En definición es el aporte de nutrientes al cultivo con el objetivo de reponer el consumo que fue necesario para el crecimiento vegetativo y producción de la campaña que está terminando y, principalmente, preparar a la planta para el inicio del próximo ciclo vegetativo. En los frutales de hoja caduca, los procesos de floración, brotación y la etapa inicial del crecimiento vegetativo, dependen exclusivamente de las reservas que tenga la planta acumulada en tejidos como tallos, yemas, troncos y raíces, tomando vital importancia la fertilización de reserva.
Entrevistamos a Juan Pablo Molinelli y Diego Moral, de Bioaggil Argentina, quienes dijeron a Suplemento Verde "durante el periodo que transcurre entre el inicio de brotación y la activación del sistema de raíces, el desarrollo del cultivo estará limitado a la cantidad de reservas que este haya podido acumular durante el ciclo anterior. Para que una fertilización de reserva o poscosecha sea eficiente, el punto de partida es contar con un follaje sano y un sistema de raíces activo. Muchas veces, durante la vorágine de la cosecha, se descuida el cultivo y, a la hora de retomar la fertilización, el perfil de suelo ha perdido la humedad, comienzan algunas decoloraciones en el follaje, o incluso, ha decaído el estado sanitario del mismo. Es fundamental que estos aspectos no se descuiden nunca para dar sustentabilidad al cultivo en el tiempo".
Luego los jóvenes ingenieros agrónomos sanjuaninos expresaron "en cultivos de cosechas tempranas como almendros, variedades tempranas de duraznos, cerezos, uvas de mesa o pasas, el período para aplicar la fertilización de reserva es un poco más amplio y se desarrolla con condiciones ambientales óptimas. Es una gran oportunidad para reponer los nutrientes extraídos por la producción y para efectuar correcciones de carencias nutricionales que se hayan detectado durante la temporada. Las fertilizaciones podrán comenzar una semana antes de cosecha y prolongarse un mes, o más, dependiendo de las condiciones ambientales y de la sanidad del cultivo. Para cultivos de cosechas más tardías como uva de vinificar, olivo o nogal, la ventana de aplicación de la poscosecha es más acotada. En estos casos recomendamos comenzar con el aporte de nutrientes aún con la producción en la planta, tal vez 15 o 20 días antes de cosecha, y finalizar cuando las temperaturas hayan bajado y comiencen a notarse las primeras decoloraciones del follaje".

RECUPERACIÓN
Si se espera a levantar la producción y luego fertilizar, las condiciones de otoño habrán inducido a la planta a bajar su actividad metabólica y a prepararse para el invierno. Así la absorción y translocación de nutrientes es muy baja y las fertilizaciones de reserva son poco efectivas. Hay que considerar que desde que aportamos el fertilizante al suelo, la planta debe absorberlo, transportarlo a las hojas, metabolizarlo y traslocarlo a los tejidos de reservas. Este proceso puede tardar de 12 días a 25 días, dependiendo de las condiciones ambientales y del estado del cultivo.
Y qué nutrientes deben aplicarse y de qué manera, bueno los elementos que se consumen en mayores cantidades, como Nitrógeno, Fósforo, Potasio y sumamos Magnesio. La mejor manera de aplicar estos elementos es vía suelo.
Si contamos con sistema de riego por goteo lo más práctico y eficiente es utilizar fertilizantes líquidos.
Como la ventana de aplicación es acotada, debemos utilizar soluciones complejas (de dos o más nutrientes) y a su vez, de la mayor concentración posible. De esta manera aprovechamos más cada evento de fertirriego y nos anticipamos a los días más fríos del otoño. En caso de no contar riego por goteo, pueden aplicarse fertilizantes granulados, o Biofertilizantes. Estos últimos, además de aportar nutrientes, aportan materia orgánica, ácidos húmicos y fúlvicos y microorganismos (Bacterias Promotoras del Crecimiento Radicular PGPR) que estimulan el crecimiento de las raíces y aumentan el aprovechamiento de los nutrientes del mismo fertilizante y del suelo. Con estos Biofertilizantes de la línea Italpollina (Guanito, Dix, Italpollina y Phenix) se logra también una liberación lenta de los nutrientes que evita que estos se laven con el riego, permitiéndonos realizar la aplicación con más tiempo, antes de la cosecha.

