El secretario de Agregado de Valor del Ministerio de Agroindustria de la Nación, Néstor Roulet, entregó junto al ministro de Agroindustria bonaerense, Leonardo Sarquís, el reconocimiento de Indicación Geográfica (IG) para alcauciles platenses.

Este sello identifica y garantiza una calidad particular vinculada con el origen geográfico del producto, posibilita a los consumidores el acceso a una mejor información sobre los elementos que influyen en su diferenciación y establece una estrategia de diferenciación en la comercialización fundada en las características distintivas.

La certificación de Indicación Geográfica (IG) brinda además protección legal a un cultivo que hace más de 60 años llegó a nuestro país de la mano de inmigrantes italianos.

De esta forma, La Plata se convirtió en el punto de partida de las innovaciones sobre el cultivo de alcaucil situando al productor platense a la vanguardia de esta actividad en el país.

La Plata constituye la principal zona productora de alcaucil de Argentina. La superficie total del cultivo en el país es de aproximadamente 1.750 ha, de las cuales alrededor de 900 pertenecen a La Plata, 450 a Cuyo, 250 a Rosario y 150 a Mar del Plata. Asimismo, además, concentra el 97% de la superficie bonaerense destinada a la producción de alcaucil y ostenta los mayores rendimientos 14 t/ha, cifra que duplica el promedio nacional de 7 t/ha.

Hasta el momento, los únicos productos que cuentan con este sello distintivo en el país son el Chivito Criollo del Norte Neuquino, el Salame típico de Colonia Caroya, el Melón de Media Agua de San Juan, el Cordero Patagónico y la Yerba Mate.