Los ánimos están bastante caldeados del lado chileno por la grave crisis hídrica que se vive. Baste mencionar que se ha disminuido en gran porcentaje (por no decir paralizado) la actividad de la uva de mesa en parronales y galpones de empaque esta temporada en sitios como Peralillo, Rivadavia y comunas cercanas a Vicuña, en la cuarta Región. Salvo grandes compañías como David Del Curto, el resto está prácticamente abandonado. Una muestra de ello, las palabras del presidente de la Asociación de Productores de Pisco, Pelayo Alonso, quien indicó que ya basta de diagnósticos. Todos sabemos lo mismo. Lo que tenemos que ser es creativos en buscar soluciones aplicadas. En el caso nuestro, la solución que se requiere a todo nivel, pequeños, medianos y grandes, es el tema financiero. Hoy hay muchos agricultores que ya sabes que perdieron lo que tenían, que no van a cosechar, saben que no tendrán agua, pero en lo inmediato requieren de apoyo financiero. Están muy complicados, se les vienen los vencimientos, sabes que no los van a enfrentar. Y no son casos puntuales, son mucha gente que requiere de un sistema y darles un paraguas para poder capear esta sequía. Nos gustaría ver a la banca sentada en la mesa, que se genere un plan especial para quienes tienen el drama efectivamente. Hay gente que está muy desesperada y muchas están dispuestas ya a tomarse la carretera, que creo que no es la solución a sus problemas reales. También desaparecieron las chacras vecinas al cinturón verde de La Serena, en las cercanías del aeropuerto, donde tradicionalmente y con sistemas de riego por goteo por cinta se obtenían frutillas, melones, zapallos, papas, tomates, pimientos,