Fotos: Maxi Huyema
En pleno trabajo, personal de diferente índole del museo, casi que no respira para llegar a la inauguración el próximo viernes 6 de diciembre. Realmente es una fiesta de arte donde cada uno de los sanjuaninos podrán deleitarse sala por sala y cuyos contenidos hoy están al alcance de todos. Para esa noche tan esperada de cierre de temporada los acompañará la banda de rock fusión Mazunte.
El nuevo relato curatorial es resultado de 4 años de trabajo de investigación, documentación y puesta en valor de los archivos del Museo Franklin Rawson. El destacado investigador e historiador en arte Roberto Amigo fue el encargado de brindar los lineamientos, logrando un gran avance en el conocimiento de las piezas que integran el patrimonio. Las tareas se concentraron en el relevamiento y fichaje de toda la obra pictórica, escultórica y papel del siglo XIX y XX, complejizando la tarea con la elaboración del catálogo razonado, que amplió los contenidos obtenidos por medio de ficha y registro. Así también la institución asumió el compromiso de restaurar obras escultóricas de artistas que dejaron su huella e impronta en los salones nacionales, con el fin de conservar y exhibir los resultados logrados por equipos técnicos del museo. La propuesta busca abrir el patrimonio a toda la comunidad ofreciendo la posibilidad de contemplar obras que nunca antes fueron exhibidas. En sala 4 y 5 se presentan muestras permanentes, mientras que en sala 1 y 2 el museo propone muestras complementarias de duración temporal, que podrán visitarse hasta marzo de 2020.
El proyecto de restauración de obra resultó una oportunidad única para incrementar el conocimiento de los artistas y periodos poco estudiados desde el punto de vista de la materialidad. Una primera aproximación fue la publicación en 2015 del catálogo de colección que puso a la luz el estudio del patrimonio provincial para hoy concretar, con nueva lectura y restauro de piezas, un moderno relato curatorial con publicación.
La nueva restructuración
Sala 1. Barrer. Lectura de la colección 1
Con gran despliegue de escenario, en sala 1 el museo abordará una nueva lectura de colección permanente. Un complejo escultórico con 17 piezas de mediano y gran formato pondrá en tensión ideas vanguardistas en políticas de adquisición de la institución. La legitimación del Salón Nacional como contraste entre el dominio de lo técnico y lo estético. En la formación de la colección destacan dos fases: la primera, la acción de la Comisión Provincial (1934-1955) que adquiere obra de los artistas legitimados en el Salón Nacional; la segunda, en los últimos años, ha permitido no solo conservar y desplegar aquellas incorporaciones en el nuevo edificio, sino también afianzar la política de adquisición y donación de arte contemporáneo. El modelado en yeso, la talla y el vaciado en cemento; la alegoría de las emociones y la cita americana; el naturalismo y la autonomía de la figura se contraponen al cambio de paradigma que presenta una obra contemporánea: Barrer de Liliana Porter; pasaje de la escultura como materia al objeto como concepto, en una instalación. Sin embargo, en esta pequeña escena de la serie Trabajos forzados la autonomía moderna ha dejado el lugar a la narración, al relato breve.
Sala 2. Sauce. Lectura de la colección 2
En sala 2, el museo propone una nueva lectura de colección desde la confrontación del paisaje con nuevos modos de abordar sus límites. La disolución del género como experiencia contemporánea. Exponen 22 artistas con obras recientemente ingresadas al patrimonio, abordando desde la pintura, el dibujo, la escultura, el grabado y la fotografía los conceptos y desplazamientos en la idea de representación.
Sala 4 y 5
El nuevo guión de colección permanente se despliega en las salas 4 y 5 con propuestas curatoriales distintas pero complementarias, con curaduría de Roberto Amigo, Alberto Sánchez Maratta y Emanuel Díaz Ruiz.
Sala 4. XIX Escuela Cuyana
En sala 4 la lectura se orienta al origen de la pintura en San Juan. De procedencia francesa, los pintores viajeros, Amadeo Gras y Raymond Monvoisin son postulados aquí como formadores de los pintores del siglo XIX que dan inicio al arte local: Franklin Rawson, Gregorio Torres y Procesa Sarmiento. Doce obras abordarán la problemática del retrato, el motivo religioso y el costumbrismo, extendiendo su alcance a nuevas filas de discípulos como: Ataliva Lima y Magdalena Bilbao.
Sala 5. Colección permanente
En sala 5, la propuesta es una lectura contemporánea de la colección no cronológica. De este modo, se asume el anacronismo como expresión de la sensibilidad del sujeto ante el poder de la obra de arte, pero sin perder la historicidad del objeto. Se organiza en cuatro núcleos: Territorio, Morfología, Violencia e Introspección. Su orden no es aleatorio: obliga a un recorrido donde se piense el arte desde nuestro lugar, San Juan; y desde aquí el problema de la forma, la sociedad y el individuo.
Sala 3. La siesta de las cosas. Luciana Rago
Nuevas lecturas
Por: Virginia Agote – Directora MPBAFR
La construcción de sentidos y significados es uno de los aportes fundamentales que se pueden operar desde el trabajo sostenido en torno a la colección de nuestro museo. Este trabajo implica el compromiso de profesionales y especialistas en distintas áreas de saberes involucrados en museología. Investigación, restauración, curaduría, catalogación técnica y razonada, diseño, difusión y circulación educativa de contenidos, producción de exhibiciones, montaje y mantenimiento de espacios e instrumental de exposiciones, gestión y administración de recursos son apenas algunos tópicos que deben ponerse en acción para logros tan importantes como un cambio de guión curatorial para la colección. Estas nuevas lecturas permiten la posibilidad de pensar las obras y a los artistas desde perspectivas que superan la mera clasificación cronológica y lineal, que sin desconocer sus especificidades temporales abre el espacio de exhibición a nuevas miradas en las que pueden convivir trabajos que ejemplifican el canon construido desde los Salones Nacionales junto a recientes derivas del campo escultórico. Se trata no solo de proponer otras relaciones formales, sino de entender representaciones e identidades sobre los modos de coleccionar visualizando la historia latente en los objetos que el museo preserva. Esa latencia histórica se inscribe en las políticas de incorporación de obra, desde aquellas propiciadas por la Comisión Provincial de Bellas Artes durante la primera etapa institucional -1935- hasta las nuevas adquisiciones de los últimos años coincidentes con la inauguración de la nueva sede. Nuestro núcleo patrimonial -la colección permanente- no se puede concebir sin un proyecto institucional que contribuya a estudiar y difundir sus órdenes simbólicos. El nuevo guión propone posibilidades diferentes en las relaciones que se establecen entre colección permanente y muestras temporales; otros paradigmas para su acervo, que se abre a lecturas múltiples y diversas. En ese sentido, esta exhibición dispone una pequeña pieza de Liliana Porter, "Barrer’ (realizada en 2015 y adquirida en mayo de ese mismo año) frente a un gran agrupamiento de obras de la colección que en su mayoría provienen de épocas anteriores, sobre todo vinculadas a las primeras épocas del museo mencionadas anteriormente. Aparece en sala la temporalidad de las esculturas, el tiempo de la construcción física y simbólica del museo tanto como su nueva época materializada en la obra de Porter, como deseo de reconstrucción permanente. Un deseo vital, que también enlaza con nuestras problemáticas regionales. Las nuevas estructuras expositivas intentan superar las ideas de herencia y canon inamovibles, implican también la renovación de adquisición de experiencias y maneras de percibir identidades e ideologías cambiantes, relatos con perspectivas múltiples. En suma, celebramos la posibilidad de instalar nuevamente a las obras como acontecimiento, en espacios de controversia, heterogeneidad, debate y reflexión, sin abandonar el intenso deseo de mirar.
La mirada del especialista en arte, Roberto Amigo
Hace tiempo que vienen realizando el estudio de las piezas de colección que nos permitió conocer tanto su materialidad como sus contenidos para poder establecer relaciones novedosas en el guión. No es un guión cronológico, no hay un eje diacrónico sino que las obras están vistas desde una mirada contemporánea que reúne las obras modernas junto a las barrocas, las obras europeas, las realizadas en Bs. As. junto a otras locales, siempre respetando la línea histórica.
Frente a las obras de arte hay un anacronismo, es decir tratamos de potenciar lo que una obra del barroco de colección, que antes estaba en una sala específica del arte europeo, puede entrar en tensión con otras del contemporáneo, para recuperar tanto su historicidad de obra barroca como lo que nos permite hoy interpelarla con una sensibilidad contemporánea. Pensarla desde el lugar de obras vivas, manejando una temática diferente en épocas distintas.
Hay una sala con cierta autonomía, que es recuperar la pintura cuyana del siglo XIX, planteando una escuela regional, esta sala pequeña contiene obras como las de Benjamín Franklin Rawson, Gregorio Torres, Magdalena Bilbao, etc., una especie de antesala a la de las obras permanentes, donde también encontraras obras de estos artistas, pero entremezcladas con el resto de la colección.
El primer objetivo fue estudiar la colección, haciendo un inventario donde se establecen las razonadas de las obras. Hoy ya en la página web del museo con mucho contenido acerca de las obras de arte. Esta renovación en la forma de mostrar la colección llevó cuatro años de estudio y, nos permite que al cabo de un tiempo pueda volver a cambiarse, cuantas veces se determine, a partir de la gran obra de investigación e inventario acerca del contenido de las obras del museo.
Esto se complementa con dos temporarias de lectura de la colección y una del fondo escultórico, para el cual se restauraron casi todas las esculturas de los años 30 y 40 y el coleccionar contemporáneo. Unir estos dos núcleos a partir de un diseño y dispositivo, que van a estar en sala I, que va hacer sorpresivo. En sala II, una idea del paisaje contemporáneo que se complementa con el núcleo I de territorio, siendo estas salas lugar de diferentes colecciones que se presentaran. Quedando como permanente por las salas 4 y 5. Es primera vez en que se realiza este cambio junto con la restauración de las esculturas que nunca se mostraron.
Esto llevó muchos años de trabajo serio y profesional, para poder mostrar, exhibir y facilitarle a la sociedad de una manera clara lo que es el patrimonio. Una colección histórica importante armada con grandes artistas de renombre que también ha tenido una política de adquisición especializada, ya que están los últimos emergentes del arte contemporáneo argentino. Pocos museos pueden ofrecer ese doble panorama de esa fuerza histórica y a la vez una visibilidad del contemporáneo argentino. Es bastante radical ese desdibujar los límites temporales y espaciales en diseño, contando con un excelente equipo de profesionales que tiene el museo hoy la tarea fue posible. Y, esto es un plus que tienen los sanjuaninos, aclara Amigo.
Se organizó en cuatro núcleos fuertes que tratan distintos temas conceptuales que lo definimos con términos precisos; el primero es Territorio, porque una de las propuestas es pensar la colección desde San Juan, este museo tiene una territorialidad americana, que implica también leer toda la colección por el formato de la sala, ya que territorio es entrada, pero también salida. Para esto se armó una reforma interna arquitectónica de la sala, sacando los paneles movedizos, se hizo una división en los cuatro núcleos de la sala. El segundo es morfología, pensando en las formas donde hay obras abstractas, concretas pero sobre todo un pensamiento desde las formas.
El tercer núcleo es un contenido iconográfico, que es la violencia, que tiene que ver mucho con el arte contemporáneo, pero también con la iconografía cristiana, y como se va modulando ciertos discursos históricos con los formales, Aquí podríamos decir que es una lectura desde lo social.
Y, el último contrapone una lectura desde el sujeto, pero que no pierde de vista tampoco ese tránsito desde la sociedad, por eso se llama introspección, no solo desde la imagen sino también desde la propia materialidad, recuperando algunos aspectos de forma. Estos cuatro núcleos podemos pensarlo como faces de un recorrido porque se van mimetizando entre sí, hay mucho espacio de transición entre una cosa y otra. Es un guión muy complejo pero puesto de manera transparente.
"El sanjuanino tiene que saber que tiene una colección extraordinaria y que es suya. Y, tiene que venir a empoderarse de esa colección que es su patrimonio y responsabilidad, es su deber y placer conocerla. Nosotros lo único que hacemos es desplegarla para que disfrute lo que es suyo’. Roberto Amigo
"El joven lo tiene mucho más incorporado al museo porque lo transite desde su escolaridad. Hay una generación que no tuvo tanto contacto con el museo porque este estuvo cerrado, es redescubrir una colección nueva en el museo.’ Virginia Agote
El Ministerio de Turismo y Cultura, a través del Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, anuncia el cierre de temporada con nuevas exposiciones:
SALA 1: Barrer. Lectura de la colección 1
SALA 2: Sauce. Lectura de la colección 2
SALA 3: Luciana Rago "La siesta de las cosas’
SALA 4:XIX Escuela cuyana
SALA 5: Colección permanente
Días y horarios de visita: De martes a domingo, de 12 a 21hs. Entrada general $50, jubilados y estudiantes $30, niños menores de 12 años gratis. Lunes cerrado excepto feriados. Domingo gratis para público en general. Visitas guiadas para escuelas gratis: solicitar turno al 4200470 interno 106, de lunes a viernes de 9 a 13hs.
Museo Franklin Rawson: Av. Libertador General San Martín 862 (o) , San Juan – Capital.