La rosa escribe crónicas de nuestra vida cotidiana, brindando un valioso tapiz de memorias, experiencias, camaradería, libertad y pasión.

Privilegiada por su belleza, concede gran regocijo en momentos felices y, en algunas ocasiones, necesaria compasión.

La rosa ha recorrido tantos caminos en la historia de la humanidad como ninguna otra flor. Su estética, sus trazos y su belleza informan hasta dónde es capaz la naturaleza para crear cosas tan perfectas. Aromas, combinación de pétalos, colores y perfumes. Encierra un mundo atrapante para todos los rosicultores y amantes de la jardinería.

Este mes, está simbolizado por exhalar ese aroma a rosas y además identificarla con lo más bello que cada uno tiene: La madre.

Si bien se las cultiva y admira en todo el mundo, todas las especies de rosas son originarias del hemisferio Norte. El género rosa ofrece una gran diversidad de variedades aptas para distintos usos por su tipo de crecimiento. Así hoy podemos tener desde una miniatura en una maceta, hasta un magnifico arbusto de grandes dimensiones, o un rosal trepador capaz de cubrir una pérgola. Las podemos apreciar en cercos floridos, en canteros o borduras en combinaciones con herbáceas y seguramente en los tradicionales jardines de rosas como únicas protagonistas.

En la rosa los portadores de su aroma son los pétalos. Es difícil lograr industrialmente esencias del verdadero aroma a rosa. Los aromas que acompañan a la rosa hasta el florero serán de limón, verbena, frambuesa, entre tantos otros. La flor sólo tendrá perfume cuando se abra, no cuando está en capullo. Además éste suele ser a veces caprichoso, a menudo una rosa olería maravillosamente de haberse quedado en el rosal, y lo pierde una vez que llega al florero. Esto se debe a que la biosíntesis se desarrolla de manera diferente en el agua que en la tierra. El perfume de la rosa cuando aparece tan pronto es síntoma de envejecimiento rápido de sus pétalos.

En la actualidad la novedad de las formas y los colores tienen que estar acompañados del aroma. La rosa de todos los tiempos es perfumada. Los hibridadores de la Casa Meilland, se han asociado al talento de la casa Robertet, en Grasse (Francia), especializada en la búsqueda y extracción de esencias exclusivamente naturales. Un aroma está compuesto de terpenos (principal componente de la resina de los aceites esenciales) y alcoholes, combinados de maneras distintas para dar a cada rosa su aroma específico.

Un abanico de aromas


Cinco notas de olores predominan y se encuentran en cantidades diferentes según la variedad y el cultivo teniendo en cuenta el terruño (suelo original).

1- La nota Verde, evoca a hierba cortada, la hoja aplastada.

2- La nota Rosada, evoca a la rosa de té, la del agua de rosas.

3- La nota Cítrica, realza el olor con sus aromas de verbena y toronja.

4- La nota Frutada de los vergeles en los que se mezcla el durazno con el damasco y la frambuesa con la grosella.

5- La nota Especiada es del almizcle, de la vainilla, clavo de olor, pimienta, anís y todos esos aromas que nos llegan de las soleadas islas.

¿Se han fijado que las rosas anaranjadas huelen a durazno y damasco, las amarillas pálido a prados y limón, las rosas de color rosa a lavanda, las rojas a granada y fresa, las verdes a manzana; y que el aroma más intenso viene de los pétalos aterciopelados de una rosa púrpura, oscura casi negra? En efecto las rosas tienen el color de su aroma. Los genes de color y perfume se encuentran en los cromosomas, y los pigmentos en las células de los pétalos.

Las rosas todavía nos llenan los sentidos con el glorioso aroma que nos han dado por miles de años, es algo que todo el mundo siente. La reina de las flores, en los parques y jardines, ha mantenido su cetro. Las múltiples formas y colores de sus flores, su mágico perfume y sus variados hábitos de crecimiento hacen de la rosa una de las especies con más adeptos en el mundo. Por tal motivo es que acompaña al hombre a través de la historia.