercado puede satisfacer en cuánto medidas, comodidad y diseños. Ellas, sí. Las hacen por encargo, con tela que ellas mismas imprimen o con el género que cada clienta pueda aportar. Tienen la amplitud de combinar estampados, talles y modelos según las necesidades y el gusto de cada persona. Diseñan para talles especiales, inclusive personas que han tenido que someterse a mastectomía y embarazadas, también bebés y nenas. Las pueden personalizar tapando más aquí que allá o dejando más o menos piel al descubierto. Y lo más importante, sus tablas de talles van desde el XS hasta el 130, para que nadie se quede sin dar un chapuzón, sintiéndose Marilyn Monroe, alguna de las chicas Baywatch, una sirenita, una diosa del verano o sencillamente alguien con ganas de disfrutar del agua.

Eso sí, la revolución parece haber llegado solo para el género femenino, ya que para los varones no hay nadie todavía que, en San Juan, confeccione trajes de baños para ellos. No hay que desesperarse, ya aparecerá. Mientras tanto, una de las duplas de diseñadoras, las hermanas Rodríguez, ya tomaron la bandera de no solo confeccionar sino además dictar cursos para que cualquiera persona con una cuota de habilidad y destreza para trabajar la lycra, pueda tener su malla "hecha en casa" o inclusive sea el puntapié inicial para coserla para terceros.

Very Woman

 

  • Muestrario familiar

Verónica Pizarro lo vivió en carne propia. Le costaba encontrar la malla que le calzara bien y con la que se sintiera cómoda. No fue la única en su familia que tuvo que conformarse con lo que el mercado de trajes de baño le ofrecía. De hecho, su hermana, cuando vivía en Miami llegó a enviarle tela -de la que aún tienen muchos metros para confeccionar- para que le hiciera las dos piezas y se las enviara porque allá sólo conseguía modelos muy grandes, tangas muy anchas, enterizas muy cerradas y bikinis poco ceñidos a su figura.

Ahora Verónica hace mallas no sólo para ella y sus hijas, sino para muchas otras mujeres. Inclusive para niñas y bebés. Su nieta es una de sus modelos, la preferida.

Incentivada por su mamá modista (a quien veía a diario desde chica convertir un pedazo de tela en el modelo de sus sueños), Verónica estudió Corte y Confección pero además descubrió muchos secretos de la mano de tutoriales en Internet. En Mar del Plata (lugar en el que esta sanjuanina vivió 15 años) comenzó con los primeros moldes y ya instalada en San Juan pudo hacer un curso de lencerías y mallas. Aquí también se presentó a diferentes planes provinciales y con ellos accedió al financiamiento y subsidio para las primeras máquinas específicas para coser ya que esta emprendedora se dedica a hacer todo tipo de producto textil: para mujeres, para hombres, para niños y bebés, blanquería y arreglos que son los que más resurgen en épocas de crisis. Ahora que se pudo comprar una collareta (con la que puede trabajar y hacer puntadas en telas elastizadas) se ha enfocado en los trajes de baño.

"Estoy encantada con las mallas porque no hay muchas modistas o diseñadoras que se dediquen a esto. Me fascina haber encontrado un rubro en el que hay necesidades, muchas demandas y pocas soluciones. Mis prendas son para la mujer real, para jóvenes pero también para señoras mas grandes que les cuesta conseguir sus talles", dice la creativa que hace prendas forradas y distintos modelos (bikinis, trikinis, enterizas, corpiños con aro, colaless y con short). Próximamente comenzará a ofrecer mallas de telas sublimadas.

Verónica está convencida que hay una gran demanda de este tipo de prendas porque la gente no ha viajado o son menos los que vacacionan fuera de la provincia, por lo tanto la gente busca opciones aquí. Por lo que para ella, es una buena oportunidad para que vean la calidad y la propuesta creativa. Además del precio: sus tangas cuestan desde 500 a 800 pesos y los corpiños 750 pesos, mientras que las enterizas se consiguen por 2000 pesos.

EL DATO: Su marca Very Women recibe por lo menos 10 consultas diarias, sobre precios, modelos, tiempos de entrega. Verónica tiene su taller en General Acha (94 norte) y San Luis y allí, con turno, a sus clientas para tomarles medidas y buscar modelos de mallas.

 

 

Donetta luric

 

  • Multiplicadoras de las dos piezas

Las hermanas Gena y Tamara Rodríguez tienen modelos de trajes de baño para todo tipo de mujeres y para cubrir todas las demandas. De hecho, no se limitan a las más jovencitas y adolescentes, sino que han ideado -y siguen ideando- propuestas para mujeres más gorditas, más grandes, que prefieren cubrirse más, también tiene una línea para nenas, pero además hacen diseños para otro tipo de necesidades, como las embarazadas (para quienes hacen mallas enterizas con un corte en el bajo busto dónde se les deja tela holgada en la zona de la panza) e inclusive para pacientes oncológicas que tuvieron que someterse a una mastectomía, a quienes les hacen prendas para la pileta con un bolsillo interno para colocar las prótesis mamarias y con forros de lycra de algodón -diferente a una malla común y corriente- y con costuras especiales para que no moleste o cause daño en la zona intervenida quirúrgicamente ya que queda muy sensible.

Pero eso no es todo. Ellas no se limitan al mundo de la confección y el diseño para su marca Donetta Luric sino que además enseñan a terceros, personas con o sin conocimientos previos de costura, todos los secretos del metié de la ropa interior y de los trajes de baño. Claro que esto lo pueden hacer porque ambas tienen un título que sustenta los conocimientos que transmiten -son diseñadoras de indumentaria-, mucha experiencia y pero a su vez, entienden que cuántas más emprendedoras haya más mercado local se va a generar.

Hace cuatro años que crearon el emprendimiento, ya que antes se dedicaban a hacer uniformes hospitalarios e indumentaria para egresados. Tenían un nicho cautivo en Jáchal. La tesis de Tamara para recibirse -basada en lencería y corsetería – fue la bisagra para hacer un cambio en el rubro. A partir de ese momento su negocio incorporó la ropa interior y con ella, también las mallas, como una alternativa con la llegada de la temporada de verano. "Un día nos dijimos que teníamos que probar haciendo enterizas y bikinis. Y fue la mejor decisión que podíamos haber tomado. Actualmente tenemos más de 15 modelos de mallas, tenemos mucha maquinaria industrial para producir (6 máquinas) que nos permiten hacer lo que la gente quiere y necesita. Inclusive incorporar detalles como tachas, vuelitos, cierres y todo tipo de elementos. Tenemos estampadoras, impresoras, que nos permite ofrecer trajes de baño personalizados", cuenta Gena, quien detalla que trabajan moldes desde el talle 85 hasta el 130. 

 

EL DATO: Las mallas enterizas de la firma Donetta Luric cuestan de 1600 a 1900 pesos y las bikinis de 1400 a 1800 pesos ,incluidos talles especiales. Se consiguen en el propio atelier y local de las hermanas Rodríguez, ubicado en calle Sarmiento, entre 25 de mayo y San Luis (Capital). 
Se puede ver lo que hacen en sus redes sociales @donettaluric.
A principio de febrero comenzarán dos talleres: uno de lencería y otro de trajes de baño. Tienen un mes de duración.

 

 

 

Inc. Animal

 

  • Reversibles y con diseño propio 

Una es diseñadora de indumentaria y como tal comenzó a especializarse en ropa deportiva para hombres y mujeres además de accesorios que incluyen pañuelos y hasta tapabocas. La otra, es diseñadora y costurera de vestidos de novia. Juntas hicieron un combo perfecto: Emiliana Lorea aporta el diseño, el corte de las piezas y el estampado y Mari Romo, la confección, el armado y el ensamblado bajo el logo de Inc.Animal.

"Nuestros productos son innovadores y originales: son mallas y bikinis reversibles y las estampas son de diseño de autor. Tenemos un catálogo de hasta 20 estampados diferentes para combinar con el reverso que generalmente es blanco o negro. O sea que se puede elegir el dibujo, el color y los modelos. Eso no quita que podamos hacer lo que la gente quiera, por ejemplo si nos traen un modelo que les gusta o una estampa propia, nosotras lo materializamos hasta el talle XL o según sus medidas que podemos tomarla en nuestro taller", cuenta Emiliana.

La dupla ofrece, entre muchas posibilidades, bikinis regulables (con tiras a los costados que se ajustan y ciñen según el talle), opciones de breteles, de escotes y de espaldas, con bombachas altas, con bombachas tipo culottes, que no siempre se encuentran disponibles en los negocios. "Lo que más queremos es darle el gusto a tantas personas grandes o chicas jovencitas que no se animaban a usar bikini o nunca habían usado", reconoce. También ofrecen otro tipo de prendas difíciles de conseguir como los bodys de mangas largas o remeras para cubrirse del sol, en lycra, tan usadas por los niños pero que también son de utilidad para grandes. "Las hacemos a partir de 2 meses hasta talles grandes. Son una prenda de mucha utilidad para hombres y mujeres que no pueden estar expuestos al sol", explica.

Los plazos de entrega van entre los 4 y los 7 días por la creciente demanda. La voz cantante de Inc.Animal cuenta que llegan a vender más de 50 prendas por semana, lo que les impide hacer un stock de bikinis (las venden desde 1700 a 2700 pesos) y las enterizas rondan los 2800 pesos, también se puede comprar solo un corpiño o solo la bombacha.

 

EL DATO: hay varios puntos de venta de este emprendimiento. Su página de Instagram (@incanimal) y el celular 2645737092, el local Desde el Alma y también tienen venta directa en Valle Fértil.

 

 

 

Viglione

 

  • Inspiradas en los ’60-’70

Tania Viglione que usa su apellido como distintivo de su marca- había logrado en poco tiempo cubrir un nicho de la moda bastante amplio con sus vestidos de fiesta, conjuntos urbanos y accesorios. Pero tenía una materia pendiente: incursionar en ropa interior para completar todo el guardarropa de una mujer. Tenía los conocimientos porque además de haber estudiado y trabajado en Europa para distintas firmas, había tomado cursos en lencería. O sea que la teoría la tenía clara, le faltaba ponerla en práctica.

Justamente en el 2020 dio ese paso que a su vez, vino acompañado por la impresión del estampado de su propia tela con dibujos que remiten a la femeneidad y a la naturaleza. Y como una cosa trae a la otra, los corpiños y bombachas se transformaron también en mallas.

"Primero hice ropa interior que es bastante específica: las bombachas son trusas, de tiro bien alto y el corpiño tiene algo de sexy con transparencias pero la prioridad es que sea cómodo tipo deportivo. A partir de esa línea de lencería y casi que con la misma moldería nacieron los trajes de baño. Al principio solo hice bikinis y después, por la demanda, enterizas", cuenta la diseñadora que define a sus productos de inspiración vintage, ya que tiene como leit motiv los años 60-70, décadas que personalmente le gustan por el sello que han dejado en la moda.

Hechas en lycra, forradas para evitar que se transparenten y con todos los detalles para que no se estire la tela al mojarse, sino que calcen a la perfección. Tania cuida cada paso del proceso que confiesa es artesanal ya que las terminaciones son a mano. Los trajes de baño Viglione tienen una particularidad: se consiguen lisos o con la tela impresa por la diseñadora a partir de los bocetos logrados por la artista plástica Mariana Esquivel. Tal es el furor logrado por esta tela que la emprendedora ya proyecta en este 2021 repetir la iniciativa con dibujos de otros artistas plásticos locales.

Hace desde el talle XS al doble XL, inclusive toma las medidas porque reconoce que las mujeres no siempre se ciñen a estos estándares y que pueden tener una medida de busto y otra de caderas. Puede hacer una parte lisa y combinarla con otra estampada o reproducir un modelo favorito. Las dos piezas cuestan entre 2500 y 2800 pesos.

EL DATO: Su página en Instagram, @viglioneok es su medio de comunicación directo. Además tiene su propio showroom en el barrio Stotac, en Rivadavia.