A contramano de las nuevas tendencias en gastronomía, a Guillermo Almirón no lo seducen ni los platos gourmet, ni las porciones diminutas ni los sabores livianos que pueden pasar desapercibidos. Este profesional, que pasó por muchas de las cocinas y restaurantes de renombre de la provincia, prefiere la comida suculenta y generosa. Esa que aprendió a preparar en la casa de su abuela, donde creció entre el perfume que dejaba un caldo con mucho laurel regodeándose por horas y horas en la olla o el ahumado de la carne. Y la que fue perfeccionando con los años, los estudios y los maestros que fue encontrando en el camino.
Es por eso que Guillermo decidió orientarse profesionalmente hacia un estilo de cocina que el mismo define como "rústica, casera y por qué no para alimentar a aquellos que disfrutan de la buena mesa, especialmente el público masculino”. Eso es lo que ofrece con su original servicio de catering "A lo criollo”, con el que lleva a cualquier tipo de evento todo su arsenal de utensilios e ingredientes para cocinar en el lugar tanto al disco como a la llama.
¿Que menú propone en este sentido? Guillemo asegura que todo tipo de alimento puede prepararse de esta manera: desde las carnes más diversas, todas la variedad de verduras y vegetales, inclusive se pueden hacer pastas al discos. "Son formas de cocinar muy versátiles pero que dan resultados exquisitos: quien se imagina que al disco se pueden hacer desde papas fritas hasta paellas, pasando por guisos de conejo, bifes a la criolla o cazuela de chivo. Todo es posible. Lo mismo a la llama. Es más, si en el lugar del evento, hay horno de barro o parrilla también se pueden hacer maravillas, como perniles al horno de barro, mollejas y por qué no tortitas o semitas caseras para un final de fiesta”, explica el experto que combina su trabajo en eventos con la cocina del restó Núbile, donde es el chef principal.
"Podría decir que "A lo criollo” nació jugando. Cuando volví de Córdoba, dónde había ido para estudiar en el reconocido instituto Azafrán, empecé a trabajar como ayudante de un reconocido chef y su mamá -Diego Vega y Marcela Sánchez- en eventos a domicilio. Eso me ayudó a tomar confianza hasta que llegó el día que me pidieron que fuera yo a hacer una pata de ternera. Con el apoyo de Diego, salí invito del primer desafío. Desde entonces, no paro de ir a cocinar a domicilio, siempre a la llama o al disco, porque tiene muchos seguidores, ya que es un estilo de comida que no se hace en las casas generalmente. Y es buenísima para agasajar a los que uno más quiere”, cuenta.

