Ese es el lema del 2023, "invertir para la mejora de todos los ecosistemas y las acciones del hombre sobre ella y, recordar que la Tierra es nuestro hogar y por ende debemos cuidarlo para conservar sus recursos naturales para las futuras generaciones". Se cree que las rocas más antiguas que forman la corteza terrestre tienen 4.000 millones de años y que el planeta se formó 500 millones de años antes de esto. Así que la Tierra tiene 4.500 millones de años. El doctor en Biología e investigador del Conicet, Martín Ariel Hadad, profesor de la UNSJ, recalca, dentro de algunas de las acciones que podemos llevar adelante en procura de la ayuda a nuestro planeta, la reforestación en la provincia. "Es importante y necesaria la reforestación en zonas que han sido degradadas y otras impactadas por el hombre, por ejemplo, el Valle de Bermejo, el desmonte de los árboles algarrobos que allí existían. La laguna de Guanacache es otro ejemplo, muy afectada por la falta de agua que llegaba de los ríos y la tala de árboles. Lo mismo ocurre en otras zonas de departamentos de la provincia como, Media Agua y Los Berros".

Con políticas adecuadas y una buena educación se puede llegar a mitigar las actividades cotidianas de las personas y las económicas, con el objetivo de lograr una disminución en las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a fin de reducir o hacer menos severos los efectos del cambio climático. Estas acciones pueden llegar a mitigar la captura de carbono que hay en el ambiente y poder reducir las temperaturas. Por supuesto que esto ocurre en un contexto global y con este tipo de acciones que uno puede ejercer desde un punto en particular siempre ayuda. Pero de nada sirve si sólo son pocos los que realizan acciones de este tipo. Es una realidad la cual vive el mundo entero y de la cual estamos todos enterados de ciclones, inundaciones, sequías, exceso de calor, derretimiento de glaciares, etc. Por ello es de suma importancia el plan de reforestación tanto nativo como exótico, estas últimas también sirven para la captura de carbono. Estos sumideros pueden ayudar a retener el carbono y no estar libre en el aire que hace el efecto invernadero y por ende aumenta la temperatura.

Qué es la captura de carbono
Durante la mayor parte de la historia de la humanidad, las emisiones de carbono fueron compensadas por la naturaleza, pero ahora producimos CO2 mucho más deprisa de lo que la naturaleza puede recapturarlo. La captura de carbono es un término genérico que engloba las tecnologías, algunas de ellas propuestas por primera vez en los años 80, que pretenden sacar el dióxido de carbono de la atmósfera o capturar las emisiones y almacenarlas antes de que se liberen al aire. Los ecosistemas naturales, como los humedales y los bosques, absorben el carbono del aire y lo convierten en biomasa, una parte del ciclo natural del carbono de la Tierra. Plantar árboles es una forma poco tecnológica de capturar carbono, y sabemos que funciona a gran escala. Pero con el uso continuado de combustibles fósiles, la cantidad de dióxido de carbono en la atmósfera está aumentando más deprisa de lo que los procesos naturales por sí solos han podido contrarrestar, y los expertos han buscado formas de aumentar lo que la naturaleza puede hacer. En todo el mundo se plantan árboles y se realizan otros experimentos a pequeña escala. Y, se están desarrollando dos métodos a mayor escala: la captura poscombustión y la captura directa en el aire.

Los bosques nativos de San Juan
"Es notable la reducción de áreas de bosques nativos en la provincia. San Juan no posee una historia forestal, ni la distribución de especies, ni de la ecología. Con respecto a las nativas, no está bien cortarlas ya que en todos los ecosistemas de desierto la dinámica es muy lenta, aquellos que tienen entre 3 a 4 m de altura tardan muchos años en crecer y formar el bosque.
Debido al cambio climático, un dato de relevancia es que estamos investigando sobre una especie nativa, un arbusto que su nombre común es Acerillo, su nombre científico es Adesmia pinifolia, crece en San Juan entre los 3.000 a 3.500 m de altura, tanto en precordillera como en cordillera, es interesante su comportamiento debido al cambio climático. Los estudios han registrado una variación en el límite altitudinal de la vegetación tanto de árboles y arbustos. Al subir la temperatura ese límite altitudinal se está corriendo hacia arriba, por lo tanto, esas especies buscan mejores condiciones de menor temperatura, entonces, esos ecosistemas se van moviendo. A su vez en los estudios que llevamos a cabo mediante los anillos de crecimiento tanto en árboles y arbustos, podemos ver una alteración de su crecimiento a distintas variables climáticas, temperaturas, precipitaciones, suelo, etc. Con esta disciplina que es la dendrocronología (estudio del tiempo en la madera) podemos reconstruir el clima en el pasado en los últimos 200 a 400 años, esto es importante para San Juan porque no existen registros palioclimáticos (estudio del clima en el pasado) de la región y mucho menos de la cordillera. Como en los últimos años tenemos una sequía importante, creemos que con estudios paleoclimáticos podemos ver si ha habido en los 200 a 400 años alguna sequía de esta magnitud. Con esta investigación tenemos registros instrumentales climáticos desde 1950 hasta el presente, podemos hacer cronología de 400 años como tenemos, por ejemplo, en Don Carmelo, un área protegida de la precordillera, entonces alcanzamos una cronología de la especie de 400 años haciendo análisis y ajuste de alguna variable climática que nos permitió hacer una reconstrucción y ver cómo ha ido variando, estos son los proxis biológicos".
"El hecho es que hoy es necesario volver algunos sitios que han sido fuertemente impactados y reconstruir con la plantación de las especies que vivían en el lugar para recuperarlos. Desde la UNSJ en el área de biología tenemos materias que se dedican a la comunicación con las comunidades o pobladores para ver la realidad actual y el manejo del ecosistema, no sólo del bosque sino del área nativa".

"Vivimos en un desierto donde el agua es escasa, por lo tanto la xerojardinería sería lo más apropiado para ayudar al ecosistema desde las acciones más pequeñas y que luego hacen lo grande en el planeta. Hace unos años estuve en Tucson, ciudad de Arizona, famosa por su paisaje desértico y sus cactus. Arizona esta sobre el desierto de Sonora, muy parecido al monte sanjuanino, con especies similares. Lo interesante es que hicieron una batería de pozos. El tema fue que colapsaron estos pozos y debieron restringir el consumo de agua. Lo destacable de Tucson, es que caminando por sus barrios, todas las casas tenían árboles nativos y no tenían pasto, pero se veían estéticas y armoniosas. Es por hacer un comparativo que entiendo que va más por una cuestión cultural y en aquel lugar el agua se cobra. En San Juan si aplicamos una política más ajustada creo que esto puede ayudar con respecto al uso del agua. Las predicciones que hay para el futuro no son muy alentadoras por el aumento de temperatura y menores precipitaciones, por ello es aconsejable aprovechar los recursos que tenemos, conservar lo nativo, invertir en los riegos de fincas. Lo importante es generar conciencia del uso del agua, de los recursos que utilizamos e incorporar hábitos que ayuden".



Por: María Inés Montes
Fuente: Martín Ariel Hadad, doctor en biología, investigador del Conicet Laboratorio de Dendrocronología de Zonas Áridas (Ladeza)
Cigeobio (Conicet-UNSJ)

