Mantuvo en vilo a los calingastinos. Es que la crisis financiera de 2008 hizo tambalear su concreción. Cambió de dueños y hoy, al mando de Troy Resources, Casposo es una realidad en marcha.

Casposo comenzará a producir oro y plata en septiembre de este año, por lo que en la actualidad los esfuerzos se concentran en construcción de su planta de tratamiento. Según el intendente departamental Robert Garcés, de las 200 personas que trabajan con empresas subcontratadas para esta construcción, 90 son calingastinos. Por supuesto, la cifra pretende ampliarse para cuando la mina comience a producir.

El recorrido a esta instancia fue largo e implicó que la gente del lugar se pusiera a la altura de las circunstancias. Dos años antes y cuando Casposo pertenecía a Intrepid Mines, se efectuaron capacitaciones que fueron dictadas por expertos del Instituto de Investigaciones Mineras de la Facultad de Ingeniería, de la UNSJ. Se trató de cursos técnicos como explotación, trituración y molienda, análisis granulométricos y muestreo de campo, entre otros, con el fin de especializar a gente del lugar para que luego se inserte en la etapa productiva. Parece que fue ayer, aunque ahora la posibilidad de un puesto laboral está más cerca.

En consonancia, fue muy bien recibida la intención de la empresa de reflotar Castaño Nuevo, la histórica mina calingastina de fines del siglo XIX. De reactivarse, esto se traducirá en puestos de trabajo extras para la gente de la zona.

Actualmente los geólogos de la empresa trabajan en el inventariado de los pasivos ambientales, como es el caso de túneles, galerías y escombreras. A su vez y luego de que la compañía reciba la aprobación ambiental por parte de la Secretaría de Minería provincial, se comenzará con sondajes para evaluar la cantidad de mineral no explotado que queda en las vetas. Esta etapa será fundamental porque permitirá determinar si es redituable o no, la explotación de la vieja mina.