Se dice que por cada 100 kg de restos orgánicos se obtienen 30 kg de abono. El compostaje es una actividad gratificante, ecológica y práctica 100%. Es uno de los mejores abonos orgánicos que se puede obtener en forma fácil y que permite mantener la fertilidad de los suelos con excelentes resultados en el rendimiento de los cultivos. Es el resultado de un proceso controlado de descomposición de materiales orgánicos debido a la actividad de alimentación de diferentes organismos del suelo (bacterias, hongos, lombrices, ácaros, insectos, etc.) en presencia de aire (oxígeno). El abono compostado es un producto estable, que se le llama humus.
Este abono orgánico se construye con el estiércol de los animales de granja (aves, caballos, vacas, ovejas o cerdos), residuos de cosechas, desperdicios orgánicos domésticos y papel.
El proceso de compostaje tiene la particularidad que se da con elevadas temperaturas. La materia orgánica es utilizada como alimento por los microorganismos, y es en este proceso de alimentación que la temperatura de la pila se eleva, pudiendo alcanzar los 65 a 70º C. Para que el proceso se desarrolle normalmente es imprescindible que haya humedad y oxígeno suficientes, ya que los microorganismos encargados de realizar la descomposición de los materiales orgánicos necesitan de estos elementos para vivir.
La elevada temperatura que adquiere la pila de compost es muy importante, ya que es una manera de eliminar muchos tipos de microorganismos que pueden perjudicar a las plantas que cultivemos y que se encontraban presentes en el material original.
Los microorganismos capaces de sobrevivir a temperaturas elevadas son en su mayoría desintegradores de materia orgánica, ya que se alimentan de ella; los microorganismos que perjudican las plantas no sobreviven con altas temperaturas y sí lo hacen si la temperatura es entre 15 y 25º C.
En el proceso de compostaje, luego que la temperatura desciende los microorganismos perjudiciales para las plantas que pudieran existir desaparecen. Así, se favorece el desarrollo de microorganismos que viven a temperaturas de 15 a 25º C. pero no perjudican las plantas. De esta manera compiten con los organismos perjudiciales ocupando el lugar que podrían ocupar ellos.
La elevada temperatura provoca también la muerte de las semillas presentes, impidiendo por lo tanto la germinación de pastos que no queremos.
La incorporación de abono compostado al suelo tiene las siguientes ventajas:
La forma más elemental es hacer un montón en un rincón del jardín o usar un cajón de listones de madera. Pero lo mejor es comprar un compostador prefabricado. Los hay de distintos materiales (plástico, resina, térmicos, etc.) y tamaños diversos. A la hora de elegir el tamaño, siempre es mejor pasarse que quedarse corto. Deberás tener en cuenta datos como: Cuántas personas viven en la casa. Cómo es de grande el jardín o el huerto. Si predominan árboles de hoja caduca, de hoja perenne, si hay césped, etc. El consumo de frutas, verduras y ensaladas de tu hogar y la frecuencia en que obtenes, si dos o tres días a la semana, etc. A parte necesitas herramientas para revolver, tijeras de poda para cortar ramas y una pala para extraer el compost hecho. También es muy recomendable disponer de una máquina biotrituradora o en su defecto serrucho, para las ramas gruesas que no se puedan cortar con las tijeras y para picar los restos vegetales y acelerar así su descomposición. Opcionalmente, un termómetro de alcohol de hasta 100º (el de mercurio se puede romper y tendrías que tirar todo el compost) y un medidor de pH para tener más información sobre el estado del compost.
2. ¿Dónde ubico el compostador?
Deberá reposar directamente sobre la tierra. Por comodidad, elige un sitio cercano a la cocina. En la sombra es mucho mejor que en el sol, ya que si no, tendrías que regarlo con frecuencia para mantener la humedad.
Del jardín:
Hojas, césped, hortalizas, paja utilizada como acolchado, ramas podadas (si las pasas por una trituradora mucho mejor), aserrín, etc. Las malas hierbas sólo si son anuales y no llevan semillas, porque las perennes que tienen estolones, bulbillos o rizomas, puede mantener su viabilidad y brotar.
Cenizas, borra del café o de té u otras infusiones, papel incluido, cáscara de huevo, frutas, verduras y hortalizas, periódicos no impresos en color, yogures caducados, tapones de corcho, papel de cocina, aceite de aliñar, pelos, etc.
Carne, huesos y pescado. Produce malos olores. Plantas y frutos enfermos o gran cantidad de vegetales podridos. Produce malos olores y putrefacción. Los excrementos de animales domésticos y de personas. Lleva patógenos. Ceniza y aserrín de madera tratada o aglomerados. Colas y barnices. Esto es muy tóxico. El resultado de pasar la escoba tampoco porque lleva metales pesados. Por supuesto cualquier material que no sea orgánico y biodegradable: plásticos, vidrio, etc.
Las hojas, ramas, césped, cenizas, etc, que echamos deben ser atacadas por microorganismos (bacterias y hongos) y se descompongan, fermenten, transformándose así en otro material con características distintas al original y muy bueno para el suelo y las plantas.
La capa inferior se hace con ramas más gruesas y piñas y no debe superar los 30 cm. Mezcla varias capas de siega de hierba con residuos de corteza, podas de tallos jóvenes y papel troceado, en una proporción de 1 a 2. El estiércol o el mantillo del año anterior sirve como activador de la fermentación y se puede agregar al material, también en capas alternativas. A continuación, riega.
Es importante almacenar en otoño en un cajón o rincón hojas secas para mezclarlas con el césped en primavera y verano, que es más abundante, y equilibrar así material seco con verde.
Los compostadores disponen de ventilación y aberturas para que funcione la descomposición. No deben estar cerrados herméticamente.
Para agilizar la fermentación usa una máquina trituradora y también en los centros de jardinería venden activadores de compostaje. Ideal para cuando llenas el primer día de instalación y necesitas arrancar el proceso con fuerza. Añadir lombrices es bueno igualmente (de hecho, desde la tierra suben).
La humedad resulta vital. Por último, una temperatura de 40-60º C eliminará los gérmenes y posibilita que en 3 ó 4 meses tengas un compost de calidad.
El único cuidado consistirá en vigilar que no se pudra controlando la fermentación. De vez en cuando, toma un puñado de compost con la mano y apriétalo. Si escurre líquido, corre peligro de pudrirse. Incorpora material seco y dale forma de nuevo al montón. Y si se desmorona, se encuentra muy seco y debes humedecerlo. Remueve la mezcla una vez al mes para airearla.
– Si notas un olor a podrido
Estará listo en unos 3 meses en primavera-verano y hasta 6 en invierno. Para ver si ya está en su punto, toma un puñado con la mano. Deberá tener un color marrón o negruzco similar al del mantillo, olor a bosque y estar frío debido a la falta de actividad microbiana. No se reconocerá nada de lo depositado hace unos meses, excepto los trozos de ramas y piñas, las cuales se separan con el tamiz o con las manos y vuelta a introducir al compostador para que continúe su proceso y sirva de estructurante. Si no usas el compost de inmediato, puedes guardarlo en bolsas en forma hermética. Si al estrujarlo desprende líquido, no lo almacenes en bolsas, ya que podría pudrirse. El compost obtenido se aplica al suelo una vez al año, en otoño o primavera. Puedes dejarlo sobre la superficie (5cm.) a modo de acolchado o incorporarlo y mezclarlo con la tierra ya existente. Para macetas debes pasarlo antes por un tamiz fino.
