El 6 de mayo pasado finalizó el tiempo permitido por el Instituto Nacional de Vitivinicultura para que las bodegas puedan elaborar vinos. Las zonas más cálidas de la Argentina como San Juan y La Rioja terminaron antes. El ingreso posterior de uvas sólo se permite para la elaboración de mostos. Queda todavía que ingresen a los galpones de empaque uvas de variedades tardías para consumo en fresco y pasas especialmente de variedades de maduración tardía como California, Almeria, Cereza y Emperador entre otras de menos escala.
Así el país lleva cosechado unos 2.225 millones de kilos, una cifra un 22 % menor que lo cosechado el año pasado, producto de las grandes pérdidas producidas por las fuertes heladas invernales y de primavera, ataques del hongo peronóspora, vientos zondas en floración, deficiencia en riegos, fuerte granizo a fin de año y días con temperaturas muy elevadas en verano (olas de calor).
El informe oficial del Instituto Nacional de Vitivinicultura de esta semana dio a conocer que se han elaborado 1.031.753.272 litros de vino y 479.874.250 litros de mosto o jugo de uva. Los datos para las principales provincias productoras son:
*Mendoza, cosechó 1.492.372.523 kilos de uva, se elaboraron 771.413.352 litros de vino y 239.144.249 litros de mosto. El grado alcohólico promedio es de 13,81.
*San Juan, la vendimia fue de 583.557.528 kilos de uva. Se elaboraron 184.666.831 litros de vino y 222.781.074 litros de mosto. El grado alcohólico promedio es de 13,33.
Las mermas
La disminución para Mendoza sería de un 20 %, un poco menos que el país promedio. Pero el comportamiento por variedad ha sido muy dispar. Veamos. En tintas la más afectada fue la Bonarda Argentina con el 26 %, seguido del Syrah con el 15 %. No tan afectadas estuvieron las nobles uvas de las variedades Cabernet Sauvignon y Malbec con el 9 % y 5% respectivamente. En blancas de alta gama, el noble y Viognier fue el que más sufrió: 29 %. El Torrontés Riojano el 20 % y el Sauvignon Blanc 14%. Chardonnay y Chenín fueron las menos afectadas con un 10 % menos.
Si analizamos las uvas comunes, la Criolla fue la más afectada con un 35 % y Pedro Gimenez con el 29 %.
Por el lado de San Juan la cosa fue más grave, con una merma cercana al 26 % en promedio. En blancas el Torrontés Riojano fue el más afectado con el 37 %, seguido del Viognier con el 36%, 35% para Chardonnay y Chenían y con el 32 % el Sauvignon Blanc. En tintas el Syrah fue afectado con el 31 %, la Bonarda Argentina con el 29%, el Malbec con el 22 % y el que mejor respondió fue el Cabernet Sauvignon con un 12 % menos en kilos des uva que la pasada temporada. En comunes la Pedro Gimenez sufrió con un 30 % de pérdidas y la cereza con el 17%.
El porcentaje de uva destinada a la elaboración a mosto estuvo para San Juan en un 47% de la uva ingresada a bodega, y en Mendoza sólo el 19,8%. De esta manera no se cumplió el pacto de hacer el 30 % tal como habían convenido los gobiernos de ambas provincias.
Si tenemos presente los 600 millones de kilos por mermas en el país y le sumamos otros 600 millones de kilos de uvas que se destinaron a mosto, la producción se ha regulado en base a los efectos del clima y a la intervención de los estados provinciales firmando un pacto buscando producir menos vinos y evitar excedentes. Pese a ello las existencias de vino en el país al primero de abril indican un valor de 10 millones de quintales, de los cuales más de 8 millones los tiene Mendoza. La realidad indica que Mendoza sigue siendo la principal causante de excedentes al no haber cumplido durante los últimos 6 años con el cupo para elaborar mosto.
