Buena elección
Explican los entenddos que para llevar a casa las frutillas de mejor calidad hay que elegir las que se vean firmes, brillantes y sanas, esto es sin manchas, heridas ni, por supuesto, podredumbre. Si tienen cáliz y pedúnculo verde significa que son frescas. Si están opacas significa que ya llevan algunos días de cosechadas. Son frutas muy delicadas en su manejo, por lo que se recomienda, una vez lavadas (hay que hacerlo muy bien para evitar el efecto de los pesticidas) mantenerlas frías en la heladera y utilizarlas cuánto antes.
País frutillero
Las frutillas que llegan a San Juan son principalmente de Coronda, Santa Fe (ciudad al centro-este de esta provincia considerada la cuna de la frutilla, al punto que cada mes de noviembre celebra la Fiesta Nacional de la Frutilla), Tucumán y Mendoza (a partir de octubre). Aunque también hay producción en Buenos Aires, Mar del Plata, Jujuy, Corrientes y las provincias patagónicas. Argentina está posicionada en el tercer puesto de toda Latinoamérica en la producción de frutillas, con 1.300 hectáreas y 45.500 toneladas, según los registros oficiales.
El precio justo
Pese a que son las primeras de temporada, aseguran que están a buen precio. El kilo en la Feria Municipal se consigue entre 150 y 200 pesos y en verdulerías las bandejas de 300 gramos se venden entre 50 y 60 pesos y las de 600 gramos, entre 90 y 100 pesos.
Buen complemento
Aunque no es común, por sus características las frutillas pueden incluirse en platos con papas, quesos fuertes, vegetales verdes, cítricos, aceitunas negras y hasta picantes como ají, pimienta y por qué no jengibre.
Entre los condimentos más recomendados para las frutillas figuran la canela, el clavo de olor, la menta, la albahaca y el estragón.
Favoritas nutricionalmente hablando
Por sus propiedades son grandes aliadas de la salud, ya que ayudan a contrarrestar los radicales libres, el envejecimiento y el deterioro de piel y tejidos. Su consumo ayuda a evitar la constipación o estreñimiento, a eliminar el ácido úrico del organismo (por su alto contenido de ácido salicílico), al funcionamiento del sistema nervioso y de las tiroides, son buenas para el colesterol y la diabetes
Las frutillas tienen propiedades analgésicas, antiinflamatorias y anticoagulantes, es sedante (se utilizan las hojas para elaborar tés) y ayudan a aumentar las defensas y evitar la anemia.
Si bien hay un mito que dice que son alérgicas, no está todo dicho. Algunos médico recomiendan estirar su ingesta lo más posible, aunque hay otros que indican incorporar las frutillas ni bien un bebé comienza a comer.
Una porción de 100 gramos aporta sólo 33 calorías y 7 gramos de carbohidratos. El 90% de su contenido es agua. Brindan saciedad gracias al aporte de fibra (2.6 gramos) y favorecen la eliminación de líquidos debido a su alto aporte de agua. Son ricas en vitaminas C, A (carotenos) y E (antioxidantes), B1, B2, B3, B6 y K. Y en minerales como calcio, potasio, yodo, silicio, fósforo, magnesio.
Hay que calcular que de 8 a 10 unidades equivalen a una ración (las Guías Alimentarias para la Población Argentina recomiendan consumir entre dos y tres porciones de fruta al día).
Si bien pueden consumirse frescas y sin el agregado de absolutamente ningún otro ingrediente porque son una delicia en sí mismas, nadie reniega de una copa de frutillas con crema o una porción de cheescake con frutillas. Lo que sigue es una sugerencia para sacarles todo el jugo, en diferentes preparaciones.
Mermelada de frutillas y canela
Lavar las frutillas (1 kilo) y dejarlas secar sobre papel de cocina para eliminar la humedad absorbida, lo que puede desmejorar su sabor.
Si se prefiere que la mermelada tenga trozos de frutillas, dejarlas cortadas o enteras, en una olla con 750 gramos de azúcar durante toda la noche (así el azúcar se disolverá), otra opción es hacer un puré con ellas y seguir el mismo procedimiento. Se elija la opción que se elija ya estarán en condiciones de cocinarse en una olla grande, a fuego bajo. Agregar el jugo de un limón o una naranja más una rama de canela y seguir cocinando lentamente. Con una cuchara sacar los residuos que floten en la superficie. Revolver para que la base del líquido no se queme. Esperar hasta que el dulce se solidifique. Para saber cuándo está listo, colocar una cucharadita del dulce en un plato colocado previamente en el freezer por el lapso de al menos una hora): si el dulce no se une después de pasar un dedo por su centro, ya esta listo para poner en frascos. Sino seguir cocinando, chequeando cada ratito.
Ensalada de frutillas y palta
Lavar 1 atado de rúcula o espinaca y dos ramitas de albahaca. Lavar 12 frutillas, cortalas en cuartos y reservarlas. Cortar en rodajas finitas, media cebolla y en cubitos 150 gramos de queso (se puede elegir entre queso Pategrás o roquefort). Cortar en cubitos 2 paltas y reservarlas con el jugo de medio limón.
En una ensaladera, poner 6 cucharadas de aceite de oliva, 2 de aceto balsámico y 1 cucharada sopera de miel (derretirla 30 segundos en el microondas), sal y pimienta a gusto y mezclar bien.
Mezclar todos los ingredientes.
Helados caseros
Procesar 5 frutillas, 1 banana y 1/2 pote de yogur (preferentemente de frutillas). Colocar la mezcla en moldes y llevar al freezer por tres horas. Si sobra mezcla se puede beber como licuado.
Mousse de frutillas
Lavar 1/2 kilo de frutillas y luego quitarles el cabito y las hojas (reservar algunas para decorar). Procesar las frutillas con 4 cucharadas de azúcar. Aparte batir 200 gramos de crema de leche a punto chantilly con 4 cucharadas de azúcar. Reservar un poco de crma para la decoración de la mousse.
Batir 4 claras a punto Nieve.
Mezclar las frutillas con la crema y luego ir incorporando las claras, mientras se revuelve suavemente en forma envolvente.
Mantener en heladera unas 3 horas antes de servir.
Postre crocante de frutillas, peras y coco rallado
Prender y calentar el horno, mientras se lava y se corta en rodajas 1/2 kilo de frutillas. Pelar 2 peras y 2 manzanas y cortar en cubos. En una fuente que pueda ir al horno, colocar la fruta y espolvorear con 2 cucharadas de azúcar. Dejar que suelte un poco de sus propios jugos.
Aparte mezclar 1 taza de harina común, 1 pizca de sal, 1/2 taza de azúcar, la ralladura de 1/2 limón y 1/2 taza de coco rallado. Agregar 100 gramos de manteca fría cortada en cubos y 1 cucharadita de esencia de vainilla. Con todos estos ingredientes formar un arenado húmedo. Espolvorear esta mezcla sobre las frutas, tratando de que no quede la fruta completamente cubierta, sino con algunos huecos. Cocinar en el horno por 30 minutos o hasta que la cobertura esté dorada y el jugo de la fruta haga burbujas. Dejar entibiar cinco o diez minutos y servir con una cuchara. Se puede acompañar con helado y servir frío, tibio o caliente.
Batido de frutillas y avena
Colocar 6-8 frutillas en el freezer hasta que se congelen. Ponerlas en la licuadora junto con 2 cucharadas colmadas de avena instantánea, 1 taza de leche, 4 sobrecitos de edulcorante.
Mojito de champagne y frutillas
Para este trago se necesitan frutillas, hojas de menta, espumante, almíbar y un toque de ron. Es muy sencillo de preparar: se coloca en un mortero unas hojitas de menta y unas cuántas frutillas cortadas en mitades más el almíbar a gusto. Se machaca hasta que se unifiquen los ingredientes, luego se agrega el ron y agita en una coctelera. Después se incorporar el espumoso. Al momento de servir se pueden agregar trozos de frutilla a gusto.