El mundo sigue atento la novela desatada entre las mineras que controlan la producción de hierro y las acereras chinas, que han exigido una rebaja del 50 por ciento del valor del mineral, tras el encarecimiento superior al 65 por ciento ocurrido en los últimos meses. La amenaza asiática es suspender las compras de hierro latinoamericano y australiano para abastecerse con recursos propios. A fines de abril habría humo blanco, según las previsiones de los especialistas.
La producción de hierro global está concentrada en tres firmas importantes que tienen intereses en Argentina, en términos generales, y particularmente en Cuyo y en San Juan, aunque aquí no estén sus proyectos para producir el insumo base del acero.
Se trata de la australiana BHP Billiton, que ya comenzó a buscar cobre y oro en Salta; la británica Río Tinto que desarrolla el proyecto Potasio Río Colorado en Mendoza; y la brasileña Vale Do Río Doce, que tiene un proyecto de potasio en Neuquén y explora áreas en San Juan, Catamarca y Salta.
BHP Billiton, Río Tinto y Vale controlan dos tercios del comercio marítimo global del hierro, según publicó la agencia Reuters. Las tres compañías ya están se están acomodando para la recuperación industrial china, lo que les permitirá proyectar mayores niveles de producción y, por lo tanto, de ingresos.
Según publicó el sitio especializado www.americaeconomica.com, en el 2008 la firma australiana y la británica, que dominan el 50 por ciento de las ventas de hierro a Asia, incrementaron entre el 79,88 y el 96,5 por ciento el precio del hierro para China con respecto al 2007. Mientras, la brasileña subió los valores entre el 65 y el 71 por ciento.
En el tironeo entre las mineras y las acerías hay un tercer sector que tiene influencia: el de las alicaídas automotrices, principales compradoras del metal. El recorte de las compras de los fabricantes de automóviles, constructores de embarcaciones y firmas de electrónica es el argumento fuerte de las siderúrgicas chinas para presionar por una rebaja en el precio del hierro.
El pasado 1 de abril era la fecha acordada para sentarse a negociar, entre compradores y proveedores de hierro. Sin embargo, ese plazo fue postergado y, según los sucesos ocurridos la semana pasada, las mineras están en posición de conceder menos que el recorte del 50 por ciento pedido por China. Su argumento es que hay proyecciones de recuperación industrial en el corto plazo.
La negociación final tiene nueva fecha y es el 30 de abril, según difundieron los medios de comunicación especializados. Sin embargo, la novela del hierro promete muchos capítulos más. Y lo que parezca un final, podría no serlo.

