La ex mina de uranio Huemul, ubicada en el departamento mendocino de Malargüe, fue convertida durante todo el año pasado en un parque ecológico, constituyéndose como la primera remediación ambiental de la minería de ese tipo en Argentina y Latinoamérica.

El nuevo parque “El Mirador” es actualmente un predio de casi 7 hectáreas perteneciente a la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que hasta 1974 albergó la explotación de uranio.

“Es un área verde que busca generar un lugar de esparcimiento para la comunidad de Malargüe”, informaron desde el gobierno mendocino. “Huemul es el claro ejemplo de las cosas bien hechas, transformando un área ambientalmente impactada en una de aprovechamiento para toda la comunidad. Se ha podido demostrar que no hubo ninguna afectación a la salud de los pobladores ni al ambiente”, remarcó Emilio Guiñazú, subsecretario de Energía y Minera de Mendoza.

Desde el Ejecutivo de la vecina provincia señalaron que la abandonada mina Huemul se convirtió en “la primera remediación ambiental de la minería de uranio en la Argentina y Latinoamérica”.

Así, la CNEA ejecutó la remediación final mediante una solución de ingeniería denominada encapsulado, la cual contempla la disposición segura y definitiva de colas de mineral y suelos para evitar su dispersión e interacción con el ambiente y las personas.

A través del Proyecto de Restitución Ambiental de la Minería del Uranio (PRAMU), la Comisión Nacional de Energía Atómica, logró remediar el yacimiento para restituirlo a un estado de impacto mínimo, seguro y sustentable. Esto, luego de que, a partir del abandono de la mina “quedaran en la superficie del área 19.500 m3 de estériles de explotación y 2.500 m3 de marginales entre residuos, pilas de acopio de material estéril y mineral de baja ley”, explicaron las fuentes técnicas de la CNEA.

 

Historia energética

 

La mencionada Comisión de Energía Atómica procesó mineral de uranio entre 1954 y 1986 en el Ex Complejo Fabril Malargüe (CFM) proveniente de las minas Huemul y Sierra Pintada, ambas en la provincia de Mendoza. Fue la primera planta de estas características en la Argentina y produjo 752 toneladas de uranio, en forma de pasta, llamada torta amarilla (yellow cake), materia prima para el combustible usado en los reactores de potencia e investigación.

Como resultado de esto, se produjeron las denominadas colas de mineral (de muy baja actividad radiológica según la CNEA), las cuales quedaron en el sitio una vez que el mineral fue procesado para extraer el uranio. Al finalizar las actividades, se iniciaron los estudios necesarios para concluir la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) que fue aprobada por el Ministerio de Ambiente y Obras Públicas de la provincia de Mendoza en consonancia con los requerimientos de la ARN.

La remediación del sitio se realizó mediante el proceso de ingeniería denominado “encapsulado” el cual se construyó con materiales naturales de la zona. “Se comenzó compactando el piso natural, el cual es seguido por una capa de grava, una de suelo areno limoso y la colocación de una capa de arcilla compactada”.

Las colas de mineral se asentaron sobre esa capa, se neutralizaron con cal y se compactaron. Luego se recubrieron con una cubierta multicapa de arcilla y suelo areno limoso para finalmente construir un enrocado que permita aislarlas totalmente del ambiente.

La obra de ingeniería garantiza sequedad, estanqueidad y resistencia estructural a largo plazo, resistiendo a factores externos como nevadas, vientos, lluvias, terremotos, inundaciones o intrusión de raíces arbustivas o animales cavadores.

 

La cifra

752 toneladas de uranio se extrajo de las antiguas minas Huemul y Sierra Pintada, en la provincia vecina de Mendoza.

 

“Huemul es el claro ejemplo de las cosas bien hechas, transformando un área ambientalmente impactada en una de aprovechamiento para toda la comunidad”.

(Emilio Guiñazú, subsecretario de Energía y Minería de Mendoza)

 

Bajo tierra

 

Los restos de la antigua explotación de uranio yace debajo del futuro espacio verde del parte El Mirador, destinado a actividades recreativas. Césped, árboles y juegos para niños esperan la llegada de la primavera para pintar de verde el suelo de la antigua explotación de uranio en Mendoza.