Esta tarea invernal repetida cíclicamente cada invierno, se realiza con la esperanza de comenzar una nueva temporada con buenos augurios, con un clima que acompañe sin heladas tardías, granizos y enfermedadades. Cada productor sigue al pie de la letra las recomendaciones de las tecnologías en materia de viñedos, pero sabe que a aveces esto solo no alcanza. Ahora mas que nunca, el precio de su producción está globalizado y no hay ya precios mágicos que +salven+ el año. Sabe que solamente el trabajo y los buenos augurios pueden llevarlo a recibir un precio justo. Por eso es hombre de la tierra. Pese a que hay años que pierde mucho mantiene esperanza. En esto hay humildad. Algo que los hombres de los fríos negocios financieros no entienden.
La poda

