Dejó de ser directamente proporcional la relación “sube la cotización del oro-suben las acciones de las mineras”. Tanto es así, que el comportamiento de la onza fue ascendente en los últimos meses mientras que con las empresas ocurrió lo contrario, según publicó la agencia Reuters. Desde el 1 de septiembre hasta el viernes pasado, los precios de los futuros de oro subieron en la Bolsa de Nueva York a 1.048,60 dólares la onza, desde 953,50. Esto significa un aumento del orden del 10 por ciento. Pero el índice S&P Gold, que copia los títulos de las compañías mineras productoras del metal doré, cayó alrededor del 12 por ciento desde julio del año pasado a estos días.
Las acciones de las mayores mineras de oro, Barrick Gold Corp y Newmont Mining subieron la semana del 28 de septiembre al 2 de octubre, cuando el oro despegó. Pero el viernes 9 de octubre, Newmont operaba a unos 46,50 dólares, bastante por debajo de su máximo de 52 semanas, de casi 50 dólares alcanzado en junio. El precio de las acciones de Barrick, el viernes pasado, era de 39,48 dólares, inferior a su máximo de 41,98 dólares tocado el mes pasado, según datos de la agencia informativa.
El motivo de los comportamientos divorciados (onza de oro en alza, acciones de mineras en baja) no pareciera demasiado oculto. Especialistas internacionales coincidieron en señalar que el mercado de capitales se ha fortalecido últimamente y que hay alternativas de inversión respaldadas por el oro, que no son necesariamente las compañías mineras productoras del metal precioso.
Jeffrey Nichols, director administrativo de American Precious Metals Advisors, afirmó que el repunte del mercado bursátil desde la recesión del año pasado ha creado competencia para el dinero de los inversores que ahora ven otras acciones y los ETF, o fondos negociados en bolsa, con respaldo en oro.
Los ETF (Exchange Traded Funds) son fondos de inversión que cotizan en bolsa, igual que una acción, se pueden comprar y vender en una misma jornada varias veces y replican el valor de determinados activos. Por ejemplo, los metales. Atraen a inversores que podrían comprar acciones de compañías dedicadas a la producción de oro. Los ETF presentan, como ventaja, menos riesgos que las empresas mineras. A saber: problemas de administración interna, cambios jurídicos en los países donde se ubican las minas, costos de producción siempre en alza, entre otros.
Además, todavía subsiste la sensación en el mercado de que el oro podría retraerse en el futuro y estabilizarse por debajo de los 1.000 dólares. Esto contiene las inversiones en el sector, perjudicando aún más el crecimiento de la cotización de las compañías mineras.

