En noviembre del año pasado la mina de oro Casposo, en Calingasta, abandonó la etapa de explotación a cielo abierto e inició a pleno la etapa de explotación en galerías subterráneas. De esta forma la expectativa de vida útil de la mina se amplió por lo menos por cuatro años más. La cuenta regresiva ya está en marcha y los pobladores del departamento, que integran el grueso de la masa laboral de la mina, se empiezan a anticipar a este final.
Así, la reactivación de El Pachón por parte de Glencore concentra las expectativas laborales de la gente de la zona. La diferencia y así lo asumen, es que tuvieron en Casposo a su mejor escuela y la carta de presentación para acreditar experiencia cuando el inicio de obras en El Pachón así lo requiera. “Estamos agradecidos a Casposo por la experiencia, pero sabemos que en algún momento va a acabar y nuestra mirada está en El Pachón. Con Casposo se aprendió sobre las exigencias de la actividad, los estándares de calidad con los que se trabaja y fue la posibilidad para que nuestros egresados de la escuela técnico minera de la zona se insertaran. Estamos preparados y la continuidad minera en Calingasta está en El Pachón”, explicó Alfredo Amin, presidente de la Cámara de Servicios Mineros de Calingasta, CASEMICA.
La cámara se formó en 2012 y 12 de sus 18 miembros brindan actualmente servicios a Casposo. Con servicios de los más variados, los prestadores ostentan la particularidad de ser un reflejo del cambio de la matriz productiva en Calingasta.“Yo me dedicaba al comercio, tenía un supermercado y hoy soy prestador minero. Otro de nuestros miembros tenía servicios agrícolas y hoy alquila sus camiones a Troy (por Troy Resources, la operadora de Casposo). Son varios los ejemplos de cómo la minería nos ha transformado, surgió la oportunidad, lo hicimos, empezamos a invertir en maquinarias, en capacitarnos, estamos preparados”, agregó Amín. “La expectativa está en las fuentes de trabajo. Desde que Troy inició la etapa subterránea comenzaron a reducirse las fuentes de trabajo porque se necesita menos, lo cierto es que hoy contamos con mano de obra preparada y es lógico que comiencen a pensar en El Pachón”, agregó Omar Toro, periodista de la publicación on line El Sol de Calingasta.
Para otros la mirada se centra en el impacto social que significa ser un trabajador minero o vinculado. “Cuando desembarcó Xstrata se notó un cambio en el poder adquisitivo de la gente y eso se notó en el comercio, por lo cual tenemos todas las expectativas en el reinicio del proyecto cuprífero con la nueva empresa. La gente está esperanzada por el trabajo y si hay trabajo, eso se traslada al comercio y otros rubros”, dijo Carlos David Samat, a cargo de las dos estaciones de combustibles que funcionan en Barreal y Calingasta.

