Una dura crisis se ha abatido sobre el sector olivícola internacional desde hace ya cuatro campañas y los malos precios del aceite de oliva, así como una drástica caída de las exportaciones, se están haciendo notar.

Desde el sector olivícola europeo, los productores y elaboradores culpan a un reducido grupo de empresas, 4 o 5, todas de capitales estadounidenses, que actúan fijando precios muy bajos para aceitunas y aceites pagados al productor. Sólo cabe citar que desde hace un año los precios de los aceites extra vírgenes y vírgenes cayeron un 9 y 5% respectivamente en la Unión Europea.

En nuestro país, y según los actores locales, a este problema europeo se suman un dólar muy bajo, una inflación de costos internos y la ausencia de una política de comercio exterior provincial que, entre otros aspectos, han dejado fuera de combate a los exportadores locales en el mercado internacional. Prueba de ello es la caída del 59% del volumen exportado durante el 2010 respecto del año anterior y de un 57% del valor FOB.

Todavía se están vendiendo los aceites del año pasado a precios de U$S 2.200 a 2.300 FOB por tonelada, cuando hace dos campañas atrás se comercializaba a U$S 3.200.

La cosecha

La cosecha viene con un recupero de volúmenes respectos del año pasado pero el contexto está obligando a no pocos productores a reconocer que no cosecharán la aceituna aceitera sobre todo en la zona de cultivos tradicionales sin cosecha mecánica. De hecho y por la falta trabajadores ya quedaron en las plantas el 10% de la oliva conservera.

Cabe recordar que entre el 60 y 70% de los cultivos están destinados a producir óleo y que este año la aceituna casi en un 100% se molería a maquila por la inflación sufrida por la industria.

Según comentaron productores y especialistas de la talla de Carlos Pasquet, para solventar los gastos de elaboración un productor necesita entre 8.400 y 8.500 kilogramos para obtener una tonelada de aceite de oliva, considerando que al 15% del rinde medio de materia grasa de la aceituna esto es unos 7.000 kilos de oliva por tonelada de aceite- le suma el pago del 20% de la aceituna por el fazón o maquila.

Según comentaron, cosechar y transportar la aceituna a la fábrica está costando alrededor de los $0,85 aproximadamente y el precio promedio ofrecido hoy al productor entre $0,90 a $1. Todo un tema considerando la inflación del orden del 30 al 35% de los costos productivos del último año.

Hay que recordar que los costos de producción y cosecha se pagan de contado, mientras que la venta del óleo se cobra o la aceituna se cobra generalmente a los 90 días el 50% y la otra mitad a los 120 días sumándole además el 10,5 o el 21% del IVA según corresponda. Todo un despropósito financiero para el pequeño y mediano olivicultor.

¿Y las oportunidades?

Claro está que las inversiones de los grandes grupos inversores no se detienen sobre todo cuando de apostar a negocios de 50 a 70 años de evaluación se refiere y en donde realidades como las actuales sólo responden a pequeñas fluctuaciones periódicas del mercado al que algunos sobreviven y otros no. Calidad, buena genética, demanda internacional en crecimiento y pocas zonas potencialmente competidoras con la nuestra dan respuesta al interrogante de por qué se sigue invirtiendo en esta labor.

Pero según los protagonistas del sector San Juan se deben hacer bien los deberes, como mejorar a inexistente estrategia de comercio internacional, tal vez acompañando lo realizado por el COI en EEUU, Canadá, China e India para promover el consumo de aceite de oliva, justo en mercados donde el gusto del consumidor se inclina por óleos como los producidos en nuestra tierra.