Si algo tienen los integrantes de Ob Caenum es su plasticidad y su poco apego a las tradiciones. No podía ser de otro modo para un elenco teatral por demás habituado a poner la imagen, la corporalidad, los objetos y la sonoridad en juego sobre un escenario rupturista, experimental. Y ahora, en medio de una pandemia que cierra salas y prácticamente deja en jaque las posibilidad de ensayar, han dado muestras de su versatilidad. Aceptaron el desafío y lo reconvirtieron. Es por eso que su última perfomance mutó de la sala de teatro al espacio digital a través de una red social. Y no sólo eso. Pronto, el mismo trabajo verá la luz como libro digital, como formato sonoro para radioteatro y como canal de música de Spotify.
Hasta marzo de este año todo parecía indicar que No soy mujer de mirada púdica luego perdió (fue a propósito) las últimas tres significativas palabras al ser llevada a las redes sociales -iba a ser una de sus intervenciones artísticas. Estaban trabajando el texto que el mismo grupo había escrito y dando forma a lo que se vería. Es más, como habían presentado un adelanto de este proceso al público del reconocido y exigente Fiba (Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires) en enero del 2020, ya tenían definido que harían un "estreno escalonado" con al menos tres presentaciones o avances de la obra cada dos semanas. Pero nada de esos planes pudo concretarse por el Covid.
Bueno, algunos de sus inquietudes sí pudieron plasmarse. Claro que con algunos cambios.
"Hay elementos que son insustituibles en un formato de teatro como el que conocíamos hasta ahora, el tradicional, el de la presencialidad. Sin embargo si se piensa desde cuestiones antropológicas del teatro, todo lo que tiene que ver con el contacto con el otro, con el sentido de acercamiento, sin importar el hoy-aquí y ahora, sí se puede sustituir. Eso es lo que nos estamos animando a explorar, esa teatralidad más allá del teatro", asegura Guadalupe Suárez Jofré que como primer paso se animó a recurrir al video, animaciones, fotos, dibujos, textos, audios y los sonidos para concretar el desafío.
De hecho, con el mismo soporte textual original, más el aporte tecnológico, el escenario que en principio contenía a siete performers pasó a Instagram. A manera de prueba y de resumen de la obra, cada dos semanas van subiendo varios posteos que son, en definitiva, escenas de la obra, que invitan a mirar, hacer click e interactuar como quien está del otro lado desee.
"Son entregas por capítulos que van completando la narrativa. Nos pareció que era el mejor modo de presentar un trabajo que no se adapta al streaming, como han hecho otros elencos, porque lo nuestro no se maneja con una primacía del texto narrativo, sino que tenemos otro despliegue escénico que no podría lograrse con un celular o con la cámara fija de una computadora para respetar los protocolos", agrega la directora.
Con los primeros resultados de las redes, ya empezaron a trabajar para armar un libro digital que podrá llegar a los interesados como material para ver, observar detalles, desplegar distintas ventanas en una computadora. A la par y en respuesta a una convocatoria del Instituto Nacional del Teatro, están adaptando la perfomance con lo que ellos llaman "atmósferas sonoras" al formato radioteatro. "Estamos muy entusiasmados con estas posibilidades que se nos han abierto con la pandemia. Son caminos que se vuelven ricos para la profundización estética de materiales, para que no se pierda ningún estímulo perceptivo. Es un trabajo fantástico y apasionante", resume Guadalupe, quien como el resto del elenco no deja de esperar que en algún momento -cuando sea posible- la obra llegue al teatro presencial, pero mientras tanto no dejan de ver toda la ganancia obtenida con el nuevo soporte. "Si bien el contacto con el público es raro y casi que no se puede medir y hasta hemos perdido ese contacto con un espectador que recree su propia interpretación de lo que le estamos presentado, en cambio sí nos llega el registro de quien te pone un like, te levanta un dedo para arriba y lo mejor de todo, te deja un comentario. Nos han sorprendido las reacciones de la gente. Así nos ha contactado un escultor francés, un músico de Brooklyn, otros chilenos, sólo por citar algunos ejemplos de la riqueza multidisciplinar e ilimitada que ofrecen las redes", dice feliz.
Un planteo actual
No soy mujer es la adaptación y reescritura basada, casi un diálogo como lo define la directora del elenco, con la obra Penthesilea, del dramaturgo alemán Heinrich von Kleist, quien a su vez, tomó un mito griego de inspiración. El mito en cuestión es el de una reina amazona que se enamora de Aquiles, el guerrero.
"Von Kleist la reescribe a principios del 1800 en un tono trágico, pero a su vez le da un toque más feminista si lo pensamos desde hoy. Este dramaturgo romántico, de fines del siglo XIX, es un innovador en su planteo, en su mirada en la que una guerrera amazona, de un pueblo de mujeres libres, al enfrentarse con estos guerreros hombres, se enamora de uno de ellos, y Aquiles, se enamora de ella, pero surge una relación muy consciente de su imposibilidad de prosperar por la diferencia cultural entre las mujeres y los hombres; entonces plantea el enfrentamiento entre ellos. Para mí, esa postura tiene resonancias, más allá de detalles puntuales que la obra va dejando ver, con lo que son los reclamos feministas por los derechos de la mujer, por la necesidad de conquistar lugares y posibilidades. Nuestra propuesta sobre eso tiende un montón de líneas entre ese texto y nuestra actualidad", explica.
Para verte mejor
En el link https://www.instagram.com/obcaenum se puede encontrar el desarrollo del proceso artístico del elenco. Calculan que la obra "No soy mujer" llegará a los 80 posteos. Planean que a fines de noviembre ya esté concluido y por ende, subido en su totalidad a la esta red social. El acceso es libre y gratuito.
Son muchas las personas que trabajan para que esto sea posible. El equipo de la perfomance escénica lo integran Marcelo Gallardo, Melina Echevarría Peinado, Pilar Mestre Del Bono, Larisa Trasistaru, Facundo Cersósimo, Ina Estévez Fager y Guadalupe Suárez Jofré. A quienes se sumaron Morena Soria y Luli Milán, dos diseñadoras, que hacen el soporte para la perfomance digital, además de Vanina Rodríguez Garcés, que hará sus aportes para la realización del libro digital.

Por Paulina Rotman
Fotos: colaboración Elenco Ob Caenum

