En el 2014 y por cuarto año consecutivo caerían las ventas externas de San Juan en cuanto a la oferta tradicional de sus productos agroindustriales, industriales y mineros, excluidos los metales preciosos y estratégicos de la mega minería.

El retraso cambiario, la inflación de costos internos y los daños climáticos serían, entre otros factores, los predisponentes para esta realidad.

Desde la salida de la devaluación hasta el 2011, San Juan había batido los récord de crecimiento de exportaciones, logrando pasar de unos U$S 140 millones a 620 millones en el 2011, sin incluir el oro.

Esta situación se notó en la economía provincial en este período, en el que las inversiones en producción de materia prima, bienes y servicios fue en aumento y con ello la demanda de mano de obra y las mejores condiciones de vida para todos los sanjuaninos.

Pero durante el último trieño, 2011-2013, las envíos al exterior se redujeron un 11% en facturación y un 9,42% en volumen. De U$S 620 millones FOB en el 2011, pasamos a ingresar divisas por U$S 586 millones en el 2012 y U$S 552 millones en el 2013. En volúmenes los envíos se redujeron de 807 mil toneladas en el 2011 a 731 mil toneladas transportadas al mundo el año pasado de todo tipo de productos.

Las dificultades

Suplemento Verde de Diario de Cuyo dialogó con los empresarios exportadores agroindustriales quienes coincidieron en señalar como las principales dificultades a vencer para retomar la senda del crecimiento en el 2014 las siguientes:

El tipo de cambio: el retraso cambiario durante todo el 2013 fue el principal causante de la falta de competitividad internacional de la agroindustria local, causando la reducción de las ventas y de la frontera productiva. Si bien la devaluación del peso el 21 de enero pasado del 23%, según la mayoría de los exportadores "ayuda pero no alcanza" a colocar los precios relativos de nuestros productos más baratos o, por lo menos, equiparados a los de nuestros competidores directos.

La inflación de costos internos es otro de los factores denunciados por los empresarios, indicándolo como "el factor clave a resolver en el 2014". Es que la inflación acumulada del 2011 a la fecha osciló entre el 75% y el 90% del valor de los bienes, insumos y servicios demandados por el agro y la industria.

Los ajustes de salarios de los trabajadores, del costo de los combustibles y el impacto de la devaluación sobre los insumos y maquinarias importadas son necesariamente absorbidas en la estructura de costos de producción, generando una suerte de "offside" o fuera de juego en los mercados internacionales.

Al respecto muchas de las paritarias de los trabajadores rurales están en plena discusión y esto imposibilita aún estimar costos productivos en varios sectores.

Las retenciones o impuesto a la exportación, el cierre de las importaciones y las consecuentes represalias arancelarias y paraarancelarias en más de 50 países también impactaron en nuestra economía regional frente a naciones como Chile, que paralelamente avanzaron en acuerdos de libre comercio.

Finalmente los problemas estructurales como la carencia de combustibles, energía eléctrica y redes camineras también afectan directamente la labor productiva de los exportadores.