Con los resultados de los últimos comicios en la República Argentina se avecinan muchos cambios en todos los aspectos, y la movida en el gabinete principal que comanda las acciones políticas en el país es parte de ello.

La gente del campo, principalmente en las provincias netamente exportadoras de soja, trigo, maíz y carnes, se volcó fuertemente a las urnas con un voto castigo que ridiculizó a los oficialistas, ya que ni el más arriesgado de los opositores pensó.

El hecho de que el 59 % de los cargos, de los números resultantes finales del domingo 28 de junio, sean candidatos representantes de distintas fuerzas políticas vinculadas al sector rural argentino, muestra que se están comenzando a introducir dirigentes agropecuarios en la política nacional.

Analistas locales son pesimistas en cuanto al futuro argentino. Ven la tozudez con la que actúan "los K", cambiando nombres -muchos ya mal conocidos en sus funciones- y no tomando medidas de relevancia en el ambiente que maneja el rumbo económico, que es el campo. Ya se habla de que Argentina termina el año con una inflación anual del 15 %.

Aseguran numerosos expertos que se está viviendo una etapa de "estanflación", que es período de recesión con la yapa de la inflación, y esto demora muchos meses para su salida. Además, el hecho de esconder las cifras oficiales en todo (como es el caso INDEC, ahora la Gripe A y otros) y de agrandar los logros no lleva a nada, el final del período.

La crisis que se vive es caótica. No hay precios en muchos productos del campo, en el caso de San Juan han sido pésimas las campañas de ajo, cebolla y tomate pilares de la horticultura local. De uvas, ni hablemos. Oliva, está terminando la campaña, pero son datos fríos, nada atractivos.