En el marco del programa Incubadora de Empresas, que tiene como finalidad ofrecer herramientas a los habitantes de Tudcum (Iglesia) interesados en desarrollar negocios con proyectos innovadores y de alto valor agregado, fueron aprobados ocho en total después de un análisis en el que participó la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ, y que contarán con el financiamiento de la empresa Barrick. Se trata de Textiles de blanco Tudcum; Carpintería Lucho; Fábrica de Pastas; Seguridad Tudcum; Panificación; Metalúrgica Costanera; Viandas Tudcum y Construcciones.
Estas propuestas pasaron por una preselección y luego fueron sometidas a una evaluación final por parte de un comité experto en tecnología, innovación y empresas de la Universidad Nacional de San Juan.
La elección estuvo vinculada al potencial del negocio, grado de compromiso y posibilidades de desarrollo local, como así también el perfil emprendedor del interesado, entre otros puntos que garantizan la puesta en marcha de cada plan de trabajo.
Uno de los primeros pasos, además de las charlas, asesoramiento, talleres y encuentros para definir los contenidos, fue un viaje a Malargüe, Mendoza, donde se lleva adelante un modelo similar a través del municipio de esa comuna. Allí los emprendedores y potenciales pequeños empresarios de Tudcum pudieron sacar jugo a la experiencia mendocina para tomar los puntos sobresalientes y mejorar las debilidades.
Luis Aguilera, de Carpintería Lucho y vicepresidente de la Unión Vecinal de Tudcum, expresó durante la presentación de los proyectos aprobados que "esto empezó hace 1 año a través del programa de incubadora de empresas, pero la lucha comenzó hace más de 8 años cuando pensamos en cómo podíamos insertarnos en la actividad minera. Así fue que con la unión de la gente de la comunidad, Barrick, la Universidad Nacional y el Municipio de Iglesia se juntaron 4 actores para poder plasmar cada proyecto en un papel. La espera fue larga, pero siempre confiamos en los profesionales que han estado a cargo del proyecto y se cumplió".
Con un fuerte espíritu de desarrollo los entonces potenciales empresarios, presentaron los documentos de cada propuesta para la posterior validación de la información proporcionada. Ese fue el punto de partida formal para la evaluación económica y financiera de cada iniciativa.
(Informe: Barrick)

