La imaginación no tiene límites. Una afirmación que puede dejar de tener sentido si no se explora, motiva y ejercita en cada etapa de la vida. Como ejemplo alcanza con escuchar un niño en su mundo de fantasías, de juego y de creatividad sin filtros ni condicionamientos sociales, cosas que luego se van perdiendo con el crecimiento. Precisamente en esto se basaron Alejandra Araya, Alvaro Olmedo y Leticia Gutiérrez cuando presentaron a la Subsecretaría de Cultura el proyecto "Artenpie", un espacio de expresión que propicia la creatividad y el encuentro con la palabra.
Aprobado por este ente oficial junto con la Dirección de Acción Cultural, el año pasado dieron comienzo los talleres para niños y adultos con un total de 40 personas. Este año se sumó el de adolescentes y en entre los tres ya suman unas 85 personas, cifra que puede crecer teniendo en cuenta que todavía hay tiempo de incorporarse.
La propuesta creativa comprende a todos aquellos que quieren transmitir con la palabra, sin importar que tipo de género literario sea utilizado porque, precisamente, se trata de romper con los esquemas rígidos que apuntan más a lograr una estructura que un contenido.
En el caso particular de los pequeños (de 8 a 12 años), "llegan al taller esperando encontrar un espacio diferente. Por eso todo lo hacemos a través del juego, redescubriendo palabras, inventando otras y el resultado es increíble", dice Leticia, licenciada en psicología y docente de nivel inicial.
Alvaro Olmedo es el encargado de coordinar el taller de adultos y poesía, tarea que desempeña desde su condición de escritor. "Nosotros no enseñamos a escribir, a lo sumo enseñamos a borrar. Estos talleres son, básicamente, un lugar de pensamiento y reflexión, sobre todo para los más grandes que a veces se resisten un poco, pero la evolución es siempre muy notable. La idea es partir de qué somos, qué queremos ser, reflexionar sobre el lugar en el que vivimos y muchas otras cosas más que van surgiendo naturalmente".
El nuevo espacio creado para adolescentes que completa esta iniciativa está a cargo de la escritora Alejandra Araya.
"Hay que leer mucho para poder escribir, hay técnicas que manejar y esto no significa encasillarse si no saberlas para otorgar una estructura al texto, tener un orden y saber dónde ponemos la cámara para la narración. Los adolescentes llegan en una etapa en la que tienen muchas ganas de comunicar sus cosas, sus necesidades, y de eso se trata", explica Alejandra.
Los encuentros que se llevan a cabo dos veces por semana hasta fin de año tienen un claro objetivo: Reencontrarse con la palabra y utilizar la imaginación para la vida teniendo en cuenta que está amplia los límites posibles.

