Las barreras impuestas por Brasil al comercio con Argentina afectan a los principales productos agroindustriales sanjuaninos y a los empresarios locales parece no quedarle otra opción que sentarse a esperar un acuerdo binacional mientras sus colegas de naciones competidoras se reparten el mercado cedido, justo en la época de mejores precios.
Es que el Mercosur acentuó su crisis de integración la pasada semana cuando su socio mayoritario, Brasil tomara represalias contra las recientes medidas proteccionistas industriales adoptadas por nuestro país.
Para San Juan los productos más afectados son la aceituna, la pasa de uva y el ajo dentro de un comercio general provincial con el mercado brasilero situado el año pasado en los U$S 93 millones de valor FOB
La pasa que no pasa
Si bien esta semana se flexibilizó la frontera a pedido de empresarios de ambos países, solo cruzaron a Brasil los camiones con alimentos perecedero mientras los productos agroindustriales como la pasa de uva sanjuanina esperaban poder pasar, pero no en menos de 10 días y solo para los camiones que ya están en la aduana fronteriza.
Se estimaba en más de 50 camiones con pasa los frenados en la frontera y el desaliento ha hecho carne en este sector vitivinícola.
El empresario pasero José Sánchez Alos suministró datos contundentes. Un flete de San Juan a San pablo oscila en los U$S 4.000. Mientras la pérdida diaria del un camión varado en ruta es de unos U$S 171 para la transportista.
Según Danilo Carracedo, despachante de aduana, la mercadería en tránsito a Brasil tiene 3 días para llegar a frontera y un permiso de embarque, una duración de 45 días prorrogables.
Desde el sector olivícola Fabián Famar afirmó que "si bien aún nos queda un 20% de la aceituna y el 30% aceite, está todo vendido. Pero en el caso de Brasil, solo se cobra si podemos entregar la mercadería".
Para el empresario exportador de pasa de uva Francisco Paladini "el golpe es duro para nuestro sector. Hoy es un mercado bien atendido por Argentina y ahora solo le facilitamos el negocio a Chile y otros competidores".
"En mi caso si bien la producción fue menor y arrancó con bajos precios, tenemos toda la mercadería comprometida y nos queda entregar un 40%", consignó, agregando que "el costo será terrible. El mayor costo será el no cumplir con los consumidores".
Finalmente consignó su preocupación: "tenemos la ilusión de que esto se arregle definitivamente. Pero en realidad no sabemos quién terminará pagando los costos".
