Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO consultó esta semana al agroclimatólogo e ingeniero agrónomo Cristian Albors sobre el efecto de la sequía extrema que vive San Juan en el fenómeno climatológico de las heladas y confirmó que "la falta de agua en los canales, una mayor superficie agrícola sin regar seca- y la falta de humedad ambiente predisponen a un mayor riesgo de heladas y potencian sus daños. El agua oscurece el suelo por lo que absorbe mayor calor de la radiación solar y también conserva la temperatura del día durante gran parte de la noche".

El ingeniero Albors se desempeña como docente de la Cátedra de Climatología Agrícola de del Departamento de Ingeniería Agronómica de la Facultad de Ingeniería-UNSJ junto a la ingeniera Adriana Inpes Caretta. Explicó: "Meteorológicamente hablando, una helada se produce cuando la temperatura del aire desciende por debajo de los 0 ºC en la casilla meteorológica, a 1,5 m de altura. Desde el punto de vista agrícola se considera que se ha producido una helada cuando la temperatura alcanzada, por debajo de 0 ¦C, causa daños al cultivo". 

Consignó: "Las heladas tardías o primaverales, para las actividades agrícolas son las de mayor importancia. A medida que trascurre el año y avanza la primavera, la frecuencia de noches con temperatura por debajo del cero va disminuyendo, pero las plantas y en especial las cultivadas aumentan su susceptibilidad a las bajas temperaturas. Según los expertos como Tassara de la EEA INTA Alto Valle, la sensibilidad al frío aumenta a medida que avanza el ciclo fenológico del cultivo, y eso es debido a que también aumenta el contenido de agua en los tejidos de las plantas". 

Sobre los daños en cultivos como la vid explicó que "las yemas y las hojas están expuestas a mayor frecuencia de heladas, pero son más resistentes que las fases siguientes. Es decir, desde brotación hasta frutos pequeños, es esta última fase es la más susceptible al daño y coincide, justamente, con las heladas tardías". 

Y aclaró: "El daño depende de la especie, la variedad, del estado fenológico, sanitario y trófico de la planta, a lo que se suman aspectos abióticos como el sistema de conducción, estado del suelo, entre otros factores". 

Y remarcó finalmente: "La helada es una adversidad agrometeorológica sumamente ligada a las características particulares de la especie, de su estado general y de su contexto. Por ende, en este ciclo dependerá del combate activo y pasivo a modo de prevención". 

 

La falta de acumulación de HF provoca desde brotación tardía y heterogénea, floración irregular y extendida y, en casi todos los casos, disminución de rendimiento.

 

 

  • Ya superan las 800 horas frío y esto es bueno

 

En el caso de las horas de frío hay buena cantidad acumuladas, ya superan las 800 horas por debajo de los 7ºC y así asegura en gran parte de los cultivos y la vid, un impacto favorable en la formación de las yemas fructificadoras.

Al respecto el agroclimatólogo Cristian Albors explicó: "En los frutales de clima templado, como el duraznero, el damasco y otros cultivos como vid y olivos, el reposo invernal forma parte del ciclo anual y es inducido por las bajas temperaturas del otoño, junto al acortamiento del día. Este reposo, llamado dormición, es la falta de crecimiento visible, debido a la acumulación de sustancias inhibidoras, principalmente en las yemas. La disminución del largo de los días y de la temperatura hacia el otoño, son los estímulos meteorológicos que desencadenan los procesos morfológicos y fisiológicos que preparan al vegetal para resistir el próximo invierno". 

Así, para que los efectos de los inhibidores de crecimiento desaparezcan hacia primavera, "hará falta el efecto del frío invernal, que libera a los tejidos del estado de dormición y los deja dispuestos para las fases de brotación, floración", entre otros factores indicó. 

Albors indicó que los frutales "perciben como frío, las temperaturas entre los 0 y 12 ¦C. Pero las más efectivas son entre los 3 y 7 ºC. Con temperaturas superiores o inferiores a cierto rango se revierte o resta el efecto. La cantidad de frío acumulado durante la dormición se puede cuantificar mediante la suma de horas frío (HF) con temperatura del aire menor o igual a 7 ºC o mediante modelos científicos".

E indicó, ‘La cantidad necesaria de frío y, por lo tanto, la duración del reposo, dependen de la especie y la variedad. Frutales como el almendro requieren valores que van según la variedad desde los 100 a las 500 HF, en cambio las vides presentan requerimientos desde 100 a 1.400 HF’. 

EN NÚMEROS

  • 27  Son las heladas promedio anuales acurridas en el Valle de Tulum. Las peligrosas son las ocurridas luego del 15 de agosto.
  • 700  Horas fríos son consideradas como un mínimo promedio óptimo para los frutales en la provincia de San Juan.