Desde chicos nos inculcan, tanto en casa como en la escuela, que es importante el correcto cepillado de dientes al menos tres veces al día, luego de cada comida y complementando con hilo dental. Por el trajín diario o simplemente por darle poca importancia, se reduce la cantidad de cepillado o se hace por encima. Ni hablar de las visitas al odontólogo, donde muchas veces se llega cuando el dolor o la molestia es insostenible.
Hay quienes se obsesionan con el aspecto de sus dientes y la correcta higiene bucal, pero hay otros que son todo lo contario y ante este panorama, la médica odontóloga Marisa Martínez explica los riesgos y las ventajas de cuidar limpieza dental.
Según comenta la profesional, la limpieza bucal consta de dos partes. Una de ellas es la que se realiza en casa a diario, con el uso de cepillo de diente, la utilización o no de pasta dental y el uso de hilo dental, para eliminar restos de comida. La recomendación es cepillarse tres veces mínimo al día.
La segunda parte consiste en la limpieza que realiza el profesional en consultorio. Durante el procedimiento se eliminan elementos que están adheridos a piezas dentales, provenientes de saliva mezclada con alimentos. La frecuencia de la limpieza la determinará el odontólogo según la condición y los hábitos del paciente, además de la cantidad y calidad de la saliva. Algunos pacientes requieren hasta tres limpiezas anuales, mientras que otros, con ir solo una vez al año es suficiente.
No realizar ninguna de las dos limpiezas puede provocar la acumulación de sarro en la pieza dental, lo que provocaría un desplazamiento de la encía. Si no se elimina a tiempo, el diente pierde sostén y podrían suceder dos cosas, que tenga movilidad indeseada o mucho peor, perder el diente.
El sarro no es el único inconveniente, ya que existe la posibilidad de formación de manchas en los dientes, sobre todo si el paciente tiende a consumir mucho café, té o si es fumador.
La persona fumadora, según la especialista, debería realizarse tanto la limpieza dental como los controles odontológicos mucho más seguido, no solo por el sarro y la pigmentación, sino también por otro tipo de lesiones sobre los tejidos blandos que muchas veces no son percibidos por el paciente, pero tienen una alta incidencia en lo que se refiere a cáncer bucal.
Sin duda la sonrisa es una de las cartas de presentación principales de cada persona, y no solo su aspecto debe importar por cuestiones estéticas, sino también de salud. Por ello la consulta con el profesional es importante y debería realizarse una vez al año, consultando qué elementos utilizar para la higiene en casa.
La higiene diaria se debe amoldar a la situación de cada paciente. Si bien en muchos casos el cepillado es suficiente, otros elementos como enjuague bucal e hilo dental complementa el cuidado de nuestra dentadura. No debemos olvidar que una vez cambiados los dientes de leche, las piezas dentales que tenemos serán aquellas que nos acompañarán el resto de la vida.
Colaboración:
Odontóloga Marisa Martínez. M.P: 477 – Coordinadora del Departamento Educación para la Salud del Circulo Odontológico