La vida útil de las grasas trans está llegando a su fin. Es que el Ministerio de Salud de la Nación decidió hacer un cambio rotundo en su legislación y eliminarlas para siempre de cualquier alimento elaborado industrialmente. Esto significa que a partir del 10 de diciembre próximo quedará prohibido el uso de estas grasas de origen vegetal que tanto mal le hacen a la salud. San Juan no queda exento de la determinación e inclusive a partir de esa fecha intensificará los controles en las fábricas y los rotulados que informan los contenidos nutricionales que contienen, según explicó Raúl Tomba, titular del área Bromatología, quien esta semana participó en Buenos Aires en la última reunión del Plan Federal de Control de Alimentos, donde se acordaron los pasos a seguir para ejecutar al pie de la letra lo que dice el Código Alimentario Argentino.

Si bien en el último tiempo se escuchó mucho hablar de ellas, no todos saben a ciencia cierta de qué se trata. Las grasas trans son como su nombre lo indica un tipo de grasa que se forma cuando el aceite vegetal líquido se transforma en una grasa semi sólida al añadírsele hidrógeno en un proceso industrial. Por eso se las llama grasas vegetales hidrogenadas. Esto se hace para facilitar la manipulación ya que los aceites vegetales, según explica la jefa de la División Nutrición de Salud Pública, no tienen saturaciones por ende son líquidos. "Cuanto mas hidrógeno se agrega, mas se solidifican”, aclara.

Su uso no es nuevo. Hace un tiempo ya que la industria alimenticia apela a ellas para incrementar el tiempo de vida útil de los productos por la perdurabilidad que otorgan, pero también para mejorar el sabor e inclusive la textura de los productos y otorgan mayor estabilidad a las frituras. Como si fuera poco, resultan más económicas que las grasas vegetales naturales u otro tipo grasas.

Lo malo de su uso masivo en la fabricación de alimentos son las consecuencias que trae aparejada su ingesta. Diferentes investigaciones en el mundo han demostrado que este tipo de grasas pueden ser nocivas para la salud debido a que elevan en sangre el colesterol "malo” (LDL), no permiten que haya un equilibrio con el colesterol "bueno” que hay en el organismo (HDL) para regular, eliminar y reciclar el colesterol y aumentan los triglicéridos. El exceso de grasas trans tiende a engrosar las paredes de arterias y venas, no sólo las del corazón sino también las del cerebro.

En definitiva, todos estos antecedentes favorecen al riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares (la mayor causa de muerte en la Argentina que llega a un índice del 32%) y cerebrovasculares, muerte súbita de origen cardíaco y diabetes mellitus, según indica documentación especialmente preparada para informar a los pequeños y medianos industriales, que difunde el Ministerio de Salud de la Nación.

Las grasas trans tienen otros inconvenientes asociados: se estima que su consumo aumenta el riesgo de sufrir depresión, retrasar el crecimiento y maduración del cerebro. Por el contrario, el aceite de oliva protege al organismo frente a estas dolencias.

Sin cuartel, con esperanza

La guerra a las grasas trans empezó en el 2004, cuando la Organización Mundial de la Salud recomendó prácticamente eliminarlas de los alimentos procesados destinados al consumo humano para hacerle frente a la enorme cantidad de personas que padecen las llamadas "enfermedades crónicas no transmisibles”. Por ende, el consejo incluía fomentar un cambio alimenticio y un estilo de vida más saludable. Con ese objetivo, Argentina comenzó a trabajar en el tema, modificando uno de los artículos -el 155 tris- del Código Alimentario. Allí se estableció que "el contenido de ácidos grasos trans de producción industrial en los alimentos no debe ser mayor a: 2% del total de grasas en aceites vegetales y margarinas destinadas al consumo directo y a 5% del total de grasas en el resto de los alimentos (panificación, snacks, etc)”.

"Este mínimo contenido permitido se debe a que hay alimentos con los contienen naturalmente como ser algunas carnes y leches. Pero no causan el daño que sí generan las grasas trans obtenidas de forma industrial", aclaró Tomba, quien encabezará los controles en supermercados como en emprendimientos y panaderías de la provincia.

Con esta acción, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en tomar esta decisión de terminar con las grasas trans, según se anunció en la II Conferencia Internacional sobre Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que deliberó hasta hace unos días en Roma.