La irrupción de los teléfonos celulares a principios de la década pasada, provocó opiniones diversas. Tanto a favor de su uso como en contra. Esta polémica se desató en el mundo de la educación. Es que el uso masivo trajo como consecuencia la mala fama de que era utilizado por los alumnos, en especial del secundario, para copiar y molestar en el aula con los ringtones.

Esto trajo aparejada una vieja discusión hasta la actualidad: ¿se les puede encontrar a los teléfonos celulares un uso didáctico o son sólo un vehículo de distracción que merece el más claro repudio y su prohibición?

Si bien en distintas provincias está autorizado su uso, en San Juan, está prohibido en el aula desde el año 2005 por la ley provincial 7656 (ver aparte). De todos modos, por estos días, la tecnología avanza tan rápido que, estos aparatos, tienen en la mayoría de los casos, las mismas aplicaciones que las netbooks que se utilizan en muchas escuelas públicas, es decir, conexión a internet y los buscadores como Google, por ejemplo.

Según el psicólogo y docente de educación secundaria, Gustavo Mass, el uso del celular en el aula con fines educativos está directamente relacionado al vínculo entre el profesor, el alumno y las normativas de esa institución. "Para mí, en la actualidad, los celulares a los que tienen acceso los chicos son una excelente herramienta para usar en el aula. Me refiero en especial para los adolescentes de 16 años en adelante, debido a que están más capacitados para buscar información que brinda internet y trabajar en equipo. Hasta se puede usar como recordatorio para agendar tareas para una próxima clase. Es decir, hacer buen uso de estas tecnologías".

El profesional explica que para hacer uso de estas tecnologías hay que tener en cuenta que el adolescente tiene que estar muy bien guiado, porque es una persona con una autoestima y una estructura en formación. Ahí está el tema que el profesor puede reencauzar el tema y ver si se puede utilizar esta tecnología o no. Hay temáticas que se pueden utilizar como fotografías de dibujos, situaciones familiares, informaciones sobre psicología sacada del diario, entre otras.

Es bueno, además, que los papás se puedan adecuar a estas tecnologías para poder ayudar y disfrutar de esta herramienta para la educación y de esa forma ejercitarse en el buen uso de la tecnología. De esa manera, se puede prevenir a los hijos de no caer en una adicción tecnológica.

Los tiempos para la utilización de estas tecnologías dentro del aula tienen que ser muy específicas y hasta 10 minutos como máximo, en una materia que se dé 2 ó 3 veces por semana.

"El celular está llegando a las escuelas. Creo que es bueno un acompañamiento para que el celular se incluya poquitos minutos, pero se incluya, aunque hay materias en que no se pueden utilizar y hay que ayudar a chicos que no ven los límites con o sin celulares", comenta.

La tendencia dice que la netbook se va a incorporar masivamente al aula y para mí es lo mismo que el celular. En la actualidad, pueden hacer con el celular un power point con mucha facilidad.

Es que la tecnología avanza tan rápido que los teléfonos, bien usados, pueden ser herramientas de uso cotidiano para aprender en el aula.