Cada vez que a Rosario le toca estar con su papá, seguro que entre ambos arman un despiplume bárbaro en la cocina, en el comedor, en el jardín o por donde vayan pasando. A ambos les encanta hacer experimentos e investigar. Y con el objetivo de no perder ni un segundo del valioso tiempo que comparten, dejan plasmado cada encuentro y cada salida semanal en videos en el celular.

Es que a Rosario Bogni no le entusiasma jugar con juguetes tradicionales, salvo que haya otros niños y que sean mayores que ella. De hecho dice que "los que tienen dos años menos que yo, son como bebés y no me agrada jugar con ellos. Prefiero gente más grande como mi amiga Violeta, que es una chica que me dijo que ella va a ser la primera que le va a dar like a mis videos’’, haciendo referencia a la nueva actividad que la tiene totalmente ocupada y obnubilada en este 2020, a sus seis años.

Ella prefiere hacer sus propias masas elásticas para moldear o en todo caso dibujar con un lápiz, que no es un lápiz cualquiera, sino uno que le permite desarrollar figuras en tres dimensiones. También le apasiona salir al campo para hacer observaciones de todo lo que está a su alrededor. Y si, no queda otra que quedarse en la casa, puede pasarse horas con el microscopio, las lupas, los accesorios de su kit de ciencias o mirar la secuencia de cómo caen las piezas del dominó, un juego que hace su papá, con tan solo empujar una que provoca un efecto en cadena.

A Rosario le interesa la Ciencia. A tal punto que ella se define, y lo hace con toda la seriedad del caso, como científica. El mote le calza justo. Para corroborarlo basta con verla poner en juego su curiosidad, sus ganas de preguntar y de saber el por qué de las cosas ante cualquier proyecto o iniciativa. Lo hace y con total soltura frente a la cámara del celular de su papá. Inclusive hasta puede ser considerada una verdadera divulgadora de la Ciencia porque en YouTube tiene su canal, en Facebook e Instagram sus páginas de Aventuras con la Ciencia, un espacio virtual donde hasta el momento hay 4 episodios de sus experimentos.

Justamente su papá es su mejor aliado en esta iniciativa. Es que él es un experto en animación 3 D y en contenidos interactivos, también hace publicidad y videos, además de tener conocimientos en fungicultura, estudió agronomía, electrónica, es músico y juega al ajedrez. Un polifacético y un curioso empedernido. Por eso, no es llamativo que sea quien la estimula a animarse a andar por el campo criticando la basura que deja la gente a su paso y cómo eso contamina el planeta, sólo por citar una de las temáticas de los cortos que han subido a las redes.

"Yo desde hace un tiempo que quiero ser youtuber y mostrar cómo me divierto haciendo Ciencia para que otros chicos puedan hacer lo mismo y para que puedan tomarse muy en serio que hay que cuidar el planeta’’, explica esta chica con naturalidad.

Claro que no es cuestión de pararse frente a la cámara del celular y empezar a hacer algo. Para esta nena y su papá Jeremías es algo que tiene suma seriedad. Y aunque ella lo haga jugando, hay todo un proceso de por medio. De hecho, hacen antes de filmar un episodio, el detalle del proyecto sobre el que van a hablar, investigan un poco en Internet, leen, escriben, experimentan una y varias veces a modo de prueba y entonces están listos para concretar el video que, les insume varias horas y una edición puntillosa para que salga prolijo e interesante.

A esta altura de las circunstancias, ha demostrado -en las redes- ser una maestra en preparar slime casero (una masa gomosa para jugar), fluido no newtoniano (otra masa a base de fécula de maíz y agua que si no están en permanente contacto con la mano se endurece o se derrite). También en dibujar en tres dimensiones, descubriendo un lápiz especial para ello. Y ya es una especialista en botánica que puede detallar las características de la jarilla, la brea y los cactus que encontró en una salida al campo, en Barreal.

Aparte tiene en carpeta un listado con todas las ideas a plasmar a futuro y secciones a incorporar a YouTube. "Los próximos videos van a ser sobre cómo hacer un volcán de mentirita porque uno real sería muy peligroso y también quisiera mostrar como se hacen observaciones de hojitas que recogimos en el parque en el microscopio. Hacer todo esto es muy divertido y la gente lo puede ver según sus intereses: hay videos de química que son los que uno ingredientes para ver qué sale, otros de Juguetes Tecnológicos y uno más de paseos’’, dice la chica que sueña con tener un laboratorio y también un caballo porque le encantan los animales, pasión que personalmente le adjudica al hecho de haber nacido en una finca en Pocito.

Aunque ella se imagina dentro de unos años trabajando como científica en descubrimientos como la vacuna para que el Coronavirus deje de infectar gente, deja dos puertas abiertas: podría ser actriz quizás porque le gusta que la filmen y que todos la vean en las redes sociales o también le gustaría mucho trabajar en una granja, dándole de comer a los animales.

"Me falta saber muchas cosas de la naturaleza porque eso quiero seguir investigando porque yo soy una científica. Me gusta la Ciencia para aprender, descubrir cosas nuevas, hacer experimentos. Me gusta la química y la robótica’’, asegura, mientras va preparando el material para el próximo experimento.

La curiosidad, en episodios

Desinhibida, con un vocabulario impresionante, una vocecita dulce que invita a seguir viendo y desde un rincón de la casa donde han armado un set de ciencias con una especie de pizarrón. Eso es lo que puede verse en el canal de Rosario Bogni, el que se encuentra en "Aventuras con la Ciencia", en Instagram como @aventurasconlaciencia y en Facebook como www.facebook.com/aventurasconlaciencia.

En las redes personales de su papá, que no disimula el orgullo que tiene por ella, tiene decenas de seguidores que han compartido el material, muchísimos comentarios y ni qué decir de los "me gusta’’ y los "me encanta’’. Es más, hasta un sanjuanino que vive en Estados Unidos y que fue uno de los que vio estas Aventuras on line, ya le ha propuesto encarar los videos de otro modo para que puedan convertirse en un producto educativo formal.