Tal como dice el tango, al Malbec ¿qué le van a hablar de amor?, sí anduvo siempre en amores. Primero fue en Francia, su cuna, su primera casa, donde fue utilizado -aunque no con tanta gracia como en Argentina-, para hacer grandes vinos en Burdeos, hasta que la filoxera arrasó con sus viñedos.
A todo esto, la zona vitivinícola argentina ya se estaba convirtiendo en su nuevo y gran hogar. El sentimiento fue recíproco, la tierra, el clima, el sol, la geografía se enamoraron de esta variedad de uvas. Se fue corriendo la voz -gracias a mucha gente que trabajó para eso-, hasta convertirse en la variedad de vinos emblemática del país.
Actualmente la palabra Malbec, como Messi, Maradona o el Papa Francisco, está relacionada directamente con Argentina. Un dato nada menor. Como tampoco es menor decir que el 53 por ciento de las exportaciones nacionales de vino corresponden a esta varietal.
¿Las razones?. Son muchas pero trataremos de explicarlas porque como en el amor, el primer impacto cuenta pero después hay que construirlo y alimentarlo.
Si bien los mendocinos tienen la mayor cantidad de hectáreas implantadas -34 mil sobre un total de 39.486 hectáreas en todo el país-, fue un sanjuanino, Domingo Faustino Sarmiento, quien se encargó de pedir que trajeran variedades francesas para mejorar la vitivinicultura, el mismo que tuvo la iniciativa de crear la Quinta Normal en Mendoza, primera escuela de agricultura en el país.
San Juan cuenta solamente con poco más de 2 mil hectáreas con un rendimiento que oscila entre los 7 a los 15 mil kilos por hectárea, según el manejo de cada viñedo. En los últimos años el crecimiento de esta variedad en hectáreas implantadas superó el 91 por ciento ya que los excelentes vinos no tardaron en aparecer tras la reconversión vitivinícola.
Actualmente, Argentina es el principal productor de Malbec del mundo seguido por Francia, Italia, España, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Estados Unidos.
De hecho en cada rinconcito argentino donde hayan vides de calidad, algo de Malbec seguro habrá, porque los viñateros saben que siempre será el caballito de batalla, al igual que los bodegueros.
La tercera provincia en importancia con producción de Malbec es Salta con 1.130,31 has, Patagonia (Neuquén y Río Negro) con 994,31 has y La Rioja con 710,50 has.
Si bien en cada una de estas regiones se pueden encontrar distintos Malbec, es igual de cierto que su calidad suele ser una constante. Tantas son sus bondades que fue el primer varietal en obtener Denominación de Origen Controlada de América en Luján de Cuyo.
Mucho trabajo
Claro está que las características organolépticas de este vino, son la carta de presentación del producto, y las que han logrado enamorar paladares a lo largo y ancho del planeta. Esas cualidades que nacen en la planta y crecen de la mano de los productores, se terminan de consolidar en las bodegas con la especialización de enólogos y sus equipos que trabajan para lograr los mejores vinos. De la mano de esto fue también la decisión de investigar el cepaje, difundir sus bondades y posicionarlo en puntos claves del mundo.
A esto se suma la excelente relación precio-calidad, y los trabajos de marketing que han logrado que se convierta en lo más requerido por los mercados externos, tanto que se ha llegado a superar el 50 por ciento del total de varietales que salen al exterior.
A la par de esta demanda los productores aumentaron la cantidad de parcelas tanto que aumentó el 61 por ciento de 2007 a esta parte, lo que significa en números reales de 24 mil a casi 40 mil hectáreas actuales.
Sus sabores y saberes
El Malbec se expresa muy bien en regiones de elevada amplitud térmica y suelos calcáreos, arcillosos y/o arenosos, como los que se encuentran al pie de la Cordillera de Los Andes. Estas características geográficas y climáticas hacen que el Malbec producido en Argentina se destaque primordialmente por la calidad de sus taninos: dulces y sedosos.
Suele tener un color muy intenso de tipo rojo cereza que puede llegar a parecer casi negro.
En San Juan los exponentes de este varietal se destacan por sus aromas a ciruelas y otros frutos rojos. Siempre agradables al paladar, y un dato que no es menor: su indiscutida relación precio-calidad.
Lógicamente que el clima incide en las características organolépticas del vino, por lo que los Malbec de la Patagonia -Neuquén y Río Negro-, cuentan con una acidez más marcada y sus notas aromáticas estén más vinculadas con frutos negros maduros. Algo opuesto a lo que sucede en zonas con más sol y altura.
Hay mucha gente que dice "si no tiene notas a ciruelas no es Malbec", y en eso hay mucho de cierto, al igual que aromas a cerezas, frutillas, pasas de uva, y algunas veces pimienta negra.
En aquellos criados en barricas de roble también se perciben notas a vainilla, café o chocolate, según la procedencia de la madera. El paso de los años -para los grandes Malbec-, también le aporta sabores a frutos cocidos o mermeladas. En boca siempre es amable con un ataque dulce.
Muchos de los Malbec sanjuaninos han recibido premios a nivel local, nacional e internacional, por sus particulares características.
La fiesta
La celebración por el Día del Malbec en San Juan se llevará a cabo esta tarde a partir de las 18 en la Plaza del Bicentenario. Organizado por el Ministerio de la Producción habrá exposición, degustaciones y música en vivo.
Un buen matrimonio
El Malbec acompaña muy bien a carnes rojas, carnes a la parrilla, quesos duros y pastas con salsas rojas picantes. Ni hablar con un buen chocolate para las frías noches de invierno.
El gran Día
El 17 de abril de 1853, año en que el Malbec llegó a la Argentina, se presentó un proyecto ante la Legislatura Provincial, con vistas a fundar una Quinta Normal y una Escuela de Agricultura. Este proyecto fue aprobado con fuerza de ley por la Cámara de Representantes, el 6 de septiembre del mismo año.
La gestión de Pouget y Sarmiento en la Quinta Normal de Mendoza fue parte decisiva de este proceso. El 17 de abril es la fecha elegida por Wines of Argentina para celebrar el Malbec World Day, no sólo porque la creación de la Quinta Normal es símbolo de la transformación de la Vitivinicultura Argentina, sino porque fue el punto de partida para el desarrollo de esta cepa.
Números
76 Litros vino per cápita era lo que se consumía en Argentina en 1980, de los cuales el 90 por ciento era el conocido como vino de mesa.
21 Litros de vino promedio per cápita es lo que se consumió en 2016, de los cuales gran parte fue de la varietal Malbec.